Retos Pasajeros

1: Había una vez...

Había una vez, y mentira no es, que la locura y anhelo, mataron al cuerdo.

Había una vez, y mentira no es, que la razón del cuerdo, desapareció en destellos.

Había una vez, y mentira no es, que el cuerdo se volvió un loco sin remedio.

Mi vida se resumía en eso. Simples oraciones con un inocente inicio y oscuro secreto.

Mi vida se resumía es esto; demonios en el cielo, ángeles en el infierno.

Perdí la cordura sin mucha locura al inicio de la aventura, pues mis "amigos" jamas acudieron al llamado de ayuda.

A tan corta edad los demonios ya penaban en lo oscuro de mi mente y lo profundo de mi alma.

Jamas fui capaz de ayudar, jamas fui capaz de ser ayudado.

Jamas tuve amigos, jamas tuve familia. Todos eran puras mentiras que soportaron mi locura hasta perder la confianza en mi persona.

Ya no tenía a nadie, solo mis demonios luchando en una guerra contra los ángeles que intentaban surgir desde lo recóndito de mi alma, buscando la inexistente felicidad.

No me quedaba mucho más que mi locura y mis demonios que taladraban mi mente con influencias impuras.

No me gustaba vivir, no me gustaba morir, ¿acaso solo sufro en un ciclo sin fin?. Ese era mi dilema sin respuesta.

Como vivir con ángeles que me ignoran. Como morir con demonios que me torturan.

No había un lugar para mi, ni aquí ni en el "otro lado". Solo era un alma en pena en busca de una felicidad que no existía, una felicidad que me torturaba.

Esperaba mi descanso eterno con ansias, pero esperaba mi felicidad inexistente con locura.

Había dejado de ser como era.

Había dejado de ser un humano.