Capítulo 2: Brasileño en potencia y, ¡Malditas llaves!

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¡Muchas gracias por todo el apoyo! No tenía pensado actualizar este fin de semana, pero en el anterior capítulo pedí 5 votos y acabamos consiguiendo 14 😱💞 aquí está:

Si te hace sonreír sin motivo... quédate cerca.

Narra Adriana:

Eran casi las 3 de la mañana, estaba contenta por la victoria pero también cansada, levantarse a las 7 de la mañana para ir a la universidad no lo hago por gusto, y hace más de 3 horas que debería estar dormida.

Milán se fue con mi tío, ahora me arrepiento de no ir con ellos. Todo el equipo estaba gritando como locos y bebiendo, lo comprendo, pero estoy a punto de dor... a punto de dormirme...

—¡Adriana!

Me desperté de golpe, medió desorientada.

—Eh, oh...— pestañeé con fuerza y vi a mi madre, la cual sacudía mis hombros. —Dime.

—Yo me quedaré, tú estás muerta de sueño... Neymar se va ahora, te puede llevar a casa.

¿Neymar? A pesar de que mi padre lleve años en este equipo, nunca me paré a hablar con Neymar. Con Neymar ni con nadie, no tenía interés en ello.

—No, seré molestia para el, mejor me quedaré hasta que nos vayamos ma...

—No eres molestia— escuché una voz detrás mía la cual no me esperaba. Me giré para ver quién era... en efecto, es el. —Yo me ofrecí a llevarte.

Neymar... le había visto en fotos pero en persona. No lo vamos a negar es guapo, muy guapo. Llevaba un poco de barba, lo cual le hacía parecer más varonil, unos labios rosados, una fila de dientes blancos con una sonrisa única. Su pelo recto hoy iba peinado en tupé, sus ojos castaños un poco rasgados por su sonrisa, castaños y profundos. Su piel morena era agradable a la vista.

No me gustaba, por lo general se le conoce por ser un vacilón, porque le gusta burlarse, pero no podemos negar lo innegable: físicamente era una obra de arte.

Miré a mi madre, después a el otra vez, tenía las llaves de su coche en la mano y me las enseñó.

—Está bien— dije sin estar muy segura, pero el sueño me podía.

Recogí mis cosas y las llaves de casa que mi padre me dio, tras despedirme de todos salí a la calle. No veía a Neymar por ninguna parte y eso me asustó un poco.

Hasta que vi las luces de un Lamborghini encenderse. El me hizo la seña de que entrase al coche y así lo hice.

Mientras caminaba un par de dudas revoloteaban en mi cabeza: ¿De que hablaríamos en el trayecto? O más simple aún, ¿Como hacer que no sea incómodo?.

Digo, no tenemos nada de que hablar, no nos conocemos. En ese momento solo me preocupaba de abrocharme del cinturón, y rezar porque pusiese la radio para que el camino no fuese puro silencio.

Pero el no lo hizo, solo comenzó a conducir y habló.

—¿Como es que no te había visto antes?— preguntó mirando hacia la carretera.

—Solo... solo voy a los partidos importantes— bostecé, y tapé ni boca con la mano.

—Todos los partidos son importantes si yo estoy— le miré incrédula, ¿De verdad acaba de decir eso? No sé por qué me provocó risa, me reí esperando que fuese una broma. —En serio, deberías de venir más seguido— me miró por un segundo -segundo que me hizo sentir un cosquilleo- y a continuación siguió mirando la carretera.

—Le dedico mucho tiempo a mi carrera— le fui sincera.
—Tienes cara de necesitar divertirte nena— río, y puso una mano en mi muslo, pero a los segundos la quitó.

Abrí los ojos con sorpresa.

—Cuidado con esa confianza— dije un poco menos seria de lo que quería.
—No tengo el placer de saber cómo te llamas, nena.
—Adri. Llámame así— "las pocas veces que me llamarás más" pensé.

—Vale, Adriana. Dame tu dirección— ignoré el hecho de que me llamase Adriana y no Adri como le pedí, le di la dirección, solo quería llegar a casa lo más rápido posible, pero sabiendo dónde nos situábamos todavía quedaba tiempo.

Así que me atreví a hablarle.

—¿Como es que no te quedas con ellos?...— Quiero decir, en la prensa dice que le gusta ir de fiesta muy seguido... a los segundos me arrepentí de decirle algo. Pero ya era tarde porque me iba a contestar.

—Soy padre, ¿Sabes? Mañana estaré con mi hijo desde la mañana.

Su hijo... si Google no me mintió, se llama Davi y es rubio y pálido, nada comparado con su padre el brasileño en potencia.

Reí fuerte por mis propios pensamientos "Brasileño en potencia".

—¿De que te ríes?— dijo el riéndose también.
—Nada— dije terminado de reír. —Por aquí cerca está mi casa.

Solo hizo recorrer un par de calles hasta llegar a la casa -mansión- de mis padres.

—Gracias por traerme Neymar— le dije y me despedí con la mano, después salí del coche y cerré la puerta. Pero el también había salido. Le miré con cara de "¿En serio?".

—¿Qué? Solo te quiero acompañar— sonrió y se acercó a mí mirando a los alrededores.
—¿Eres mi guardaespaldas?— reí.
—Si tú quieres...— rió el también.

Saqué las llaves del bolsillo.
La metí en la cerradura, pero no iba.
Fruncí el ceño y probé con otra, haciendo movimientos bruscos, pero lo iba de ninguna forma.

—Mierda— gruñí.
—A ver, dámelas a mi— se las di, aun sabiendo que no iría con el tampoco.

—Mi padre me dio las llaves equivocadas— dije enfadada, poniéndome las manos en la cabeza desesperada. —Qué coño voy a hacer yo ahora— murmuré a mis adentros.

—Por algo debí dejarte en la puerta— rió el moreno, aunque yo no me encontraba de humor. —Tranquila, quédate a mi casa a dormir.

¿Esto es una broma verdad?.

—¿Estás loco, vas en serio?.
—Si, estoy loco. Si, voy en serio.
—Rotundamente no, mi padre me mataría, además mañana tengo ir a la universidad y...

El no me dejó acabar, puso su dedo índice en mis labios, haciendo que no solo me callase si no que me quedase hipnotizada en sus ojos. Sus preciosos ojos...

—Tu padre te mataría si te quedases durmiendo en un banco, y mañana es domingo ne...Adriana— desgraciadamente el llevaba la razón.

Protesté e hice berrinches como una niña pequeña a la que no le compran un caramelo, el río por mi acción. Suspiré.

—Si no me queda otra...
—Lo pasaremos bien.
—¡No! Yo solo quiero dormir.
—Yi sili quiri dirmir

[...]


En el próximo capítulo:

¿Que hará Adriana en casa de Ney?

10 votos y sigo ❤️✌🏽

¡Déjame en paz!© NeymarJrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora