-Lo lamento mucho - le dije a Adrien mientras acomodaba mi maleta en el hombro - tuve un pequeño retraso - levantó sus hombros, para restarle importancia.
- Solo espero que mi padre no esté impaciente - luego comenzamos a bajar por las escaleras y a caminar - ¿Prefieres ir en auto? - sonreí y recordé el obsequio en mi bolsillo.
-No, me agrada caminar - en realidad aquella limusina solo me recordaba en como mi madre pretendía mantenerme feliz con objetos lujosos.
- En ese caso, me gustaría conocerte en el camino - asentí, no me molestaba hablar con él, era muy receptivo.
- espero no aburrirte con mi vida - me quedé observando una bandada de palomas que picoteaban las migajas que les lanzaba una anciana sentada en una banca.
- Eso lo dudo - miró a la anciana y luego a mí - ¿Cómo era tu vida en Australia? - ese era un tema del que generalmente no me agradaba hablar, pero, él me trasmitió una confianza que no pude ignorar.
- No te imaginas cuanto me alegro de tener una oportunidad aquí - la intención es que sonara amigable, pero el hastío en mi voz no sonó tan amigable.
- ¿Lo dices por qué te gusta o por qué pudiste salir de Australia gracia a eso? - lo miré y levanté una ceja.
- Pensaba que era descabellado venir aquí a hacer esto, pero resultó que fue mi boleto de salida para la libertad - sonrió y asintió, distraído, como si me comprendiera.
- Ya veo... ¿Quién fue? ¿Mamá o papá? - me sorprendió lo acertado en su pregunta, nunca había pensado en eso.
- Mi padre murió en un accidente de carros hace un par de años, mi madre me obligó a modelar para aprovechar mi talento y ahí comenzó mi carrera - suspiré y el sonrió, como si me comprendiera.
- Mi papá nunca está para mí, siempre tiene trabajo y mi mamá desapareció hace ya unos años - entonces el entendía mi situación, falta un padre y el otro simplemente se ausenta hasta casi desaparecer.
- Lo lamento mucho... es de lo más horrible - no se me ocurría que más decir y no podía imaginarme que era peor, saber a ciencia cierta que tu papá jamás va a volver o tener la incertidumbre de si algún día podrás volver a ver a tu madre.
- al menos ahora tienes un amigo con quien contar para lo que sea - entramos al estudio de modelaje de su padre y nos quedamos de pie en la recepción.
- Entonces... ¿Amigos? - siempre me ha sido difícil hacer amigos, mi apariencia espanta un poco a los que se me tratan de acercar.
- Amigos - no pude responder nada más, porque el señor Agreste salió de su oficina.
- Bien, muchachos, vayan con el equipo a prepararse, vamos a tomar la sesión en la torre Eifel, no pierdan el tiempo - no saludó, no dijo nada más, solo se acercó a hablar con un señor de corbata que lo esperaba sentado en uno de los sillones, un equipó de estilistas salieron del ascensor y nos llevaron al segundo piso, nos separaron y yo quede con un equipo que me tocaban, tomando tallas, observando mi cabello, la forma de mi cara y todas esas cosas.
- Bien, niña, aquí está su ropa, no se demore, aún falta peinado y maquillaje - recibí el conjunto de la anciana que me lo ofrecía y desaparecí tras unas cortinas.
El conjunto consistía en un vestido vino tinto estilo colegial, con un moño negro en el cuello y un cinturón rojo, unas medias veladas delgadas y negras con unas que daban un poco por arriba de la rodilla que hacía que mis piernas parecieran en degradé y unos botines rojo, con un tacón cuadrado igual de negro que la plataforma delantera.
Salí con mi ropa en la mano y me indicaron que la dejara sobre una butaca, me sentaron en una silla de peluquería y tejieron unas pequeñas trenzas a un costado que hacían parecer que me había rapado el cabello, lo ondularon pero los casi rizos caían por mi espalda hasta mi cintura.
Salí, colocándome la chaqueta de cuero y mirando al suelo, observando la fabulosa combinación del rojo con el negro, casi caigo al suelo cuando me encontré con Adrien de pie frente a mí, llevaba una camisa blanca por fuera del jean negro, unos botines negros pesados y una chaqueta también de cuero debajo del brazo, sin embargo, su cabello rubio seguía callendo por su frente y por detrás de las orejas.
- Uy, lo lamento - me excusé mientras él sostenía mi brazo para que no me callera con los tacones tan altos.
- No te preocupes, es mi culpa por no saber que usarías unos zapatos tamaño rascacielos - ambos nos reímos y nos marchamos a la torre Eifel para comenzar con la sesión, tomamos muchas fotos, con muchas poses, creo que al señor Agreste le gusta tener variedad de fotos para promover los diseños, puesto que nunca nos hizo cambiar la ropa.
Jackie pasó a recogerme y me llevó de vuelta a su casa entrada la noche, me cambie casi con los ojos cerrados y me metí entre las cobijas que se sentían frescas y relajantes, estaba por quedarme dormida cuando recordé la cajita que estaba dentro de mi mochila y me levanté de un salto.
La saqué del morral y me quedé sentada en el orillo de la cama, observando su superficie y sin decidirme a abrirla.
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Lamento no haber subido ayer, pero tenía demasiadas tareas por hacer y no me alcanzó el tiempo, aquí está el capítulo de esta semana.
Voten, comenten y espero que les guste
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Eagle (Ladybug fanfic)
FanficBueno... la verdad no tengo idea de por dónde comenzar... mi nombre es Pepper Kidman (Algunos me llaman Peps pero me puedes decir como quieras) tengo 16, soy modelo y no tengo una gran familia (mis abuelos ya murieron, no conozco ningún tío o primo...