Siendo un fantasma ya nada tiene sentido...
Ya no tienes sensaciones, sueños, metas o una razón para existir, solo existes y punto.
¿Puede haber algo peor que quedar atrapado en el tiempo? Estas ahí pero nadie lo sabe, nadie te escucha, nadie te ve...y los pocos que lo hacen huyen de ti antes de poder pedirles ayuda.
Pero si dejamos eso de lado...¿qué puedes hacer ahora que tu tiempo es infinito?
¿Rememorar los hermosos momentos que has "vivido" y que sabes que ya nunca podrás volver a tener?
¿Torturarte a ti mismo pensando en lo que hubiese pasado si aún estuvieras con vida?
¿Ó pensar cómo fue que terminaste en esta horrible situación?
Si lo piensas bien, la menos dolorosa es la última...y con ello también llegan más dudas.
¿Cómo moriste?...no, esta también es muy cruel, mejor probemos con otra.
¿Cuanto tiempo habrá pasado desde la ultima vez que pudiste sentir tu corazón palpitando? ¿Horas? ¿días? ¿meses? ¿años?
¿Alguien habrá llorado por tu muerte?, y si lo hubieron...¿qué fue de ellos? ¿te seguirán recordando ó te habrán olvidado cual mueble viejo que fue tirado a la basura?
Pues ella no podía saber nada con claridad, no podía recordar su edad, ni su nombre. Pero debió haber muerto joven, ese espejo que era el único que le hacía compañía en su eterna y vacía existencia reflejaba a una pobre chica con el uniforme destrozado y con un gran pesar en su mirada.
—"¿Algún día podré deshacerme de este dolor? ¿ó acaso nunca podré descansar en paz?"— se preguntaba la fantasma, ella estaba atada al mundo por el dolor, un dolor del cual no recordaba la razón y que no la dejaba partir al más allá.
Ella siempre trataba de recordar algo de su pasado...pero nada, todos sus esfuerzos eran totalmente inútiles.
Tal vez ya debía darse por vencida, dejarse vencer, perder la esperanza y resignarse a ser para siempre un alma en pena.
Así pasó el tiempo y con el paso de los años vino la resignación, la resignación a estar atada a este lugar para siempre...
Pero un día, una alumna entró en ese baño, no encendió las luces y solo llevaba un libro, una caja y una vela.
La fantasma se acercó un poco para observar mejor a la extraña chica. La jovencita tenía el cabello de color negro y muy desaliñado, ojos color morado enmarcados por ojeras, vestía con el típico uniforme de la escuela pero tenía unas medias con diseños de telarañas que le daban un toque de originalidad.
—V-veamos ...si los rumores...son reales— dijo la joven en voz baja, de la caja sacó un extraño tablero y lo colocó en el piso, puso a un lado su libro y encendió la vela con un cerillo.— S-si hay alguien aquí... q-que por favor...mueva el oráculo.
—"Una típica gótica"— pensó la fantasma perdiendo el interés al ver las acciones de la pelinegra, ya había tenido ciertas experiencias con gente como ella. Sólo querían probarse a si mismos tratando de "captar algo paranormal" pero la mayoría corrían despavoridos cuando se hacía presente...en esos momentos ella tenía la esperanza de que pudiesen ayudarla...solo quería ayuda pero, como siempre, solo obtenía desilusiones — "Bueno, igual no seria tan malo, estoy muy aburrida"