Él tiene un pasado oscuro

Prólogo

Toda esta semana ha sido un asco, literalmente asquerosa.

Estamos a principio de abril, lo que quiere decir que hace un mes empezó un nuevo año universitario para mi.

Durante las vacaciones no hice más que trabajar en lo que podía. Tengo que ayudar a mi familia, tengo que pagar mi matrícula de universidad, los útiles que necesito para esta, pagar el medio de transporte por el cuál me movilizo (Autobús, porque no tengo ni para una bicicleta y menos para un auto), también tengo que tener dinero para mis usos diarios, no falta en lo que hay que gastar.

Bueno, ¿Bueno saben por qué esta semana es horrible?, bueno, les diré.

El lunes de esta semana, cuando mi papá se presentó en su trabajo, le comunicaron que estaba despedido, no era el mejor empleo del mundo, porque sólo ganaba el mínimo, pero con eso pasábamos arrastrando el mes, pero lo pasábamos, que era lo más importante.

Con mis trabajos de verano le compré todos los útiles y uniforme que necesita mi hermano de doce años para el colegio, les quite un buen peso de encima a mis padres con eso.

Pero eso no es todo lo que ha pasado esta semana, no señores, aún queda mucho.

Mi mamá, al enterarse de que mi padre (el sustento de la casa) había quedado sin trabajo, se alteró demasiado y como es muy nerviosa le dió casi un infarto al corazón, digo casi porque alcanzamos a llevarla en el vehículo del vecino al hospital.

Desde hace tres días está hospitalizada, de a poco se va estabilizando, pero aún con la preocupación de cómo nos mantendremos, cómo compraremos comida, cómo pagaremos la luz, el agua y el gas, como pagar ahora los medicamentos que tendrá que costear por el problema que le generó el infarto, sigue muy preocupada por todo.

Todos estos días, después de la universidad, voy a visitar a mi mamá, ayudarla y tratar de tranquilizarla. Al llegar a la casa cocino para mi papá e hermano y en la noche estudio.

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Hoy, al volver de visitar a mi mamá, me vine por todo el centro, para ir viendo en los locales si necesitaban trabajadores, gracias a Dios, en una cafetería muy cotizada necesitaban un mesero, justo lo que necesitaba, tenía que conseguir ese trabajo para mi familia.

Entré rápidamente al local para consultar por el tema, fui directo al mostrador para hablar con alguien que trabaje en el local, justo estaba un hombre como de unos cuarenta años o un poco más en la caja, me acerqué a él para hablarle.

-Hola, mucho gusto, soy Rosie Tobar, le quiero preguntar por el trabajo que están ofreciendo.

-Buenas tardes señorita Rosie, mi nombre es Alonso Miller, soy el gerente. -me dijo con mucha educación- Sobre el trabajo, mañana a las diez de la mañana se tiende que presentar en mi oficina para conversar bien sobre de que trata el empleo. Tienes que traer su currículum y también tiene que venir uniformada.

-Oh muchas gracias, en serio necesito este trabajo, mañana puntualmente estaré aquí. -dije con mucha seguridad, aunque me moría de nervios- Hasta luego, señor Miller.

Le tendí mi mano para despedirme y él con solo un "Hasta luego" y un buen apretón de manos se despidió de mi.

Mañana es jueves, supongo que en la universidad no habrá nada con mucha relevancia, no creo que me pierda de mucho, así que no iré, luego el viernes le pido los apuntes a mi mejor amiga que me hice cuando pequeña. Además los días jueves salgo a las doce del día.

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Me estoy alistando para ir a la entrevista. Me he puesto una blusa blanca, algo vieja, pero que sirve y un pantalón de tela negro, con unos zapatos y una chaqueta también negra. Nada fuera de lo común. De peinado decido hacerme la partida al lado y dejar suelto mi cabello.