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  Un día Phoebe fue citada a la hora del receso en el aula 3 para una junta de todos los representantes de la escuela. Entró un poco nerviosa, mordiendo una galleta. Ahí estaba Luke con Susan Simmons, una chica bajita con unos senos enormes para su edad. Phoebe siempre la relacionaba con un cuadro que había en la sala de su casa: un niño que lucía muy bajito por como estaba vestido, con un sombrero raro, arriba de un caballo gordo.
Phoebe iba acompañada de Ashton Irwin, un chico tan guapo como carismático; hubiera querido estar en la planilla azul junto a Luke, en lugar de la estúpida de Susan que se la pasaba riéndose y jalándolo del brazo para acaparar su atención. Luke sólo se dedicaba a molestar a Ashton, que desde hacía tiempo sufría su acoso constante por el simple hecho de ser muy guapo y porque se rumoreaba que él y Phoebe se gustaban.
Ante esta situación Phoebe se sentía sola y en desventaja.

Serían dos semanas de campaña en la que se realizarían juegos, campeonatos deportivos, periódicos murales con los eventos del mes y cosas por el estilo.

Quedaban estrictamente prohibidos los regalos con el objeto de inducir el voto. A Phoebe no le parecía nada atractivo el tener que organizar actividades y mucho menos implantar medidas de orden. Lo único que le interesaba era participar para tratar con él aunque estuvieran en bandos contrarios.

Everything I didn't say Donde viven las historias. Descúbrelo ahora