¿Amor correspondido?

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En ese instante, empecé a sudar frío. Me fui a peinar, temblando.
-Ya habíamos compartido nuestros problemas, noches en vela, intercambiado experiencias, al igual que palabras tiernas. ¿Por qué no empezar una relación?- era lo que me decía nervioso a mí mismo. No recuerdo sí logré "conquistarla" con un poema editado en Picmonkey.
Volví con todo el miedo del mundo, a leer su respuesta.
-¿Estás seguro?
-Sí.-Escribí mientras mi manos temblaban.
-Bueno.
En ese instante mi felicidad tocó las nubes. ¿Cómo describirlo?, nunca me había puesto así por alguien. No fue cómo mi anterior relación a distancia, la cual no me provocó nada cuando aceptó.
-Dios, no te creo. ¿En serio aceptas?-le envié
-Sí, boludo.
-¡Gracias!, bueno. Debo irme a una cita médica. Hasta luego.
Durante todo el camino no despegué la mirada de la ventana. Miraba la calle con las mejillas rojas. Imaginaba momentos junto a ella. Creaba ilusiones de cuando nos encontráramos. Pero había cometido mi priner error. Le dije que aproximadamente en 15 años podría ir a Argentina. ¿Quién va a esperar a un "extraño" tanto tiempo?, lo había dicho sin pensar. Ahí empezaron mis preocupaciones.
Al volver a casa, lo primero que hice, fue preguntarle:
-¿Me prometes que no me abandonarás?
-Sí, ¿Por qué decís eso?
-Me han dejado muchas veces.
-Yo no soy así.
-¿Segura?
-Sí.
Confié en ella. Me cegué. Pero todo momento felíz... Debe terminar...
Fueron meses de suma alegría. Todo era genial. Compartías momentos los cuales no crees que olvidarás nunca.
Uno de los recuerdos más preciados que tengo, es de cuando me abrió las puertas a la escritura. En ese entonces, leía mucho. Pero nunca había escrito con, ni para nadie. Recuerdo que fue en uno de esos "silencios incómodos"
-Oye, ¿Te gustaría escribir una historia?-Me preguntó ella
-¿Una historia?- le pregunté bastante confundido, ya que no sabía a qué se refería
-Sí. Vos escribís una parte, y yo la sigo.
-Bueno, pero no sé cómo...
-Tranquilo. Escribí lo que se te venga en mente.
Un rato antes habíamos estado intercambiando nuestros trocitos de vida más depresivos. Los problemas que teníamos. Entonces no se me ocurrió algo mejor que "Yo estaba a punto de suicidarme. Solo, en un edificio en construcción. Apuntando a mi cabeza con una pistola". La historia siguió, y ella se topaba conmigo, empezabamos una vida nueva, etc. Una de las características de nuestras "Mini-obras", es que muy pocas (por no decir: ninguna), tenían final. Siempre llegaba a un punto aburrido, sin gracia, donde ya ni sabíamos qué poner. Entonces la mandábamos al olvido, y empezábamos una nueva.
Con el tiempo, las novelas imaginarias, se volvieron algo que nos diferenciaba del resto. Y no permitía "apagar la conversación", aunque claro que existían esos pequeños instantes donde no sabíamos qué decir, y transcurríamos a tonterías del nivel:
-... Damm
-Damm nigga
-Yeah
-Motherfucker
Al acordarme de eso, me dá gracia imaginar las estupideces que haces, sólo por no perderla/lo.
Y cómo decía, la mayoría de momentos felices, terminan. Me duele decirlo así. Pero sí tú tienes un recuerdo alegre, el cuál no haya terminado en tristeza por una estupidez... Te envidio...

¿Qué es un "Amor a distancia"?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora