¡Maldición! Nuevamente llegaba tarde a clase. Jaló la puerta para entrar al aula, botó hacia la pared su mochila y buscó un lugar comenzando a bailar aquella canción que sonaba tratando desde ahí poder ver a la nueva instructora.
Al final de la última clase de la semana pasada su instructora durante los últimos siete meses, había anunciado que ya no trabajaría más con ellos y tendrían un nuevo instructor. Pasó nuevamente su mirada entre las personas del frente sin ver ningún rostro nuevo.
La música terminó y todos aplaudieron tratando de darse ánimos.- Muy bien, chicos.- se escuchó una masculina voz desde su izquierda. Giró su rostro y vio a un chico más alto que él. - Ahora que vi sus movimientos, sé de donde partir.- el chico caminó hasta el frente pasando la mirada por cada uno de ellos mientras hablaba. Usando aquella mirada llegó a él, se detuvo un par de segundos más de lo que había mirado a los demás y sonrió. Sintió aumentar su ritmo cardíaco y sonrojar sus mejillas, pero desvío su mirada hacia su mejor amigo asintiendo a manera de saludo.
Dos horas después la clase terminó y fue a las duchas. Habían sido las dos horas más largas que jamás había tenido. En ningún momento pudo alejar su mirada del instructor. Había apreciado aquel cuerpo. Era fuerte con todos los músculos bien marcados. Vio el brillo de aquella piel oscura destellar con cada movimiento, la intensidad de aquella profunda mirada y lo radiante de sus gestos y sonrisa mientras bailaba.
- ¿Qué piensas del nuevo instructor?
- ¿Qué quieres que piense, Chan Yeol? Es sólo el nuevo maestro, a ver cuánto tiempo se queda aquí.
- Vamos, Se Hun.- ¿No te diste cuenta de cómo todos babeaban mientras bailaba?.- decía el mejor amigo del menor. - Hasta yo lo hice, creo.
- No me di cuenta, Chan. No me interesa ver babear a nadie y mucho menos a ti.- contestó secamente entrando a la ducha.
La clase de química estaba yendo demasiado lenta, sacó su celular escondiéndolo entre las cosas de su pupitre. Fue directamente a galería buscando las últimas fotografías que había tomado con él, pasando de una a otra observándolas detenidamente sintiéndose feliz y ansioso al mismo tiempo. El golpe de una bola de papel le avisó que el profesor iba hacia él, miró a Chan Yeol agradeciéndole en silencio.
- ¿Puedes decirme que rayos te pasa, Se Hun?. - preguntó mortificado el pelinegro cuando las clases terminaron. - Desde hace dos semanas comenzaste a actuar raro. Andas como en tu propio mundo, te ríes como idiota mientras miras tu celular, tus calificaciones han bajado, ya no sales con tus amigos ni conmigo; ¡Casi tuve que rogarte y sacarte de tu casa para que me acompañaras el otro día a comprar mis tenis nuevos!
- Sabes que estás exagerando demasiado las cosas, ¿verdad?.- entrelazó su brazo con el de su amigo acercándose más. - Deja de ver monos con tranchete donde no los hay y vamos a casa, hoy comerás conmigo.
- Bailarán en parejas.- indicaba el instructor a todo el grupo. - Lo haré yo primero y luego pasarán ustedes con su compañero.- buscó entre los alumnos y en cuanto su mirada encontró la de Se Hun, éste sintió revolotear su corazón y su estómago revolverse de nervios. - Ven acá, Se Hun.