Una vez que terminó el breve receso por Año Nuevo, los chicos volvieron a Tokio y todos retomaron sus rutinas cotidianas. El invierno fue particularmente crudo aquel Enero y, si no estaban en clases o entrenando, los chicos se la pasaban en el departamento de Kuroo y Bokuto, arropados bajo el kotatsu mientras estudiaban arduamente. A medida que pasaban los semestres los contenidos se iban tornando más pesados y todos se sentían bastante agobiados mientras preparaban trabajos, ponencias, investigaciones, etc. Bokuto en particular andaba atravesando fuerte crisis académica, aunque Kuroo se encargaba de ayudarlo a estudiar.
—Si descuidas los estudios perderás la beca deportiva y adiós jugar al volley con nosotros —le recordaba Kuroo cada vez que Bokuto quería rendirse con una cátedra.
—Es beca "deportiva" por algo —refunfuñaba el otro.— Soy bueno en los deportes, no estudiando.
Había fallado en la suficiente cantidad de exámenes y materias para que el entrenador del equipo de volley se viera obligado a apartarlo de las prácticas extras. Si Bokuto no remontaba su promedio, afectaría directamente a su beca y sus posibilidades en el equipo deportivo universitario. Su ánimo estaba, como era de esperarse, por los suelos.
—Siempre puedes renunciar a los estudios universitarios y dedicarte únicamente al volley de forma profesional —opinó Ushijima con pragmatismo.
Los demás pensaban igual, pero al mismo tiempo consideraban un desperdicio que Bokuto echara por la borda sus esfuerzos académicos de los últimos dos años.
—Es raro que tú no hayas tomado ese camino, Ushijima —comentó Daichi entonces, ahuecando las manos alrededor de su taza de té caliente.— Siempre creí que solo te dedicarías profesionalmente al volley.
—O que elegirías una carrera universitaria menos compleja —intervino Kuroo, también curioso—, para poder dedicarle más tiempo a los entrenamientos...
Medicina era una de las pocas carreras universitarias en Japón que requería de seis años de estudio, sin contar además las especialidades y post grados.
—Es un trato con mi familia —repuso Ushijima con simpleza.
Como Wakatoshi no era un tipo de muchas palabras, menos aún cuando se trataba de hablar sobre sí mismo, les costó un tanto sonsacarle información personal. Finalmente se enteraron que su familia materna, la que lo crió, era bastante tradicional y conservadora; esperaban que su heredo varón de mayor edad se convirtiera en un miembro altamente respetado en la comunidad, y no consideraban que un jugador de volley profesional diera el estatus necesario al círculo familiar. Había sido el padre de Wakatoshi, antes de marcharse, quien intercedió por el niño para que lo dejaran desarrollarse como deportista desde pequeño. Sin embargo, una vez terminada la preparatoria, su familia materna solo aceptó que continuara con su carrera deportiva si la compaginaba estudiando una muy buena carrera académica.
Ushijima les contó todo aquello sin parecer presionado ni preocupado, mientras escribía un informe en su cuaderno. Sus amigos quedaron un tanto impresionados ante la historia.
—Pero, pero... —balbuceó Bokuto.— ¡Eres genial en el volley, Ushibro! ¡Representas a Japón desde las inferiores! —abrió mucho los ojos, desconcertado.— ¿Por qué no apoyan más tu carrera deportiva?
Ushijima no apartó la mirada de su cuaderno para contestar.
—Solo quieren lo mejor.
Oikawa torció el gesto.
—Pero toman tus decisiones por ti, suena como si fueran tus dueños...
—Son mi familia —replicó Ushijima en tono inflexible; el bolígrafo rasgaba con fuerza el papel.
Los demás intercambiaron una mirada lúgubre y dejaron estar el tema. Entonces Bokuto recordó sus propios problemas académicos y comenzó a rodar por la sala hecho una bolita, mientras Kuroo lo regañaba.
Pero Bokuto no era el único atravesando frustraciones personales. Oikawa, por su parte, había comenzado a entrenar con el equipo de volley nuevamente; y a pesar de la buena recuperación de su rodilla, su rendimiento deportivo estaba lejos de ser bueno. Para colmo le ordenaron no tomar entrenamientos extras ni muy intensivos, así que reemprender el ritmo de su grupo le iba a llevar más tiempo del planeado.
Tooru trataba de no desanimarse al respecto, pero no podía evitar sentirse muy frustrado cuando su cuerpo no le respondía en plena forma durante las prácticas. Se sentía sumamente limitado.
—Lo ridículo es que mi rodilla ya está bien, según el médico —le contaba a Iwaizumi en una de sus llamada nocturnas.— Pero simplemente no salto como antes... —lanzó un bufido hastiado.
—Quizá es algo psicológico por la lesión —opinó Hajime.
—¿Me estás tratando de trastornado?
—Siempre has sido un trastornado por el volley —se rió un poco cuando lo escuchó lanzar otro bufido.— Pero esta vez me refiero a que tu mente te limita por miedo.
—No soy miedoso.
—No, pero te advirtieron que otra lesión así acabaría con tu carrera deportiva —le recordó en tono muy serio, contenido.— Quizá inconscientemente te retienes por eso.
—Mmh, puede ser, no sé... —suspiró, cansado.
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El Club de los 5 - Haikyuu!!
ФанфикLos chicos de tercero dejan atrás la preparatoria y entran a la vida universitaria. Oikawa se muda a Tokio sin Iwaizumi, tras haberse declarado torpemente y sin saber la respuesta. Allí descubre que sus nuevos y ruidosos vecinos son Kuroo y Bokuto...