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La primera semana de escuela no estuvo tan mal, no hubo tanto drama. Y la nueva no estaba causando tantos problemas como todas esperaban que sucediera. Ella solo salía a almorzar con algunas chicas de 4to.
Nosotras hemos cruzado muchas miradas, pero no porque yo así lo quiera, Natalie nos obliga a espiarla. Dice que Carl ha estado actuando raro desde que ella llegó al pueblo.
Y yo creo lo mismo, toda la semana mientras estaba en nuestra mesa, no le ha quitado el ojo de encima, y todas, excepto claro, Natalie, se ha dado cuenta de ello.
Hoy era sábado, y eso significaba: Fútbol. Todos los fines de semana todas veníamos aquí a ver a jugar a los chicos, en realidad, yo venía por Edward, mi mejor amigo. Rachel, también venía por él. Camila venía por Austin, su novio. Y Natalie venía por Carl. Pero hoy ninguna de ellas había podido venir, solo era yo.
Caminé por el grass mensajeando a Rachel, su madre no la había dejado salir porque no había limpiado su habitación. Y ahí estaba yo diciéndole, "te dije que limpiaras tu habitación". Cuando alcé la vista, vi a Edward correr hacía mí.
E: Amber, estás aquí. - él me abrazó y luego me pasó la pelota - ¿Donde están las otras brujas?
- No pudieron venir. Rachel está castigada, Camila tenía que cuidar a su hermano y Natalie.. no lo sé.
E: Bueno, da igual. Luego les daré la noticia a ellas.
- Dime que no serás papá.
E: No juegues. - me dió un golpe en el brazo - Estaba practicando hace rato con Carl y un hombre se detuvo a mirarnos, vino a visitar a sus padres.
- ¡Ve al punto, Collins!
E: Él trabaja en Harvard, es el entrenador del equipo de Fútbol. Y se quedará a verme jugar porque está interesado en mí. ¡En mí!
- Es una gran noticia, dios.. tengo que ir al baño, sostén ésto. - le tiré la pelota y corrí hacia el baño portátil.
Había una cola enorme, bueno, no enorme, habían unas seis personas. Pero para alguien cuya vejiga era diminuta, era una cola de docientas personas. Así que no podía esperar, corrí hacia atrás de las canchas y me detuve al ver a Carl haciendo trucos con la pelota y a la nueva junto a él, mirando sus movimientos.
Ellos tenían que saber que los había visto, y Carl tenía que saber que en algún momento se lo comentaría a Natalie. Porque nos contamos todo, y tampoco quería que Carl pensara que voy hablando de él a sus espaldas. No, no me agrada, y lo sabe, pero no soy una persona así.
- ¡Hey, Carl! - alcé mi mano en saludo, y como era de esperarse, él palideció.
C: A-A-Amber, ¿qué haces aquí? ¿Natalie viene contigo? - él cortó un poco la distancia para que pudiese escucharlo.
- No, ella no ha podido venir. Vine por Edward. ¿Así que estás haciendo nuevas amigas? - le sonreí a Carl y la miré.
E: Ella es Krystal, viene de Manhattan.
K: Hola..
- ¿Manhattan? ¿Tú viajaste allá no, Carl? - presioné mi mandíbula pues en serio quería ir al baño.
E: Escucha, sé que haz oído esos rumores pero no.. ¿te pasa algo?
- Debo, debo irme. - volví a correr hacia los baños portátiles, y estaban vacíos para mi suerte - Estuvo cerca.
E: ¿Amber? - golpeé la puerta para que supiese que estaba ahí - ¿está todo en órden? Llevas un rato ahí.
- Dame un minuto.
...
E: ¿Qué sucede? Te siento extraña.
- ¿Crees que haya algo entre la nueva y Carl? - él suspiró y alzó las cejas.
E: ¿Ella te gusta?
- ¿Qué? ¡No! Es Natalie, no quisiera que salga lastimada.
E: Yo tampoco, pero Carl está un poco interesado en ésa chica.
- Lo sabía, la mira todo el tiempo.
E: Igual tú.
- Pero yo lo hago por Natalie.
E: Da igual, vamos a la cancha.
- Edward, espera. - él volteó.
E: ¿Qué cosa?
- Suerte, amigo.
wolfuck