Capítulo 19

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67 HORAS RESTANTES.



El impetuoso sol comenzaba a crear su mejor efecto: el calor. Los jóvenes del grupo en el que iba Ana lo notaron minutos después de salir del refugio y comenzaron a correr; no querían que el calor los agotara al ir caminando despacio, era mejor sentirse cansados después de haber corrido una basta distancia.

Procuraban ir todos juntos, sin dejar a nadie atrás. Karen cumplía con la promesa que le hizo a Isaac horas antes: no le quitaba la mirada a la pequeña del grupo. Al frente, dirigiendo a todos estaban Alan junto con Matías y Rafa. A Alan esos dos muchachos le habían caído bien desde el principio, eran muy peculiares: discutían de cualquier cosa, se empujaban y fingían pelear, era cierto que durante los años que pasaron en el hospital forjaron una muy fuerte amistad, se tenían confianza, y a pesar de que Matías le sacaba ocho años a Rafa, se llevaban muy bien, como si fueran de la edad, además eso no les causaba ninguna molestia.

Durante el poco camino que habían corrido, Alan se tomó la libertad de conocerlos mejor y, viendo cómo eran le pareció haber encontrado otros dos hermanos.

Viviana les seguía el paso y, detrás de ella corrían Karen, Ana y Abraham.

Vivi era una persona de estatura pequeña. No era muy chaparra pero sí más que el resto. Tenía un color de piel tostadita y un cabello chino cerrado color almendra; lo llevaba agarrado en una coleta y hacía que resaltara aún más.

- Vivi, ¿no quieres acompañarnos?- preguntó Karen al verla sola.

- Ah, si. Gracias.

- A veces se olvidan de ti ¿ah? No eres la única- le aseguró mirando Abraham quién rió.

- Pues tú que ni quieres estar con nosotros- se defendió él.

- ¡No es que no quiera, es que corren mucho más rápido que yo!

Vivi soltó una risita que le llamó la atención a Abraham ¿se reía de su discusión? No le tomó mucha importancia, la chica parecía ser muy tímida y él tendría que portarse amable para que se conocieran y pudieran cooperar entre ellos.

- Dime Vivi ¿Qué edad tienes?- le soltó de repente Abraham.

- Diecisiete -. Declaró ella segura.

- ¡17! ¿En serio? Tenemos la misma edad- chilló Karen sonriendo.

- ¿Ah si? Creí que eras mayor.

- No, no. Tengo 17 estoy segura.

- No me lo imaginaba. En serio que no... ¿qué edad tienen ustedes?- preguntó tímida refiriéndose a Abraham y Ana. El joven dejó que su hermana contestara antes:

- Tengo doce- soltó la pequeña después de un suspiro.

- Dieciocho - indicó Abraham.

- Wow, tampoco me esperaba esas edades. Ana, tú si te ves pequeña, pero ¡Abraham, 18! ¡Vaya!

- Uhm, lo sé, lo sé. Solo tengo la pinta de ser mayor.

- Sí. Bastante.

- Hay que apurarnos, si no nos vamos a separar- señaló Karen al observar que los tres jóvenes del frente ya tenían una ventaja de al menos tres metros- habrá tiempo de hablar cuando paremos a descansar -. Y con esa última frase los siete aumentaban la distancia entre ellos y el refugio y se acercaban más a la parte del Muro situado al Sur.

Si tú vas, yo tambiénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora