D I E Z

259 39 16
                                    

"Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte."

—Leonardo Da Vinci (1452-1519)


Yesung dio vueltas en su cama, para al final levantarse y observar el reloj que colgaba en la pared; 2:13 a.m. 

Soltó un suspiro lleno de pesadez y cepilló su perfecto cabello azabache. 

Ryeowook. Pensó y sonrió de manera estúpida. Recordó la noche anterior y soltó una pequeña risa, pero su expresión se ensombreció al recordar también las palabras del menor. « Esa fue la última vez, Jong Woon ».

Escuchó como llamaban a su puerta, ¿quién rayos sería a esa hora? 

Tomó lo primero que vio: una escoba, y se acercó a la puerta. Giró la perilla lentamente para luego abrir la puerta de golpe. Sonrió.

—¿HyukJae? 

—¡Tortuga!—exclamó el contrario, extendiendo los brazos hacia el mayor.

Yesung se apresuró a abrazar al albino.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Vine a visitar—sonrió—, ¿puedo quedarme aquí? Olvidé reservar un hotel.

—No lo olvidaste, descartaste esa idea y decidiste venir a invadir mi privacidad.

—Touché. 

El azabache le dio el paso, y este entró con toda la seguridad del mundo, dejó sus maletas por ahí y se tiró en la cama del alto.

—¿Dormirás en mi cama?

—¿Por qué? ¿qué tiene de malo? Dormíamos juntos de pequeños.

—Cuando eramos pequeños, pero hemos crecido HyukJae, se puede malinterpretar. 

—¿Malinterpretar? Pero si estamos solos, ¿o acaso tienes una prostituta escondida?—el menor sonrió—. Nunca cambias Yeyeconda.

Yesung suspiró.

—Sólo acuéstate y cállate—ordenó el mayor y se acostó nuevamente.

—Aigo~ Estás algo amargadito Yeye, tus 27 años están algo pesados, ¿verdad? ¿necesitas ayuda para algo, anciano?

—Que tú seas dos años más joven no me hace viejo.

—No, sí lo hace—alegó este. 

El albino se retiró la camiseta y se acostó bajo las sábanas blancas que cubrían la cama king size. 

—No se te ocurra abrazarme—habló el azabache, para luego sentir como unos brazos lo rodeaban. Suspiró—, ¿por qué hablé...?—murmuró para sí.

A los pocos minutos, ambos quedaron dormidos. 

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

—Pasa, Hankyung.

El pelinegro se adentró en la oficina y realizó una reverencia hacia el castaño.

—Dime, ¿qué descubriste?—le cuestionó Kyuhyun.

—...—Hangeng abrió la boca para hablar, pero la cerró inmediatamente.

LETRAS Y CAFÉ - | YEWOOK |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora