Marinette permaneció encerrada en su habitación durante varios días, sus padres preguntaron que le ocurría pero ella simplemente les respondió que no se encontraba bien y que la dispensaran de ir a clases durante un par de días.
Tom se mostró reacio pero Sabine, comprendiendo una parte de la joven decidió acceder a su capricho.-¿Te encuentras mejor cielo?-Preguntó por la mañana mientras le traía una bebida caliente a su cuarto. Marinette asomó la cabeza de debajo de las sabanas. Su rostro estaba ojeroso y sus ojos estaban profundamente rojos de haber llorado.
-No mucho mejor...-Musitó ella, tomando el baso que le daba su madre y bebiendo un poco, para después dejarlo sobre una mesita.
-Tienes mal aspecto cielo, mira que ojos-Le acarició la mejilla-Sé que no quieres hablar sobre ello pero no puedes estar siempre así-Marinette bajó la mirada-Puedes hablar conmigo, lo sabes no?
-Si...mamá...-La azabache volvió a cubrirse con las sabanas-Por ahora quiero descansar
-Esta bien cielo
Sabine desapareció por la puertecita de daba acceso y Marinette se enrolló en las sabanas y dio un suspiro. Tikki salió de dentro del armario de la chica y se posó a su lado.
-Marinette, no puedes estar todo el día metida en la cama-Musitó la kwami entristecida por el aspecto de la joven.
-No quiero salir Tikki
Desde el día en el parque, donde descubrió la identidad de Chat noir, bueno de Adrien, la chica se había encerrado en su cuarto, tanto espiritual como físicamente. No había salido más que para comer con sus padres y casi por "obligación" de Tom, que la hizo trabajar un poco en la panadería para "alejarla" de sus pensamientos.
El corazón de la chica estaba partido en pedazos y nada parecía poder ayudar a juntarlos. Durante las noches, podía escuchar unos toques en su ventana, que se prolongaban durante bastante rato. Ella sabía quien era pero permanecía echa un ovillo bajo las sabanas, con las luces apagadas y las cortinas cerradas.
Se mordía el labio inferior para que no se le escuchase y esperaba pacientemente a que Chat noir se cansase de tocar y se marchase. A la mañana siguiente, cuando salía al balcón se encontraba con un par de rosas rojas.Ella las tomaba pero no era capaz de tirarlas, por lo que las dejaba en un pequeño jarrón en su mesa. Después de todo, eran muy bonitas.
Algunas tardes se las pasaba mirando sus gruesos pétalos rojos y no podía evitar pensar en el felino, aunque luego sus ojos se llenaban de lagrimas y volvía a enterrar el rostro entre sus brazos.
Nisiquiera había respondido las constantes llamadas de Alya y cuando escuchaba su voz en el piso inferior hacía todo lo posible por no moverse.
No estaba siendo justa con su amiga pero en aquellos momentos no quería mostrar su rostro a nadie.Dolía demasiado.
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En la escuela, Adrien se recostaba en su asiento. Se sentía fatal, su pecho dolía y aunque Nino intentaba animarlo, el rubio no conseguía sonreír.
Sentía el asiento vacío de la joven azabache en su espalda como si fuera una puñalada en la espalda. Hacía ya cinco días que la chica no asistía a clase y él creía saber el porque.Durante las noches, convertido en Chat noir se acercaba a su balcón y tocaba su ventana con los nudillos con la esperanza de que ella apareciera pero a pesar de que se quedaba durante bastante rato, su princesa no aparecía y su cuarto estaba completamente oscuro.
El chico apretaba los puños, decaído y con el animo por los sueños, volvía a la mansión Agreste con la esperanza de poder verla al día siguiente.
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¿Que es lo que siento? MarinetteXChatnoir *MARICHAT*
Romance¿Por que no dejo de pensar en aquel gato tonto? ¿Por que sus ojos me persiguen? -My lady....estás...-Chat noir quiso tocarla pero ella estaba tirada en el suelo, como si fuera inaccesible, como si sus manos no fueran merecedoras de tocar su piel-sa...