Le oía respirar al lado de mi cuello, ladeé mi rostro y busqué nuevamente sus labios. Él me los brindó dulce como solía ser algunas veces, entre cada desprendimiento tomaba aire y le pedía a susurros, tímida e incluso nerviosa.
—H-Haru, n-no te detengas... —Su cara reveló la felicidad, su mirada brilló y con una sonrisa continuó besándome mientras que su cuerpo seguía balanceándose como una cuna.
— ¿A-así está bien? —estaba nervioso, los brazos rodeaban mi cabeza encerrándome en un placentero calor.
Afirmé lentamente y en silencio abracé su cuello, apegando más su pecho contra el mío.
—Necesito hacerlo más rápido, Shizuku... — me levantó de la cintura, trasladándome como una pluma hacia el escritorio que daba hacia la ventana que ya había mencionado, se encontraba abierta.
— ¡P-Pero no aquí, Haru! —me sonrojé y el me calló con otro de sus besos, me posó sobre la mesa tirando todo lo de encima al suelo. Estaba frío y la corriente de aire remecía mi cabello humedecido por el sudor del dulce placer.
—Está bien aquí, nadie nos mirará — volvió a besarme, me separó las piernas y apuntó hacia a mi interior entrando suavemente hasta más no poder. Agarró mi pierna y la subió a la altura de su cintura y la enganchó en su espalda. Vi sus ojos decididos... la velocidad incrementaba rápidamente, todo temblaba y no podía evitar contener los gemidos. Mordía su cuello y su hombro, agarré su pelo y me aferré a su cabeza. Continuaba lamiéndole por el lóbulo de la oreja y detrás de ella. Sentía como entraba y su miembro crecía calentándose a su vez. Los fluidos emergían y recorrían mis extremidades, caían sobre el escritorio y creaban pequeñas posas blanquecinas. El sudor caía y caía de ambos cuerpos mojando todo alrededor, la habitación tenía la temperatura más alta gracias a lo que realizábamos.
—Haru... no pares —susurré. Volvió a levantarme, se sentó en la cama y se acomodó. Dejó mi cuerpo encima con las piernas en cuclillas y tomó de mi pelvis para levantarme. Agitó su cuerpo de arriba hacia abajo y se estremecía entre gemidos suaves y suspendidos. Su rostro se enrojecía y su cabello se pegaba al rostro por la humedad.
Nuevamente cambiamos de posición apresuradamente, se quedó detrás de mi cuerpo, acomodó mis piernas y me penetró desde atrás. Agarró mis brazos tirándolos con fuerza y mi cara estaba pegada contra el almohadón de la cama, él con sus labios besó mi espalda al mismo tiempo con su mano libre tocaba los pezones de mis senos.
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Haz cumplido tu promesa (HaruXShizuku LEMON)
Fiksi PenggemarShizuku se encontraba estudiando tranquilamente, hasta que llega una visita totalmente inesperada. ¡¿Qué es lo que pasará?! ---- Advertencia: ESTE TEXTO CONTIENE LENGUAJE EXPLÍCITO Y/O SEXUAL Se recomienda discreción.