Un día normal en la vida de dos personas que eran separadas por un par de casas, se sentía como la distancia más larga que podían recorrer para verse. El mundo era de estrellas y colores para ambos, cuando estaba uno al lado de otro.
Existía un cariño “anormal” entre ellos que pocos notaban, ya que, al ser niños están impregnados de inocencia, es la historia de dos personas que no sabían que había reglas para enamorarse de alguien, que para ellos era fácil amar.
Ambos crecieron, y para ellos el mismo sentimiento de cuando niños aun existía sentían que dependían uno del otro, un día uno de ellos recibe una pregunta por uno de sus familiares, lleno de pena respondía.-Te he visto muy feliz estos últimos años desde que nos mudamos aquí, ¿Acaso estas enamorado de alguien?, Su hermana pregunto. El respondía – Si, pero no es algo normal.
El mundo no es tolerante hacia cosas anormales, como lo es esta historia, todo lo que se hable o trate de amor es lo mismo porque es amor, no hay que ser hombre y mujer para poder hablarse de amor, hombre y hombre, mujer y mujer, es lo mismo, la historia de estos jóvenes homosexuales, fue naciendo en ellos, ya que naces gay, no te haces gay.
Steve es el nombre de uno de ellos él no tenía miedo alguno de expresar sus sentimientos hacia otro chico para él era algo normal que su corazón dictaba en su mente, Jasón el otro joven, sabía desde un principio que el sentimiento era mutuo en ambos, la diferencia es que su padre que es el único familiar que tenia no aceptaría el hecho de que su único hijo fuera gay. Un día Steve y Jasón se encontraban en el parque charlando sobre el futuro, entre risas y palabras que solo ellos entendían, confesaron su amor de uno hacia el otro, los dos lo sabían pero sentían la necesidad de decírselos, tras intercambiar miradas por unos segundos, se inclinaron para darse su único y primer beso entre ellos. Para mal, el padre de Jasón caminaba aquella tarde por el parque, al ver a su hijo en dicha situación el procedió a un enfado involuntario y comenzó a gritar.
-¿¡JASON?!, que demonios crees que haces besando a otro chico!. Molesto, el padre tomo a su hijo del brazo y lo llevo a casa. Al llegar a casa los regaños hacia su hijo continuaron. – ¿En qué demonios estabas pensando? ¿Sabes cuanta gente pudo verte? ¿Sabes qué dirán de ti y de mí?. El contesto. – ¿Acaso importa?.
La primera y única decisión del padre fue mudarse y alejar a su hijo del “Anormal” chico que lo beso, entre lagrimas Jasón suplicaba que no quería irse. – No me moveré de este lugar, no dejare que decidas por mí. A la fuerza llevo a su hijo a otra ciudad, paso el tiempo, y la mente de Jasón fue matando todo recuerdo de Steve, a tal grado que hasta olvido su nombre y lo que había sentido al besarlo aquella vez en el parque.Aquí es donde comienza la verdadera historia….
Enero 16 del 2010 es la fecha donde Steve volvió a retomar la idea de querer estar junto a su viejo amor que algún día de juventud le fue negado por la intolerancia que vivía en el padre de Jasón.
Steve una tarde de un viernes, estaba hablando con una de sus únicas amigas que lo entendía en todos los sentidos, ella le hace una pregunta que se le hizo familiar. - ¿Estas enamorado de alguien?. El con un destello en los ojos y latidos fuertes en su corazón contesto a la pregunta. – Si lo estoy, lo he estado desde hace años, hasta ahora no sé si es lo mejor que me ha pensado o si es mi mayor error. Con la voz cortada Steve dice. – Una vez encontré ese amor por el que uno lucha, de ese amor que te hace querer ser mejor y hacer lo mejor, y no con cualquier persona, sino con la persona y desde que lo encontré eso fue todo para mí. Entre varias preguntas del pasado de Steve, Emma la amiga, le dio a entender bastantes cosas sobre el porqué ese amor del que el habla no funciona o es negado, la respuesta que marco a Steve fue “A veces en la vida hay que aceptar el hecho de que algunas personas entran a tu vida como una felicidad temporal”. Jamás borro esa frase de su momento y la misma hizo que él se motivara aun mas a poder volver a reunirse con Jasón, porque sabía que él no era esa felicidad temporal de las que muchas personas viven lamentándose.
Del otro lado de la historia, Jasón vivía como un chico “normal”, se sentía la persona más heterosexual del mundo, salía con chicas, las besaba y hasta llego a tener sexo con ellas, pero él sabía que no era amor, que no era especial, que no era algo que lo hacía feliz. En su mente habitaba el pensamiento de que ya había encontrado y amado a alguien que en verdad a él le importaba, pero no lograba poder ver más allá, moría de la curiosidad, por saber a qué mujer él podría amar, se preguntaba diariamente - ¿Cómo será? ¿Qué tendrá esa persona que me hace amarla sin siquiera conocerla?.
Jasón y su padre ambos sentados en una banca fuera de su casa, hablaban de la madre de Jasón, el pregunto.-¿Cómo sabias que estabas enamorado de ella?, el señor entra lagrimas le respondió a su hijo de una manera que lo impresiono “Tu madre no era la mujer más bella del mundo, pero eran tan bella para mí que invente un mundo en mi cabeza para que ella fuera la más bella de ese mundo, la mujer indicada no es aquella que te pondrá hacer locuras para demostrarle que te importa, la mujer ideal es aquella con la que piensas locuras de ella y te hace feliz con solo el hecho de saber que ella existe”.
La curiosidad mataba y mataba a Jasón, un día decidió viajar al lugar donde su padre le recordó donde ellos vivían, por que el aseguraba que una chica de ahí era la que el amaba, pero el padre sabía que no era una chica de la que su hijo estaba enamorado, le negó varias veces el ir a ese lugar, por miedo a que su hijo viera de nuevo aquel chico que su hijo beso.