Te veo siempre con ellas, sonriéndoles, asiéndoles mimos, tocándolas por todas partes y besándolas, mientras que yo sólo me quedo callado, mirándolos, parado en una esquina comiéndome mis sentimientos, mis lágrimas, mis celos, carcomiéndome todos mis pensamientos en donde estas metido. Tú no lo sabes, nunca lo sabrás, porque sé que si sabes estos sentimientos que abarcan mi corazón y mi mente, tú te irás y no quiero que eso pase, aunque me duela no ser tu persona especial, yo quiero estar a tu lado, aunque muy inconscientemente me odie y hasta llegue a odiarte porque no te das cuenta de lo que siento.
¡¿Que no soy muy obvio?! No todas esas gilipolleces que hacemos son sólo por nuestros "suscriptores", sólo para que crean que somos "gays", sólo por "jugar". Pero tú realmente no sabes cuánto daño me haces y me hago siguiéndote el juego. Esa vez que nos besamos en la Disaster Party fue el momento más feliz de mi puta vida aunque pusiera cara de absoluto asco y tú... Tú solo estabas ebrio, pensando en alguna de las tantas putas que llevabas a veces a la casa. Por un momento yo pensé que mis sentimientos te habían llegado pero no, sólo fue otra estúpida ilusión.
- Rubiuh, ¿que tieneh? - Preguntaste mirándome fijamente en otro día normal estando en la sala.
- Nada Mangel – Respondí normal, sin dejar de ver mi móvil.
Siempre la misma maldita pregunta, y yo siempre la contestó bordemente esperando a que te dieras cuenta que era tu culpa el tenerme de esa manera. ¡¿Realmente estás ciego Mangel?! No puedes ver que siento celos de todas esas hijas de puta que sólo se te acercan por el hecho de que eres Mangel Rogel, malditas víboras. En mis pensamientos más locos quisiera comerte a besos, decirte una sarta de cursilerías como lo hacen esas parejas melosas que siempre vemos en el centro, que durmiéramos juntos y en las noches de pasión sentir por completo nuestros cuerpos unirse en uno solo. Me doy cuenta que de verdad me he convertido en un subnormal.
- Mangel tengo que hablar contigo – Dije en un tono demasiado serio entrando en tu habitación quedándome en el marco de la puerta.
- Sí Rubiuh, ¿qué paso? – Dijiste extrañado por mi actitud.
- Pienso mudarme – Sentencie sin hacer expresión alguna en mi cara.
- ¿¡Que?! ¡¿Por qué?! – Preguntaste con cara sorprendida levantándote de tu silla para ir a donde yo me encontraba.
- Pues la verdad quiero independizarme un poco tio – Respondí con la primera excusa que se me ocurrió sin mirarte a los ojos.
No respondiste nada, sólo volviste entrar a tu cuarto, tomaste tu móvil, me pasaste de largo y saliste de la casa dando un portazo, el cual asustó a la gata. Yo me senté derrotado en el piso mientras me revolvía el pelo y suspiraba. ¿Estaré haciendo lo correcto?
Pasaron las horas y Mangel no regresaba, me estaba preocupando mucho, ni si quiera jugando se me quitaba ese sentimiento de preocupación y miedo.
- "¿Te habrá pasado algo?" - Pensé nervioso ;- "No, calmate Rubius, estás pensando de más, es Mangel, sabe cuidarse solo. Él llegara en cualquier momento..." - Intente convencerme.
Y justo cuando terminé de pensar esto pude oír como alguien cerraba la puerta de la entrada, salí corriendo de mi cuarto, para cuando ya estaba en la entrada pude ver a Mangel, éste con su misma cara de poker, al verme no dijo nada, solo camino hacia mí y sin más me abrazó. Al inicio sólo me quede sin palabras, ¿a qué se debía ese abrazo? ¿Se está disculpando? ¿Era un abrazo de despedida? ¿Buena suerte? ¿De te odio pero te deseo lo mejor? No sabía que pensar, así que sólo atiné a preguntar.
- Man... ¿Mangel?
- Rubiuh, ¿por qué no me lo dijihte anteh? – Preguntó sin soltarse del abrazo.
- Qu... ¿Qué? – Pregunté nervioso abriendo mis ojos sorprendido, ¿¡ya se habra dado cuenta?!
- Que alguien te guhtaba. - Se soltó del abrazo y me voltio a ver contento.
¿¡Que mierda pasa!? ¿¡Mangel sabe que me gusta!? ¿¡Quién le dijo?! ¿¡Fue Cheeto o Alexby o Willly?! ¡¡¡¡JODER, NO SE QUE PENSAR!!!
- A... A mí no me gusta nadie – Respondí tratando de controlar mis emociones.
- ¡Oh vamoh macho! ¡Que si somoh amigoh dehde hace máh de 8 añoh! Puedeh decirme lo que sea. Dime, ¿¡quién es la afortunada!? – Dijo mientras me daba unas palmadas en ambos brazos sonriendo demasiado contento.
- A... ¿Afortunada?... – Dije cabizbajo sintiendo una punzada en mi corazón.
- Sí, sino es así ¿porque te quiereh mudar macho? Es para que yo no me meta ¿verdad? Jaja – Respondió mientras me volvía a dar palmaditas en los brazos.
- Afortunada... - Volví a repetir aún con la mirada baja pero empezándome a cabrear un poco.
- ¿Rubiuh? – Preguntó extrañado intentando mirarme.
- ¿¿¿¡¡¡AFORTUNADA!!??? ¡¡¡JODER MANGEL SI QUE ERES ESTUPIDO!!! – Grité enojado mientras empezaba a llorar desesperado.
- Q... ¿¡Que te paha Rubiuh!? ¿Ehtah bien? – Preguntó preocupado y sorprendido por mi actitud.
- ¿¿¿¡¡¡TÚ CREES QUE YO ESTOY BIEN!!!??? ¿¿¿¡¡¡EN SERIO!!!??? ¿¿¿¡¡¡ENSERIO PUEDES SER TAN GILIPOLLAS!!!??? No te das cuenta que tú... ¡¡¡TÚ ERES LA MALDITA PERSONA QUE ME GUSTA!!! - Grité aún exaltado pero tapándome mi boca enseguida por la idiotez que dije.
- ¿¡QUÉ!? –Dijo alterado frunciendo el ceño.
¡Mierda! La he cagado, como puede ser posible que le dijera... bueno, gritado que me gusta. Si que soy gilipollas. Veo su cara que de una sorprendida pasó a una que nunca había visto en Mangel, una que demostraba asco, horror, ODIO. Quería decirle que sólo era una broma, que sólo por la emoción se me había ocurrido esa excusa tan idiota, pero fue demasiado tarde, pude sentir como un puño se acercaba a mi rostro, y antes de poder esquivarlo me dio justo en la mejilla haciendo que de esta manera cayera al piso de sentón, mis lágrimas seguían saliendo ahora más intensamente y sentía un gran ardor en mi cara. Levanté mi mirada, te vi un momento y cuando nuestros ojos se cruzaron tu sólo dijiste.
- ¡No te me vuelvah a acercar! ¡Me da' ASCO!
Lo vi irse por la puerta, sin saber a donde iría, me paré del suelo, pero enseguida volví a sentarme en él, no tenía fuerzas en mis piernas, aquellas palabras fueron demasiado para mí, así que como si fuera un niño pequeño empecé de nuevo a llorar mientras flexionaba mis piernas y escondía entre ellas mi cara. Mangel esa noche no volvió, me quede solo en la casa, la gata venía a mí para que la pudiera acariciar, ella era la única que por el momento me podía consolar mientras que yo lloraba sin parar, era demasiado doloroso para mí el perder a la persona que tanto amaba. Me quede dormido en el suelo mientras Raspberry ronroneaba en mi estómago.
Pasó una semana en donde Mangel me evitaba y ni me dirigía la palabra. Hasta que el día de la mudanza llegó, los empleados de la mudanza se llevaron primero mis muebles, después la computadora, mi ropa y cajas grandes llenas de mis cosas personales. De esta manera dejaron sola mí recamara, cargue a la gata y con ella me dirigí rápido a la cocina, quería algo de beber ya que ese día había sido muy pesado, en el refrigerador pude ver una nota pegada, era un postit color amarrillo, lo despegué y vi que decía.
"Buena Suerte Rubius..." - Mangel-
Sólo con ver su letra, quise volver a llorar pero me aguanté, me tragué mis lagrimas de nuevo, me fui de ahí pegando la nota en el refrigerador. Estando en la entrada principal me volteé rápido a ver la casa donde pase los mejores años de mi vida y antes de irme, susurré.
- Adiós Mangel...
Cerré la puerta y desde ese momento me olvidé de aquella persona que llamaba "mejor amigo", de aquella persona la cual yo amaba...
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NO ERES MÍO | Rubelangel
Short StoryOne Shot Rubelangel escrito en 2013 y editado en 2016. RESUMEN: Es horrible la sensación que la persona que tanto te gusta, que piensas que puede ser el amor de tu vida no te corresponda y para colmo que... Ya no este a tu lado. Lo siento Mangel...