Capítulo doce

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Me despierto con el sonido del timbre, que resulta atronador en contraste con la quietud mañanera. Me levanto de un salto y corro hacia la puerta para abrirla de golpe, no sin antes mirarme al espejo y ver que tengo aspecto decente.

-Más vale que sea importante –digo, en cuanto abro la puerta, pero veo que es Yoosung y sonrío –Ah, Yoosung, eres tú.

-Sí, lo siento por haberte despertado, es que son las tres de la tarde ya y pensé que sería buena hora...

-No te preocupes, es que duermo mucho –sonrío, pero frunzo el ceño cuando caigo en una cosa –¿Y tú cómo sabes dónde vivo?

-Te seguí el otro día –se sonroja y yo levanto las cejas –Espero que no te moleste.

-No pasa nada, pero no le digas a nadie mi dirección, ¿eh? –él asiente y yo le imito, con lentitud –¿Y para qué venías?

-¡Ah! Es verdad –sonríe con amplitud y parece aliviado –Como está nevando podemos ir a dar un paseo por ahí o algo.

-Vale –asiento y él da un paso al frente pero yo le paro –¿Puedes esperarme fuera? Tengo mucho desorden en casa y tampoco quiero que lo veas.

Me río y él asiente, a lo que yo cierro la puerta con rapidez y corro hacia el baño. Me ducho y me lavo la cara con jabón para prevenir que me salgan granos y me pongo la ropa de ayer, que ya está seca. Cojo la misma mochila y meto lo de siempre; pañuelos, las llaves, la cartera, el lápiz de memoria y el móvil.

Cuando salgo por la puerta, saco el móvil y mientras espero a que llegue el ascensor, lo desbloqueo y miro los mensajes. Tengo unos cuantos de Yoosung, diciendo que viene y dos llamadas perdidas de Zen. También hay un par de SMS de mi madre que dice que la llame, que la tengo abandonada. Sonrío con tristeza y salgo del ascensor para encontrarme con Yoosung, que me espera pacientemente.

Ahora me fijo más en él, lleva un abrigo marrón y unos vaqueros con unas botas de color marrón claro. Sonrío y salimos por la puerta, a lo que yo observo que la nieve ya no está, porque han pasado una máquina quita nieve, deduzco. Me río y mientras caminamos por la calle le cuento a Yoosung lo que me pasó ayer y todas las caídas que tuve. Él no para de reír y yo sonrío brevemente.

-¿Tienes hambre?

-Pues la verdad es que sí –reconozco, tocándome ligeramente el estómago –No he comido nada desde ayer.

Él asiente y me lleva hasta un restaurante en el centro de la ciudad. Nos sentamos en una parte alejada y pedimos una hamburguesa cada uno. Hablamos de todo tipo de cosas cuando Yoosung se queda mirando a algo tras de mí.

-¿Qué pasa? –me giro pero solo veo personas pidiendo en la barra del restaurante –¿Qué miras?

Me ignora y entrecierra los ojos, para después levantarse de golpe de la silla y agitar una mano con fuerza.

-¡Jumin! ¡Jaehee!

Miro a mis espaldas y me fijo en un chico y una chica que se acercan a nosotros. Los dos van con traje y con maletines que dejan ver papeles que parecen ser de negocios. Los reconozco al instante, ya que he investigado sobre ellos. Son miembros de RFA, Jumin Han y Jaehee Kang.

-Yoosung. Me alegro de verte –dice Jumin, con una voz grave pero que me resulta extrañamente reconfortante.

-Hacía mucho que no nos veíamos –Jaehee sonríe con brevedad y me mira –¿Quién es tu amiga?

-Se llama Daniela, la chica de la que os hablé.

-Ah Daniela, yo soy Jumin Han, y ella es asistente Kang –me mira y yo sonrío, levantando la mano a modo de saludo.

-Me llamo Jaehee Kang –dice ella, con tono frustrado.

-Sí, bueno, es lo mismo –él hace un gesto con la mano para quitarle importancia y se sienta en una de las sillas que quedan libres al lado de Yoosung –Por cierto, tienes que cuidar de Elizabeth 3rd.

-¿Otra vez? –pregunta ella, llevándose las manos a la cabeza y revolviéndose el pelo –Ya es la segunda vez esta semana, señor Han. Deberías cuidar de tu gato, ya que es TUYO, no MÍO –hace una pausa cuando la camarera viene a traernos nuestra comida y piden lo suyo –O si no déjaselo a Luciel.

-No –Jumin no se molesta ni en levantar la mirada, pero si noto que está molesto –Me lo debes por haberme obligado a venir a este... Sitio –hace una mueca de asco y levanta la mirada hacia ella –Podíamos haber llevado a la oficina  a mi chef personal.

-¡Que no hay tiempo! No puedes hacer esperar a tus clientes, señor Han, ya te lo he dicho.

-Me da igual el tiempo, si tienen que esperar que se esperen, yo tengo que comer en condiciones –llega la camarera con la comida que pidió, pescado, y lo mira con asco –No como esto.

Jaehee pone los ojos en blanco y Yoosung se ríe, a lo que yo le imito y Jumin esboza una sonrisa casi invisible.

"Me gusta. Es misterioso."

Mientras comemos, hablamos de temas banales y una media hora después, no sin antes pagar, nos vamos del restaurante. Yoosung y yo decidimos acompañar a Jaehee y Jumin a su trabajo, y cuando llegamos al edificio, que es enorme y tiene por lo menos quince pisos, vemos a dos figuras en la entrada, discutiendo.

-¿Esos no son Luciel y Zen?

Entrecierro los ojos y distingo claramente a Zen y 707. Así que Luciel debe ser su nombre... Lo dudo, pero por el momento voy a creer que sí.

Nos acercamos a ellos y en cuanto nos ven, se callan y me miran fijamente. Zen me muestra una sonrisa y Seven me mira con su seriedad habitual. Pongo los ojos en blanco y seguidamente le dedico una sonrisa al peliblanco.

-¿Qué hacéis aquí? –pregunta Jumin, frunciendo ligeramente el ceño –¿Cuántas veces os tengo que decir que no os quedéis esperando delante de la entrada? Dais mala imagen de mi empresa.

-Nada de esto pasaría si tú le dijeses a tus guardias que nos dejen entrar en tu maldito edificio.

-No es mi edificio –dice Jumin mirando a Zen como si fuera algo obvio –Mi padre es el dueño.

-Lo que sea, pero te recuerdo que tampoco tenemos permitida la entrada a TU casa –Zen aprieta la mandíbula y le fulmina con la mirada –Y no me niegues que eso no depende de ti.

-No te niego nada –se encoge de hombros y se acerca a la entrada para hablar con los guardias.

-Estúpido multimillonario...

Miro a Zen y me río, mientras él baja la mirada ligeramente y forma una fina línea con sus labios. Jaehee se da cuenta de la ausencia de Jumin, así que se va corriendo con él, pero segundos después vuelve y coge a Seven de la capucha de la chaqueta.

-¿Qué me vais a hacer? No abuséis de mí por favor –dice Seven, fingiendo un puchero.

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ACÁ EL NUEVO CAPÍTULO
No es gran cosa, lo sé, pero ya que lo tenía escrito de antes pues digo yo: venga pues lo subo.
Oye he notado que han bajado las leídas; ¿debería subir más o seguido o menos seguido?
Y YA CASI 1K LEÍDAS, y gracias a eso creo que subirán aún más, porque cuando una historia tiene 1K de leídas como que llama más que una de solo 500, ¿eh?
MUAH 💋

Guerra de hackers [Seven Mystic Messenger]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora