El Fin

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Y me levanté, me bañé, me vestí. Y me fui a un centro comercial a buscar una piedra, o una joya, o una roca, como quieran. Si no me sentía casado, nunca iba a sentir que algo era mío. Es una mal formación mía, pero si no me acepto a mí como soy, nunca voy a aceptar a nadie. Y ella tendría que aceptarme tal como soy si quiere que le regale los mejores años de mi vida, porque aún tengo toda la vida por delante para vivir los mejores momentos que quiera.

Entré a una tienda buscando y mirando, cotizando y aprendiendo. Una dependienta quería saber qué era lo que andaba buscando, pero yo no sabía qué era. Tenía una idea vaga, pero no era algo de lo que podría hablar. Me mostró varias opciones, me mostré indeciso. Y sin darse cuenta ella me empezó a ayudar y a orientar:

- ¿Qué tipo de joyas le gustan a ella?

- No sé.

- Si no sabes, es mejor que no te cases.

Tenía razón la señora. Si me lo decía tenía que ser verdad. A ella le convenía que le comprara la joya más que mi felicidad. Pero al final una joya da lo mismo, lo que importa es lo que siento. Se lo dije.

- Aunque no lo creas es importante.

Y me dio las misma razón que expliqué más arriba. ¿Qué tan importante podía ser? Así como para mí es importante sentir que la persona que está conmigo me entiende. No era el momento para cuestionar las ceremonias de la vida, si aceptaba quedarme en Santiago tendría que ser con la leyes que rigen a Santiago. Al final uno sabe qué es lo que acepta, y qué no. Y era una buena opción, si elegía una joya que no le gustara, me diría que no y sabría lo que tenía que hacer. Le dije a la señora que seguiría viendo en otros lados.

Y entré a otra tienda. También me atendieron con amabilidad, pero ésta era una mujer joven. Le pregunté si estaba casada, me dijo que no. Me dieron ganas de preguntarle si quería casarse conmigo. Para practicar. Pero desistí, lo que si le pregunté era si es tan importante la joya a la hora de pedir matrimonio.

- Depende, si la mujer es materialista, sí.

- ¿Y para ti es importante?

- No, yo prefiero un hombre que sea bueno a que me regale la joya más linda y más cara que encuentre.

- Vas a ser feliz.

Ella me sonrió y me mostró lo que había en el mercado. Tampoco me decidí por nada, estaba inseguro, ni siquiera sabía si la Pelirroja era materialista o no. Pero después que Madonna cantó "material girl", pensé que todas lo eran. La chica del mostrador se probó un par de argollas que le quedaban muy bien, se lo dije.

- No es mejor que se lo propongas y después juntos vengan a elegir.

- Pero eso va contra las tradiciones.

- Llévale la caja, que sea simbólico y después la eligen juntos. Es más práctico.

Y el amor se convirtió en algo práctico. Y me puse más inseguro que antes. Y me dieron ganas de irme a tomar un café para pensarlo mejor. Le di las gracias por la ayuda y antes de salir, me dijo:

- Si estás tan inseguro es mejor que lo pienses bien.

- ¿Por qué?

- ¿Por qué te vas a casar?

- Ella me propuso que nos fuéramos a vivir juntos.

- ¿Y por eso te vas a casar?

Por qué para todo el mundo era tan fácil deducir que estaba a punto de cometer una locura. Ellos no conocen mi historia. Fue a caso ése mi error la primera vez que me arrepentí de casarme. A lo mejor me estoy apresurando. Estoy siendo demasiado cerrado con el tema de irme a vivir con alguien.

El Amor en tiempos del "Like"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora