*0* Una hermosa amiga mía, Gymnopedie01 me hizo este hermoso fan art de Albus, es simplemente hermoso aunque la iluminación de mi cuarto no le haga honor enserio me encanta.
Por un momento pensé que todo era una rara y estúpida forma de paranoia, sentía que las personas me vigilaban, me seguían a todas partes y Gil aunque antes no me había preocupado en notarlo no se separa mucho de mí, sus astutos ojos aunque parecen no verme siento como me vigila. Lo que me tiene aún más preocupado es aquella conversación de los alumnos de quinto, había algo que se relacionaba con todo esto. Mire la carta que le mandaba a mi padre, estábamos en un pequeño conflicto que tenía que ver más bien con mi falta de interés en regresar a casa. Vaya que me atraía la idea de encontrarme con un hermoso Scorpius, pero la idea que tenía mi padre era una educación en casa con unos amigos de él. Le escribí que era un inmaduro y tengo miedo que venga hasta Durmstrang solo para darme una de sus charlas motivadoras o que mi madre mandará un vociferador.
-¡Potter! - dijo Trygven - ¡te dije claramente que hoy no quería que salieras de tu habitación, es tu día libre…
- Si es mi día libre haré lo que quiera con el – camine colocando la lechuza para que volará.
-¿Estas siendo irrespetuoso Potter? – dijo amenazador – Son pedidos que me encarga la Directora, solo eres un mocoso ¿Qué entenderías?
-Tal vez no tanto como me gustaría – dije mirándole a los ojos – pero sé que me están escondiendo algo... No solo a mí, creo que también al resto de la comunidad mágica es ignorante.
-Cuidado con lo que dices Potter – dijo con un semblante algo preocupado – Hasta el aire es algo chismoso.
Le mire extrañado, luego se acercó a mi tapando su boca con un dedo en símbolo de silencio, tomó mi brazo izquierdo y retiro la manga dejando un poco de piel descubierta, tomó su varita y presiono levemente con la punta de esta, un débil resplandor salió.
-¿Qué hiciste? – dije apartando el brazo asustado.
-Solo digamos que ya no puedes esconderte de mi Potter – dijo guardando la varita en su abrigo de piel.
-¿Eh? ¡¿Me colocaste un rastreador?! - dije aturdido.
-Es por tu seguridad Potter
-¡Están ocultando algo! – dije casi gritando.
-Es por el bien común Potter.
-Mis polainas – dije agitando mi brazo frenéticamente.
-No lo quitaras solo por eso – dijo con voz serena – Sé un buen chico y no causes molestias.
***
Mire atento el lugar donde se supone Había colocado el rastreador, dentro de cuatro días sería la Prueba de Supervivencia, pero no asistiría por orden de la Directora ya que Trygven dijo que me encontraba muy indispuesto. Gil Terminaba de hacer su rutina de ejercicio y me miraba atentamente, suspiro algo retraído y comenzó a alistar todo para la Prueba.
-Me hubiera gustado que fueras – dijo en reproche – Se alcanzan a ver la aurora polar.
-Bueno a mi no me hace Tanta ilusión como a ti – dije mirando con atención el relicario – No me gusta morir congelado, la tormenta no ha parado desde hace tres días y no tiene pinta de que vaya a terminar pronto.
-Simplemente ni ves la belleza en el caos Albus – me miró con los ojos algo ensombrecidos – Deberías aprender.
Le mire por un buen rato mientras el seguía organizando todo. Un sobre cayó en el suelo, era color gris oscuro, con un sello color negro, se veía una águila siendo atravesada por una Espada. La recogí y la mire, voltee la carta solo decía Vesper Antiquis la volví a dejar en el piso, me acomode en silencio y observe por el rabillo del ojo como se comportaba Gil. Al cabo de unos segundos se tenso y comenzó a buscar algo, volteo a mirarme y yo me concentre en el relicario, bajo la mirada y tomó la carta con prisa temiendo que yo la hubiera visto.
Deje caer en mi pecho el relicario y me centre en leer la carta que me envía mi padre.
Para Albus
Hijo mio, realmente me alegra que lleves bien tu educación en Durmstrang, la directora habla de ti con intriga y fascinación. Estas aprendiendo muy rápido y adaptándote a Durmstrang, me enorgulleces Albus.
Me entristece que no puedas venir este verano, tu madre casi llora al enterarse. Ahora que veo lo apegados que estamos a ti creo que si es mejor que decidieras irte, siento que eramos muy asfixiantes para ti.
Escríbeme pronto
PD: Una chica llamada Astrid nos manda unos bombones y dicen : Para mis suegros. Me gustaría que lo explicaras.
¡Esa loca de Astrid!
Cogí rápidamente una pluma y un pergamino, escribe u a breve carta diciendo que realmente me alivia haber dejado Inglaterra, podría ver más cosas del mundo. No mande ni cariños ni a precios, mi padre simplemente me estresaba. Al final de la carta especifique que Astrid era una loca con un horrendo delirio de salir conmigo. Mire la carta con cierto fastidio y la deje encima de mi mesa.
***
Faltaba un mes para la Prueba de Supervivencia hecha en abril, Trygven ya me había “graduado” de mis clases de refuerzo en pócimas, transformaciones, hechizos y demás, las únicas que me daban lata era Supervivencia y Quidditch.
-¡Lento! – grito Trygven comiendo la daga de hielo – Es demasiado débil, practicadas otra hora la invocación de hielo. Ahora te estoy diciendo que debes colocar te de lado más rápido, estas luchando con una bestia no bailando vals Potter.
Lo mire con fastidio y trate de invocar otra daga, mis palmas se iluminaron un poco y los copos de nieve acudieron a mis manos endureciéndose formando una estilizada hoja de daga.
-Ya lo haces más rápido – dijo mirando mi daga – Hazme una lanza.
Obedecí y trate de concentrarme, sentía el frío recorrer mi cuerpo como parecía envolverme suavemente.
Es tiempo, no mires atrás.
Abrí mis ojos sorprendido y la efímera lanza se desmoronó en un abrir y cerrar de ojos, cerré mis palmas rápidamente y todo parecía desvanecerse.
-¿Potter? – dijo asustado, me coloco su mano en mi hombro - ¡Potter!
Lo mire y luego me fije en mis manos las recubría una capa de hielo, al igual que una parte de mi cuello, las agite rápidamente y el hielo se deshizo de inmediato, toque mi cuello con tranquilidad y el hielo cedió ante mi toque.
-¿Te sucede seguido? – dijo mirándome acusatorio.
-No – dije tranquilo – Es la primera vez que sucede, pero siempre supuse que habría una secuela, nada se da gratis.
Trygven me miro incrédulo y luego comenzó a caminar fuera de la habitación de entrenamiento, mire mis manos temblorosas y sonrosadas, las metí en mi abrigo. Mire la puerta y luego saque una carta.
Para Albus.
Mi madre esta algo enferma, dice que no es nada grave, ligero y sin sentido como una gripe, pero la forma en que mi padre cuida de ella me hace pensar que es algo mucho más grave. Me gustaría que estuvieras junto a mí, me hace falta tus bromas despreocupadas y planes divertidos.
Aunque no todo parece perdido, mi padre me ha dicho hoy que Hará lo posible para que pueda ir a visitarte. Me ha dejado muy ilusionado, realmente me gustaría verte, ¿Cuánto habras cambiado?
Escríbeme si te gusta la idea.
Con ilusión
Scopius Malfoy.
Cerré la carta con dulzura, tome la data y volví a entrenar, algo se está moviendo, algo muy peligroso y tengo suficientes razones para creer que van detrás de mí. Si están detrás mio harán cualquier movimiento en la Prueba de abril, debía estar preparado. Deshice la data y comencé a hacer flexiones.
Escuche un suave suspiro y me puse en guardia de inmediato.
-Eres tan sexy Albus – dijo Astrid – Vaya que te ha sentado el ejercicio, y pensar que cuando llegaste parecías un fideo.
Me mire de reojo, bueno ya tenia más músculos y podía percibir los músculos marcados de mi abdomen, tome el abrigo de piel y me coloque tranquilamente.
-¿Qué te trae por aquí? – dije educadamente.
-Tu – dijo sonriente - ¿Estarás en la prueba?
-Si
-… Albus, no vayas – dijo mirandome con miedo.
-¿Por qué? – dije interesado.
-Yo… - dijo con temor – No puedo decirte, pero créeme.
La mire detenidamente y pude sentir su miedo, le sonreí cálidamente.
-No te preocupes – dije en su oído – Ya sé que algo anda bastante mal.
***
-¡Durmstrang! Es tiempo de celebrar ¡La Prueba de Supervivencia!
Escuche los gritos entusiasmados y pisadas fuertes, mire a mi alrededor y todos Lucían calmados, Astrid me miraba con temor, su cabello lo tenía agarrado en un moño apretado.
-¡Estudiantes! Espero que disfruten el último acto de supervivencia de este año, hoy se reúnen los estudiantes de tercer hasta quinto grado, se miran bastante nerviosos ¿Cómo no estarlo? Esta vez y solo por esta vez, la prueba durará dos semanas.
Mire aturdido a mi alrededor, dos semanas… Eso era demasiado tiempo, ¿Qué era esto?
-Pero no se preocupen, no morirán, los tendremos muy vigilados, pero tengan en cuenta, las personas que se rindan después de ser recogidas por nuestro personal de salvación, reprobara el año inmediatamente. Por lo demas se les entrega un panfleto con todas las reglas, ¡Sin más molestias! ¡QUE EMPIECE!
Un fuerte balazo sonó dando el inicio de la prueba, mire de último momento a Gil que daba una sonrisa confiada, mire de nuevo el bosque, realmente no quería morir.
***
-Veamos – dije abriendo el panfleto, tenia dibujos para explicar desde las reglas donde prohibía el ataque a demás estudiantes y la forma de pedir ayuda con u destello de luz roja. También especificarán cada color, rojo para peligro y rendición, amarilla para heridos, azul para vigilancia y el negro era para ayuda inmediata y muertos. ¡Que específicos! Mire al cielo y trate de calcular la hora algo que de me daba mal, deben ser las 10 de la mañana, comencé a buscar alimentos y refugio.
Al desplazarme por el bosque había adquirido una costumbre silenciosa, aunque el suelo estaba lleno de hojarasca mis pisadas no emitían sonido alguno. Escuche como unas pisadas se acercaban y subí rápidamente a un árbol escondido en el entre sus ramas con retoños de hojas. Observe al estudiante de quinto que parecía buscar algo con desesperación, luego de un rato de buscar siguió su camino. Baje cuidadosamente de aquel árbol, al parecer están cazando y por como se movía algo descuidado no creo que sean animales, escuche a lo lejos el resonar de un río, debería pescar algo.
Al llegar al río era de aquellos gruesos y llenos de salmones, me sentí algo victorioso y saqué el delgado hilo hecho de pelo de cierto animal que por desconocidas razones solo los entrenados veían. Sonaba a algo que la tía Luna amaría.
Lo amarre a un palo y le coloque el anzuelo, coloque un poco de galletas – que venía junto a la panfleto – y lance el anzuelo al agua, espere unos minutos hasta que sentí un débil jalón, lo saque emocionado para encontrarme con el anzuelo completamente solo, chasqueé la lengua con decepción y volví a repetir el mismo procedimiento… una y otra vez hasta que me quede sin galletas.
En resumen ya iba a anochecer, no había hecho mi refugio, no tenía galletas y ningún tipo de pez, ¡Gracias por tus lecciones Trygven! ¡Me han ayudado bastante! Cogí una oruga que pasa la mire con lástima, tal vez tenga hijos y esposa, tal vez regrese cansado de su trabajo… Lo clave rápidamente en el anzuelo y lo lance de inmediato, perdona pero eras tu o yo.
Después de esperar un rato un fuerte jalón me hizo perder la caña de pescar… Merlín no estaba de mi lado, por suerte no había caído al frío río sino paseaba por la orilla de este la perseguí hasta alcanzarla y la jale con fuerza, realmente senti que la novena sinfonía de Beethoven, en todo su esplendor con todos los coristas alineados perfectamente, un sentimiento realmente hermoso y luego decepcionante, un salmón tan grande como mi mano se retorcía mientras se asfixiaba. ¡Me ilusionaste!
Refunfuñando lo lleve en mi espalda este era todo el botín que tendría para mi, me introduje de nuevo en el bosque busque con la mirada un lugar que me llamara la atención, ví a lo lejos un pequeño claro, corrí hasta él luego deje el salmón colgado de una rama cercana y busque un buen árbol para sacar las bases de mi refugio, corte unas con el cuchillo serrado y baje a ágilmente hasta llegar al piso mire de reojo el salmón y permanecía intacto, comencé a armar mi refugio mirando esporádicamente al pequeño salmon. Al terminar me dispuse a hacer una fogata para cocinar el pequeño salmón, ya era más de noche que de día miré el árbol donde había colgado mi salmón.
Que me lleve la….
No estaba mi salmón colgado… hoy definitivamente no era mi día.
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Solo cambiemos de rumbo
RomansÉl en definitiva era mi perdición, sus ojos plata y personalidad afilada me traían completamente loco. Lo sabía desde aquel momento en que conocimos en el tren, sabía que Scorpius Malfoy sería el único que podría adorar con una sola sílaba dada...