Día 12

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Despierto por unas risas bulliciosas, tengo demaciada calor. Abro los ojos y veo a Dylan con Katy riéndose.

-¿Que hacen ahí parados?.-balbuceo.

Me giro y encaró a un durmiente George, tiene su pierna y brazo encima mío.
El se remueve, esta despertando. Me hago la dormida y el se incorpora.

-¿Que están mirando?.-dice brusco.

Creo que ahora está procesando la información y lo que ve.

-No molesten.-fue su corta respuesta.

La cama se remueve cuando se va, me giro con cuidado y de un salto Dylan a tira a mi lado.

-Tendrás el olor de George en tus almohadas mientras sueñas.-dice cantarino.

Me levanto, tomo una almohada y se la lanzó. Entro al baño para ducharme, mis mejillas arden. Trato de que la sensacion de sus brazos aprisionandome se valla, pero no lo consigo.

Voy a la cocina con una polera si me queda gigante, casi a la mitad del muslo y mi compañera, mi sudadera.
Veo a Katy cocinar lasaña y Dylan le cuenta sus anécdotas.

-Tomaron bastante confianza ustedes dos.-digo
-El es muy simpático y no tiene nada de pudoroso.-ríe Katy.

Me siento junto a Dylan en la encimera de la cocina.

-¿No quieres ayuda?.-digo.
-Ya hemos hablado de eso.-responde.
-Pero una ayuda jamás está de más.
-Ven, pon las capas.-suspira.

Voy saltando a su lado y hago lo que me dice. Dylan pone musica en la radio está terminando una que no conozco, empieza

-Oh, esa canción.-dice Dylan.
-Es buena.-suelta Katy

Empezamos a cantar y bailamos. Veo a George aparecer en el marco de la puerta.
Gabriela, debes estar tranquila. La indiferencia.

-¿Como están?.-dice, se sienta donde estaba yo.
-Bien.-digo.

Dylan se ríe bajito, que estará pensando. Seguimos la conversación natural, es muy facil seguirle el ritmo, cuenta sus anecdotas sexuales con mucho animo.

Cuando la comida ya está servida, me distraigo. Odio cuando pasa eso, quiero estar super involucrada en la conversacion pero no se puede.
Con la aparición de Pocholo he tendido los nervios de punta, ¿Como pudo localizarme?. Cuando escapé el no me seguía...No, no puede ser que el...Oh, Dios, por favor no.
El tenedor cae en el plato y siento los ojos llorosos. Estas tres personas con las cual comparto casa me miran preocupados. Los miro y al pestañas un par de lágrimas caen.
Voy corriendo hacia el teléfono de la sala, siento sus pasos atrás mío. George está junto a mi y eso de alguna manera me da seguridad.
Marco el número.

-Maggie, ¿Quieres decirme que ocurre?.-interviene George.
-Por favor, espera un segundo.-digo con la voz quebrada.

Después de unos segundos eternos, contestan.

-Hola, quiero encargar una pizza..., da lo mismo, sólo traiga algo.-terminó dándole la dirección y cuelgo.

Los encaro. George comprendió que quiero hablar con Rodrigo pero Katy y Dylan tienen una expresión preocupada.

-El repartidor es mi amigo, necesito verlo.-digo para tranquilizarlos.
-¿Por qué lloras?.-dice Katy.

No lo puedo decir, me da miedo. Sólo quiero que llegue la maldita pizza.

-No se preocupen...-digo
-No, esta vez tendrás que responder mis preguntas.-dice brusca.
-Katy.-advierte George.
-No, tiene razón.-calmo a George.-Creo que ha este amigo le pudo haber pasado algo y si tengo razón, no me lo perdonaría jamás en la vida.-digo con lágrimas en mis ojos.

Miro el reloj. Según la promoción llegarán en 30 min. después de tu llamada.

-Faltan 20 minutos para que llegue la pizza, terminen de comer, por favor.-pido.
-Te haremos compañía.-dice Dylan.

Sonrio internamente.

-Vengo en un segundo.-digo.

Subo las escaleras hacia mi cuarto. Abro mi cuaderno de dibujos y encuentro la foto. Vuelvo a la sala. En la foto, estamos Rodrigo y yo en una de nuestras primeras fiestas, estamos bebiendo y se ve toda la gente atrás bailando. Al reverso, hay una foto de nosotros después de tener sexo, estamos en la cama y el saco la foto.
Se me caen unas lágrimas al ver su cara sonriente.

-¿Que es eso?.-dice George.
-Es una foto.-respondo.

Separó las fotos, ya que sólo están pegadas con cinta adhesiva. George las toma sin que me pueda percatar. No dice nada, lo veo y frunze el ceño.
¿Que estará pensando?

Dylan esta terminando de comer sentado en el sillón y deja el plato en la mesa de centro.

Suena el timbre y mi corazón se altera. Voy corriendo hacia la puerta pero al abrirla no me encuentro con la mirada de Rodrigo.

-Pasa, rápido.-le digo al niño.

Es tan sólo un adolescente.

Lo hago que se siente en el sofá y yo me siento en el sofá de frente.

-¿Sabes quien es Rodrigo?.-digo.
-Conozco a tres Rodrigos.-dice sin comprender.
-Trabaja en la pizzería.-dice George.
-Oh.-dice.

No me gustó el tono en que lo dijo. Por favor que no sea lo que estoy pensando.

-Lo siento, el murió hace un par de días.-baja la vista.

El suelo se parte bajo mis pies. ¿Escuché bien?, tenía razón. El murió, lo sabía.

-¿Que?.-grita George.
-Lo apuñalaron en el callejón atrás de la pizzería, la Policía está investigando el caso...ya que, creen que lo secuestraron y después lo dejaron ahí.
-¿Estas seguro?.-digo.-¿Es el?

Le muestro las fotografías. Por favor, que diga que se confundió.

-Si, es el. Lo siento.-dice.

Las lágrimas caen.

-¿Ya lo enterraron?.-dice Katy.
-Si, ayer.
-¿Quien pago?.-dice George.
-La pizzería porqué el...
-El no tenía familia.-completo.
-En el funeral, sólo asistió el personal de la pizzería.

Tenía que haber estado ahí.

-¿Donde está enterrado?.-dice Dylan.

El niño responde. George la da el dinero y lo voy a dejar a la puerta.

-Si alguien te pregunta algo acerca de esta entrega, no digas nada.-digo.

Cierro la puerta y vuelvo a la sala.

-¿A que te refieres con "Si alguien te pregunta, no digas nada"?.-dice Katy.
-El lo mató.-me sostengo la cabeza.-¡El lo mató!.

Las lágrimas caen incontrolables. Los brazos de George me envuelven, me aprieta con fuerza.

-Quizás el sabe donde estoy, donde estamos.-digo.-¿Por que tenía que matarlo?
-Por favor, explica.-dice George.

Trato de calmarle.
Nos sentamos en el sofá.

-¿Se acuerdan del hombre que apareció en el concierto?, ¿Recuerdan a Pocholo?.-digo.

Asienten.

-Como habrán escuchado, el era mi novio. Bueno, no era mi novio pero teníamos algo y todos lo sabían.-empiezo.-Yo no lo quería, sólo estaba con el porque me daba droga y alcohol. El era conocido por ser malo y mafioso, además de que era traficante.-rio.-Nuestras fiestas duraban una semana, no eran fiestas donde uno baila, nos juntabamos a drogarnos.-se me quiebra la voz.-¿Como pudo matarlo?, el era de nuestro grupo.-me limpió las lágrimas.-Un día decidí que ya no quería esa vida. Le robé marihuana a Pocholo y escapé.-suspiro.-Cuando lo volví a ver, no pensé lo que habría hecho para encontrarme. No lo entiendo, ¿Por que se esfuerza tanto?, puede tener a cualquier mujer. Y si fuera por la marihuana que le robe, era sólo un poco y el siempre me daba. Este maldito juego recien está empezando.

Los de la foto son Rodrigo y Maggie

Día 12

Mi SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora