Capítulo 3

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-¿Le contaste a la señora Frida sobre el taller? -me pregunta mi amiga-

Es lunes. Estamos en el patio de la universidad, aún falta para entrar a la siguiente hora de clases.

-No, no me atrevo, sé que se pondrá como loca de patio cuando se lo diga, entonces aún no quiero que lo sepa.

-Te comprendo.

-¿Pero que pasa si no se lo digo? -rápidamente mi cara cambia a una de complicidad.

-Puede ser, pero es mentir y la mentira nunca lleva a algo bueno.

-Tan correcta que eres. Te recuerdo que de las dos, yo soy la que suda agua bendita. -le sonrío, ella igual lo hace-

-Cállate, no es necesario recordarlo. Pero volviendo al tema. ¿Estás segura que no le dirás? -me pregunta de forma sería-

-Si, además no ahorramos muchas cosas. Como una hospitalización. Y si me pregunta que taller elegí, le diré que iré a visitar a los ancianos al hospital junto contigo. -sonrío para tranquilizarla.

Qué buenas ideas tengo, me deberían premiar.

-Es convincente. Te apoyo.

-Muchas gracias. Los talleres parten este sábado, ¿cierto? -le pregunto-

-Así es. ¿Estás preparada para ir?

Doy un largo suspiro y le respondo.

-Si, ya no tengo tantos nervios como de primera, ahora me siento ansiosa. Quiero que llegue luego el fin de semana y superar todo.

-Así se habla. Me siento feliz por ti.

-Gracias por apoyarme en todas mis caídas y alegrías.

-De nada. Tú igual lo haz hecho por mi. -me responde mirándome muy alegre-

-No sé que haría sin ti.

-Yo tampoco.

En eso llega la hora para entrar a clases. Con mi amiga nos ponemos de pie y no dirigimos a la sala que corresponde.

•••

-Hija.

-Dime mamá. -le respondo mi mamá-

Estoy en la mesa del comedor haciendo tareas que nos han mandado y toda es para mañana jueves. Que cansancio.

-¿En qué taller social te inscribiste? -me pregunta- La mamá de Julie me dijo que ella eligió el de visitar a los ancianos hospitalizados.

-Si, yo le eligí el mismo. -trato de decirlo lo más calmadamente para que no se note que es mentira.

-Ah que bueno, me alegro que hayas elegido ese. -me regala una sonrisa-

Si tu supieras mamá que no quedé en ese, por faltar y ayudar a la familia, ahora tengo que ir a visitar una cárcel de hombres donde realmente hay gente mala. No, no le puede decir eso.

-Yo igual estoy feliz por elegir ese. -le devuelvo la sonrisa.

Mi papá el lunes tenía una entrevista de trabajo. Gracias a Dios quedó por un tiempo de prueba, pero sé que lo hará bien y quedará por contrato indefinido. Por ahora no tenemos problemas económicos, pero no pierdo nada en buscar un trabajo de medio tiempo.

•••

-¿Ya elegiste que ropa que te pondrás mañana?

-Pienso colocarme una polera (remera) blanca manga larga, es entre suelta y apretada, me queda bien y también mi abrigo plomo, es más grueso para el frío. Para abajo no sé, sólo tengo jeans. -digo triste-

Él tiene un pasado oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora