Casados a la fuerza © [TERMINADA] #Sakura2019

Capítulo 19.

Santa Bárbara, California. Rancho Neverland.

Después de aquella discusión con su padre, Michael se encontraba en la biblioteca, sentado cerca de la fogata; a su lado lo acompañaba una botella de wisky y unos hielos. Estaba concentrado en sus profundos pensamientos; aturdido y abrumado... pensando en su querida y amada María. Analizaba todo el asunto y se preguntaba mil veces, ¿Por qué tenía que pasar por todo esto, justamente cuando estaba comenzado a ser feliz? Su único consuelo, era ese trago de alcohol y un pequeño radio.

Quiero dormir cansado 

para no pensar en ti; quiero dormir profundamente y no despertar llorando con la pena de no verte.

 Por cada palabra, un trago; un trago de amargura, dolor e injusticia. Seguía perfecta la letra a su afligida alma.

Quiero dormir cansado 

y no despertar jamas; quiero dormir eternamente por que estoy enamorado y ese amor no me comprende.

Él sólo quería ver a su amada mujer, con la cual iba formar el futuro más hermoso que pudo haberse imaginado en su miserable vida.

Durmiendo 

vivir durmiendo. Soñando vivir soñando hasta que tu regreses y te entregues en mis brazos.

Y justamente cuando pensó que tenía la batalla ganada, fue donde él bajó la guardia.

Prefiero 

vivir durmiendo; no quiero vivir llorando hasta que tu comprendas que yo sigo enamorado. Quiero dormir cansado para no pensar en ti; quiero dormir profundamente y no despertar llorando con la pena de no verte.

~***~

Janet, su hermana entró a aquél salón y pilló a su hermano respaldado en el sillón con los ojos completamente rojos. Habían pasado tan sólo cuatros horas, después de que se había marchado María de su hogar, de su corazón y su alma. Janet se acercó sutilmente hacía su hermano, tomó el vaso de su mano y apartó la botella de wisky, luego se fue a los armarios que habían allí y sacó una sábana para acobijar su cuerpo. Se detuvo a mirarlo, ella sollozaba y él se veía vulnerable.

—María, no me abandones —Murmuró el hombre angustiado, su hermana posó una mano en su boca, totalmente destrozada y luego se cubrió su rostro con ambas manos, soltando algunas lágrimas de dolor por su hermano.

—Joe, es muy injusto —Susurró y luego se acercó a él, dándole un beso en la frente— Yo haré que María vuelva a ti, te lo prometo mi Peter Pan —Janet pronunció aquellas palabras con una fuerza divina. Ella sabía verdaderamente que le convenía y María, era la excepción. Lo había sacado de un hueco negro, ¿Qué más podía agradecerle?

Aeropuerto Internacional de La Guardia, dirección a Manhattan.

Ese era mi próximo destino, ya habíamos aterrizado a unos de las más importantes aerolíneas de Nueva York. Estaba desanimada, no logré dormir en el viaje, sólo pensaba en Michael, tenía los ojos hinchados y me retumbaba la cabeza. Me levanté a las dos en punto de la mañana. Cillian se levantó cinco minutos después de mi, ya que me veía algo necesitada de ayuda con mi maleta, por que mi estatura no me favorecía mucho. Él me mira y sonríe.