Gitanos

Introducción

Es muy tarde, salí solo unos momentos a comer, pero el tiempo se me fue volando. Veo mi reloj, estoy retrasado por diez minutos. En éstos momentos el señor Park debe estar por llegar a su oficina, si ve mi cubículo vacío estoy seguro que seré el primero en ser llamado a su oficina éste día.

Cruzo la gran avenida hacia el parque central, tengo que atravesarlo para llegar al edificio en donde se encuentra la empresa en la cual trabajo, "C-Jes".

Camino de prisa, pero una gran multitud me impide el paso a mitad del parque, comienzo a caminar esquivando a las personas, entre más me acerco a donde está la fuente comienzo a escuchar el sonido de una guitarra, y una dulce voz cantando.

Vuelvo a ver mi reloj, pero la curiosidad me está matando, ¿qué es lo que observan con tanta curiosidad toda ésta gente?. Niego con la cabeza al darme cuenta de que mi curiosidad es más grande que mi prisa por llegar.

Me abro paso entre la gente hacia el centro de la multitud. He pisado a una persona, así que volteo a disculparme, cuando regreso la vista hacia enfrente me quedo embobado.

La visión más hermosa que pudiera imaginarme está frente a mis ojos. Un grupo de jovencitos realmente lindos, tocan la guitarra, cantan y bailan. Pero hay uno que llama de sobre manera mi atención.

Con cabello negro hasta los hombros, un poco alborotado, delgada figura, alto y con piernas bien torneadas, se mueve alrededor de los demás jovencitos. Mueve sus caderas de manera muy sensual, sonríe coqueto cada vez que cruza su mirada con algunos de los espectadores. Se acerca a ellos pero en cuanto quieren tocarlo se aleja coqueto.

Mi corazón se acelera con cada uno de sus movimientos. No puedo apartar la vista de él, ni siquiera escucho a la gente a mi alrededor, solo la guitarra y esa dulce voz que son la música que lo hacen moverse de esa manera.

De pronto alguien me saca de mis pensamientos cuando toma una de mis manos. Volteo rápido al escuchar una voz.

-¿Le adivino la suerte señor?...- un jovencito pelirrojo con linda sonrisa sostiene mi mano con mi palma hacia arriba

Me quedo un momento sorprendido; ver un rostro tan lindo de cerca me ha tomado un poco por sorpresa, aunque no es tan bello como el chico que baila. Sonrío correspondiendo a su hermosa sonrisa.

-¿La suerte? ¿Sabes leer la mano?...- ladeo mi cabeza

-Si señor, ¿quiere que se la lea?- por unos segundo veo a los demás jovencitos y luego regreso mi atención al chico pelirrojo

-Está bien, dime mi suerte.-

-Bien...- extiende su mano frente a mí, frunzo el ceño

-Oh! Claro, claro...- sonrío mientras saco una moneda y la pongo en su mano

-Gracias señor.- se guarda la moneda e inmediatamente empieza a observar mi mano con atención.

Está muy concentrado, pasa sus dedos por las líneas de mi palma. De vez en cuando levanta la mirada para observarme, sonríe y regresa la atención a mi mano. Finalmente sonríe.

-Viene un cambio muy importante en su vida. Una persona hará que su mundo se tambalee por completo, por lo diferentes que son, pero al final usted sabrá saldrá victorioso.- sonríe

-¿Es todo?...- pregunto

-Si.- cubre mi mano y la baja.- Gracias señor.- me hace una venia y se retira buscando otro cliente.

Me quedo observándolo un momento hasta que se vuelve a cruzar en mi panorama ese joven bailando.

-¿Siwon?.- escucho alguien llamarme y eso distrae mi atención.- Siwon!..- voltea a ver a mi alrededor hasta que ubico a la persona que me ha gritado.

-Young Woon.- levanto mi mano como saludo y comienzo a caminar de nuevo entre la gente hasta salir del tumulto

-¿Qué haces? ¿Ya viste la hora?.- recuerdo que llegaba tarde al trabajo, veo mi reloj

-¡Diablos!. ¡Corre Young Woon! Vas a llegar tarde!...- le grito mientras comienzo a correr

-¡Oye!

Voltee por un momento hacia atrás para ver por última vez al grupo de hermosos jovencitos. La multitud es grande, y con razón. Ver a cuatro jovencitos así de bellos juntos es algo que no se ve todos los días.