Perfect

Soy perfecta.

"Soy perfecta. 

Soy perfecta y todos me aman.

Soy perfecta, todos me aman y mis padres están orgullosos".

Ese es mi mantra, todos los días lo repito mientras me veo al espejo. Soy perfecta. Todos lo han dicho, notas perfectas, cabello perfecto, sonrisa perfecta, ropa perfecta, cuadernos perfectos. Todo en mi vida es perfecto. Mis padres se aman, y me aman a mi.

En la escuela todos me aman, soy amable y ellos saben que siempre digo que si cuando piden por mi ayuda. Jamas he tenido novio. No puedo aceptar nada menos que perfecto y solo hay alguien así en toda la Universidad.

Jason, un chico de mi clase de literatura. El segundo mejor de la clase, yo soy la mejor. Aun cuando quiera un novio perfecto, no puedo permitir que sea mejor que yo. El es guapo, su padre es abogado y posee un bufete de abogados. El esta estudiando medicina y de vez en cuando hablamos sobre los libros que leemos en clase. Me gusta, aun cuando no lo conozco muy bien pero cuando se es guapo e inteligente, la personalidad es de menos. Corrijo, su personalidad tiene que ser perfecta. 

-Alice -oí que alguien me llamaba desde el estacionamiento donde acababa de dejar mi Rover. Jason. Su cabello negro, corto y muy bien peinado. Parecía salido de un cuento. Era muy alto, media 1.80 aproximadamente. La estatura perfecta, ya que yo mido 1.60. 

-Jason, es un gusto verte -dije dándole mi mas grande sonrisa. Empezó a caminar a la par mía, teníamos literatura ese día. 

-Igualmente, linda. Dime, ¿Que harás mañana en la noche? 

¿Acaso Jason estaba invitándome a salir? Hace poco había cortado con su novia, una porrista que -según los rumores- era demasiado fácil e imperfecta para salir con Jason. Bueno, el estaba interesado en mi. Sino no me lo hubiera pedido.

-Estaba pensando estudiar un poco. ¿Algún plan para mañana? 

-Quería saber si querías ir al cine conmigo. 

Perfecto, el cine. Veríamos la película y luego habría un tema de conversación fácil. Una cita perfecta.

-Perfecto, me gustan las películas.

-Te veo a las 7, mañana. 

Eso fue fácil. Las conversaciones con Jason siempre eran fáciles. No había ese nerviosismo que odiaba. No silencios incómodos. Solo silencios, los dos estábamos a gusto con los silencios y así caminamos hacia nuestra aula de literatura

Me agradaban Jason, nunca entendí porque estaba con esa porrista. Ella no era perfecta, yo era perfecta. Tenia mucho en común con Jason, teníamos clases juntos. Suficientes para conocernos mejor, pero no tantas para sofocarnos con el otro. Simplemente perfecto.

La clase de literatura siempre era muy interesante. Siempre había algo nuevo que aprender y daban la cantidad perfecta de tarea para no odiar la materia. Perfecto. 

Todo a mi alrededor era perfecto, todo siempre era perfecto.