Trabajo y más trabajo

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Narra Dahyun :

Me levante temprano, debía preparar el desayuno para Chae.

- Chae ... Chae... .  Comencé a despertarla.

- Cinco minutos más Unnie.

- Chae es tu primer día, ¿Piensas llegar tarde?.

- Ashh... Ya me levanto. Dijo para arroparse completamente.

Salí de su habitación, después de servir el desayuno Chae bajo.

- Te queda bien el úniforme. Dije apenas la vi.

- Gracias. Dijo mientras tomaba asiento.

- ¿Segura que puedes ir sola?.

- Sí. Me respondió con la boca llena.

- Esta bien, si pasa algo no dudes en llamarme. Dije para ponerme de pie.

- ¿No vas a desayunar?.

- No, tu necesitas más energía.

- Unnie... No deberías trabajar tanto. Dijo sin mirarme.

- ¿Y como pagaré tu colegio?. Dije con una sonrisa.

- Cuando termine el colegio trabajaré. Se apresuró a decir.

- Ni lo pienses, después del colegio iras a la universidad, serás una profesional, luego podrás trabajar.

- Pero... .

- Nada de peros, debes estudiar mucho, debes ser la primera de tu clase ¿De acuerdo?.

- De acuerdo.

Salí de casa y me dirigí a mi trabajo de medio tiempo.

- Buenos días. Dije mientras entraba.

- Justo a tiempo, necesito que vayas a hacer unas entregas. Dijo el señor Woo.

Asenti.

Dejé mi bolso en el pequeño almacén y salí de regreso.

- ¿Qué debo hacer?.

- Lleva 3 jugos de naranja a esta dirección. Dijo mientras me entregaba un papel.

- Pero... ¿No se supone que hacemos pedidos apartir de una docena?.

- Sí, pero este es un pedido especial. Dijo mientras me empujaba fuera de la cafetería.

- Ten, será mejor que lleves la motocicleta. Dijo mientras me entregaba las llaves.

Terminé de asegurar las bebidas y revise la dirección. Me subí en la motocicleta y me puse en marcha, estuve allí en poco tiempo.
Tome las bebidas y toque la puerta.

- ¡Habrán la puerta!. Escuché gritar a alguien dentro de la casa. - ¡¿Acaso no hay nadie?!.

Me sentía un tanto incómoda. La puerta se abrió de golpe dejando ver a una chica un poco más alta que yo, de pelo lacio color nergro, ojos cafés, su ropa se veía costosa, aunque su expresión delataba enojo.
Enseguida hice una reverencia.

- ¿Cuánto es?. Dijo mientras tomaba las bebidas y sacaba su billetera.

- 7,35. Dije sin observarla.

- Ten. Dijo mientras me entregaba una tarjeta de crédito.

- Emm... .

- Hazlo rápido, no tengo tu tiempo.

- No traje la máquina. Dije algo avergonzada.

Ella soltó una leve risa, dejando ver unos grandes dientes de conejos.

My [Dayeon] WRITTING Donde viven las historias. Descúbrelo ahora