11. Estas Muerta

348 18 8
                                    

Tris

Mis ojos se sentían muy pesados, no podía abrirlos, pero estaba consiente. Podía escuchar el monitor de pulso y el de una voz femenina.

-¿Por qué no ha despertado?-no estaba segura,pero esa voz me era muy familiar.

-No lo sabemos, debería haber despertado hace una hora.

-Necesitamos aprovechar ventaja de su inconsciencia. Traigan el suero.

-Pero...puede ser peligroso. Quiero decir que debemos sacar en la medida de lo posible su nivel, pero su cuerpo y mente están débiles, un paso en falso y todo se terminaría. Y el señor Jake esta...

-¡¡Jake hace lo que yo digo!! Por algo soy dueña de este lugar, la máxima autoridad soy yo, no se te olvide.

-Disculpe, tiene mucha razón, iré por lo necesario.-una puerta se escucho cerrándose, mientras unos pasos ligeros pero marcados por el sonido de un tacón se acercaban a mi.

-Mi querida Tris, soporte tus juegos por tres años. Ahora tú jugarás los míos. Y yo no uso chantaje barato como Jake, me gustan los juegos de todo o nada. Traigan a las otras dos.

-Si, señora.

Tobías

-Ningún vehículo a salido de Chicago. Siguen aquí.-de alguna forma las palabras de Zeke fueron reconfortantes, pero había demasiados edificios en Chicago y no la suficiente gente para registrarlos todos, podrían moverse tan rápido y no lo notaríamos.

-Las cámaras del departamento de genética. ¿tienen algún acceso a ellas?-me preguntó Uriah, a punto de volverse loco.

-Sí, están en mi oficina, llevara horas revisarlas todas, han pasado seis horas. Necesito que me ayuden.

-Bien, ¿cuál sería la ruta más rápida al hospital?-dijo Zeke. Pero no podía pensar con claridad, había al menos dos opciones.

-Vamos, cada uno revisara las cintas de las avenidas. Debe ser rápido. Así que debemos irnos ya.

Tris

Al abrir mis ojos lo supe de inmediato. Estaba en Osadía. Para ser exactos, donde debía estar la red, pero estaba vacío totalmente.

Al dar un paso resonó por todo el lugar, como si hubiera un profundo eco. Al dar otro paso, dos ecos más lo siguieron, y así hasta que llegue al centro de la habitación.

-¿Tris?-dijo una voz clara y femenina. Era Christina, estaba frente a mi con otra chica que quedaba cubierta por la oscuridad.

-¿Qué hacemos aquí?-mi voz sonaba estrangulada, como si hubiese gritado por horas sin parar.

-¿Eres tu Tris?-dio un paso al frente y enfoco la mirada para asegurarse.

-Sí, soy yo. ¿Quién es ella?-dije señalando a la chica.

-¿Quién?-cuando Christina se giro para mirar, el otro cuerpo femenino la tomo del cuello y apunto un arma a su cabeza.

-¡¡Es Beatrice!!

En un segundo había dos hombres a mis lados, ocultos bajo máscaras que portaban armas que me apuntaban a mi.

-Mi nombre no es Beatrice, y si esto es lo mejor que se le ocurrió a Jake para atraparme, bueno...ya no hay mucho que decir.

-Deberías preocuparte más por tu amiga que por querer verte ruda niña.-dijo la mujer que ahora quedaba expuesta.

Su cabello era oscuro y ondulado, piel morena y ojos grandes que parecían negros desde la distancia. Llevaba el cabello desordenado y parecía al borde de la locura, estaba usando el mismo atuendo que usaba en el laboratorio.

© Resurrección de los divergentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora