La puerta hizo un sonido sordo al cerrarse pero no me importó, Camila sabía donde podía estar mi hermana y quería enfocarme en aquello ahora. Caminé hasta estar frente a mi coche y esperé a que Camila bajase del suyo el cual se encontraba metros más adelante. Pero no venía sola, la despreciable figura de Jim Miller apareció en mi campo de visión el cual se tiñó de rojo por la rabia acumulada en mí, así que sin esperar caminé a paso decidido hasta estar frente a él y antes de que pudiese hablar estampé su rostro contra el auto de mi novia. El cazador cayó al suelo quejándose pero no le di mucho tiempo para eso ya que lo levanté tomándolo por la solapa de su chaqueta y di dos puñetazos en su mandíbula. Su cuerpo quedó tendido en el suelo mientras él tocaba su mandíbula y nariz que sangraban, cuando estaba por atestar otro puñetazo, me detuvieron.
-¡Lauren, detente!.- Sus manos se posaron en mis hombros- No hemos venido a esto ¿Recuerdas?.- Como si de un tranquilizante se tratara, la serenidad recorrió mi cuerpo y traté de tranquilizar mi agitada respiración.
-Lo dejé pasar aquel día en casa de Camila. Pero esta vez no, has tocado a mi familia.- Escupí con rabia mirándolo fijamente. Jim tan sólo se limitó a ponerse de pie limpiando la sangre de su rostro con el dorso de su mano.
-Déjame explicarte. Camila ya lo sabe todo.
-No quiero escuchar nada que salga de tu asquerosa boca, sólo vine hasta aquí para que me digas donde mierda está mi hermana.
-Lauren es importante.- Vi a Camila que me suplicaba para que escuchase lo que el cazador tenía para decir- Por favor.
-Habla.
-Escucha, lo de la alianza con los Duncan es sólo una farsa para atraparlos. Sabes muy bien que una amistad entre cazadores y licántropos es imposible.- Tomó un respiró e hizo una mueca de dolor- Ellos son nuestros más grandes enemigos, ya que se han estado dedicando a crear nuevos y fuertes hombres lobo pero no sabemos con qué propósito.
-¿Cómo esperas tu que yo crea todo lo que me dices?.- Sonreí con ironía cruzándome de brazos.
-Porque te entregaré a tu hermana en este momento.- Dijo dándose la vuelta para señalar una especie de granero en mal estado a unas hectáreas de distancia de la carretera.
Los tres nos abríamos paso hasta allí en completo silencio, sentí la mano de Camila tomar tímidamente la mía y entrelazar nuestros dedos. Dos cazadores en la entrada del granero desenfundaron sus armas al vernos pero Miller impidió que nos dispararan.
-Ellas vienen conmigo.- Con una simple señal de Jim uno de los hombres abrió la gran puerta de madera para dejar a la vista algo que parecía estar muy lejos de un viejo granero.
Me sentía como si estuviese dentro de una gran caja de metal rodeada por cazadores que no dejaban de mirarme mientras apuntaban disimuladamente sus armas en mi dirección y en la de mi novia. Ordenadores, armas y otros implementos parecía ser todo lo que había en ese lugar además de confusos pasillos y puertas haciéndolo similar a un laberinto. Nos detuvimos frente a una puerta de cristal que se encontraba cerrada, Miller se acercó a un dispositivo situado en la pared lateral junto a la puerta y tecleando unas cuantas cosas logró abrir la puerta.
-Tráela aquí.- Ordenó a un chico rubio el cual desapareció de mi vista por unos minutos para regresar con Emily a su lado.
-¡Lauren!.- Corrió hacia mi al verme y se abrazó a mi cintura con fuerza.
-¿Estás bien? ¿Te han hecho algo?.- Tomé su rostro entre mis manos para inspeccionarla rápidamente pero ella negó derramando algunas lágrimas.
-Te lo he dicho antes. No íbamos a permitir que algo malo le sucediera, ella no tiene nada que ver con nuestros problemas.- Jim, aún con el rostro ensangrentado, habló a espaldas de mi hermana.