—Yoongi... —comecé a sollozar en el pecho de Hoseok.
—Ha-Haneul, tranquila... Seguro que viene pronto... —Hoseok susurraba de una forma casi inaudible.
Ambos estábamos aterrorizados. Aquella cosa no paraba de acercarse hacia nosotros, y cada vez estaba más cerca. Unos pasos más y será capaz de hacernos lo que quiera.
Pero, en todo este tiempo que ambos nos habíamos ido a una esquina a rezar por la llegada de Yoongi sin hacer nada más, desperté.
¿Qué estábamos haciendo?
Nada, precisamente. Teníamos que hacer algo, no podíamos dejar que simplemente esa cosa nos atrapara así de fácil.
Está bien, no podíamos escapar del campo de baloncesto... Pero nadie dijo que no pudiéramos correr por él.
—Hoseok, a la de tres, levántate y comienza a correr. —sentencié mirando fijamente a la cosa que casi estaba encima de nosotros.
—¿Qué? —abrió sus ojos sorprendido y confuso a la vez.
No contesté y le agarré de la mano.
—Una... Dos... —la cosa extendió lo que parecían ser unas manos completamente negras en nuestra dirección—. ¡Tres! —grité asustada, comenzando a correr con Hoseok hasta la otra punta del campo.
La sombra se giró lentamente hacia nosotros, y en menos de un segundo la teníamos enfrente de nuevo.
—¡Ahh! —gritamos aterrorizados mi amigo y yo.
Entonces fue Hoseok el que me arrastró lo más lejos posible de ella.
—Tengo una idea... —susurró en mi oído—. Pero para eso tenemos que llegar hasta mi mochila.
Ambos miramos en dirección a esta, la cual se encontraba en un banco, cerca de la sombra, que ahora permanecía quieta sin hacer nada.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo entero. Pero, no teníamos otra opción.
—Está bien. Adelante. —sentencié.
Poco a poco, como tratando de que no oyera nuestros pasos, ibamos acercándonos a la mochila de mi amigo. Cuando solo estábamos a dos pasos y podríamos estirarnos para cogerla, Hoseok me detuvo.
—Deja que vaya yo. —me apartó de un empujón y corrió lo que quedaba de camino hasta la bolsa.
—¡Idiota! —grité desesperada, ya que la sombra lo había visto y lo alcanzó.
Mis ojos se abrieron y mi cuerpo se petrificó al ver como esta lo agarraba del cuello.
—¡¡Hoseok!! —grité entre lágrimas—. ¡¡Bájalo, cosa estúpida!! ¡¿Acaso no prefieres a una prodigio que tiene todos los dones?! ¡¡Bájalo ahora mismo!! —gritaba tanto que notaba como se me estaba desgarrando la garganta, pero haría cualquier cosa por no perder a Hoseok.
Su cabeza se giró lentamente hacia a mí, donde por primera vez pude verle los ojos. Unos que se tornaron rojos como el mismo infierno.
Tragué saliva.
Dejó caer a Hoseok, el cual, debido a la altura a la que estaba elevado, se hizo daño al impactar contra el suelo.
Ahogué un gritito, mientras comenzaba a correr hacia mi amigo. Pero la sombra me cogió ahora a mí por el cuello.
Sus ojos me penetraron, y el miedo me caló de pies a cabeza. Empecé a sollozar muy fuerte y exigía que me bajase, pero no me hacía caso.
En ese momento, oí la voz de una persona familiar.
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Prodigies. ➳Min Yoongi.
Fiksi Penggemar❝A veces, las cosas llegan en el momento más inesperado de todos. Otras veces, son las cosas que llegan las más inesperadas de todas.❞ ;no copias ni adaptaciones; ©_miinmin