1. "3Música"

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Narra Lali.

Un día más.
Despierto de la siesta y me miro al espejo; las marcas se notan. Necesito evitar la inflamación, por lo que tomo la crema reposada en el espejo y me la pongo con lentitud, tratando de no lastimarme.

Salgo a penas termino de arreglarme, cubriendo con maquillaje los moretones de mi rostro y brazos. Saludo a Francisco, mi chofer, y me meto a la camioneta.
De camino iba pensando en lo acaecido. Mi vida era tranquila, feliz, hasta que empecé a trabajar en "Esperanza mía". Pensé que sería un gran avance, y aunque lo fue con respecto a las personas que me conocen (que ahora son más), todo cambió cuando lo conocí...hace un año.  Solía ser tierno y dulce, pero después de un tiempo se volvió posesivo, agresivo y salvaje. Todos los días tiemblo al verlo.
Sus celos ante los hombres que me hacían notas para revistas, televisión, radios, etc. eran demasiados. Y eso era causa de nuestras interminables discusiones, sus reproches dolorosos  y su agresividad al tocarme.

Dormir esta noche se me dificultó un poco... En realidad, eso ocurre siempre. Pero ayer fue peor. Ahora, a sus reproches, Mariano agregó malas palabras. Sinceramente no la estoy pasando nada bien.  El golpe que recibí ayer fue en el labio. Me cuesta un poco comer, pero ya se me hace costumbre.

El detenimiento del auto hizo que mis pensamientos terminen. Me miro en el espejo retrovisor, el cual está a un metro aproximadamente, y sonrío. Sonrío falsamente. Es lo que tengo que hacer el resto del día:  fingir.

Despedí a Francisco y bajé. Miré el edificio unos segundos... Claramente no quería entrar.
Aún así lo hice.
Saludé a Cristina, quien me sonrió de la mejor manera. Ella es la encargada del edificio.
Subí las escaleras con dolor en mis rodillas hasta llegar al piso. Ni bien entré sentí la mirada de mi amiga sobre mí, lo que me incomodaba completamente.

<<La sonrisa Lali, la sonrisa>> recordó mi mente.

Le sonreí, como hoy en el auto practiqué, y me dirigí hasta ella.

-¿Qué onda? --frunce el ceño. Ya todos me ven extraña--.

-¿Todo bien Maru? --sonreí--. ¿Peter y Luis? --pregunté rápidamente--.

Me mira por unos segundos y me hace una pequeña seña con las manos.

-Están adentro --pausa--, practicando con Benja  --agrega--.

Lo que me faltaba.

-¿Benjamin?  --pregunté--. ¿No se iba a las seis?

-¿Qué hora es? --arruga la frente--.

-Las siete y media.

-De seguro tuvieron mucho trabajo. Adentro están sus músicos también.

-¿Vinieron todos? --pregunté--.

-No --niega--. Sólo Manu y Axel.

-Okey... ¿Nos vemos después? --le pregunté--.

-No nena, tengo que ir a lo de mis papás. ¿Puedo ir a tu casa mañana? --sonríe, y yo hago lo mismo--.

-Dale. Hablamos por mensaje.

Guiña un ojo asintiendo con la cabeza y camina hasta el ascensor.

-¿Ya lo arreglaron? --pregunté, refiriéndome al mismo--.

-Sí; hoy en la mañana --contesta antes de subir--. Nos vemos nena!! --finalizó, antes de que se cierre--.

Genial. Sobre que me duele el cuerpo tuve que bancarme subir siete pisos en escaleras. Si supiese que funcionaba el ascensor no me estaría quejando del ardor de los moretones en este momento.

No me dejes - Benjali (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora