Ni una palabra, silencio total, mi mente se ha vuelto una laguna infinita en este preciso instante, escucho a lo lejos la voz de Matías que trata de hacerme reaccionar al otro lado del mundo y también del teléfono, yo no puedo evaluar mi realidad ahora mismo, no puedo pensar con claridad, trato de analizar cual es el siguiente paso aunque no quiero moverme, sí, el sedante volvió y está haciendo efecto. No podría explicar lo que sentí ayer por la tarde y ahora que lo pienso o al menos intento pensar, llamar a Matías ha sido mala idea, así que decido colgar y quedarme mirando a la nada mientras revivo cada instante y así desbloquearme, creo señores que llegó el momento donde nada debe importar mas que la verdad, y es que la condenada se esfuerza por ser insoportable tantas veces, así como cuando te vacunaban de chiquito o te hacían tomar tu medicina, la exposición frente al salón cuando no podías hablar, el examen de conducir, cuando rompiste el jarrón de mamá y debías decir la verdad que era como una aguja en la garganta, como cuando te das cuenta de la realidad de las personas y entonces te agrada mas la versión que quisiste creer de ellas porque no te lastimarían,que cruel puede ser la verdad a veces, que miserable y necesaria, que dolor y que alivio, una lagrima que da a luz a la sonrisa luego de que corre y se seca, un mal necesario dirían algunos.
No entendía ni una coma de lo que estaba pasando estos días, hasta ayer, y empiezo a darle la razón a quien un día dijo "La ignorancia es la felicidad", se suponía que obtendría la respuesta al comportamiento de Any si hablaba con Tom y bien, he obtenido mucho mas, mas de lo que quería, mas de lo que esperaba y que para nada pedí. Entre la oficina y la universidad había estado muy ocupada por lo que dos días después de la pelea de Meg con Tom, me dispuse a llamarlo para conversar, en primera instancia de Any quien no había dejado de comportarse pedantemente, así que ayer lo llamé para tomar un café, lo extraño fue que canceló a ultimo minuto y ya que quedé embarcada en mi búsqueda de respuestas, decidí tomar el café yo sola a un lugarsito escondido cerca de la oficina, lo descubrí recientemente, acogedor, tranquilo pero al mismo tiempo jovial, el lugar justo para conversar así sea contigo mismo. Mientras mi café especiado con agua de rosas se enfriaba un poco, me propuse a escribir sobre un tema preocupante, aparte de todo lo demás, y es que realmente pensé necesitar a Matías para todo, pero los pensamientos que le he dedicado y aun el tiempo que hemos hablado por teléfono ha sido bastante escaso, tampoco había querido preocuparle con tantas cosas pues debe concentrarse en su trabajo, lo extraño, su sonrisa, su voz, sus abrazos, su estar, pero no lo necesito como pensaba y no me carcome su ausencia, ¿Está mal? No lo se, le atribuiré esta tranquilidad al hecho de que aun no cumplía una semana fuera, puedo ser intensa a niveles astrales aunque he aprendido a controlarme, a bajar el volumen de mi cabeza y respirar profundo, solo me pregunto ¿Acaso el sentimiento odioso de extrañar viene del necesitar?. Justo en frente de mi había un grupo de amigas, eran tres chicas como de mi edad, estaban riendo a carcajadas, dos de ellas hablaban y hablaban y la otra solo escuchaba, se reía e intervenía a medias pero las otras dos parecían hablar mucho, me provocó algo de nostalgia pues esas seríamos Meg, Any y yo, Meg y yo con un escándalo, y Any solo reiría de nuestros chistes y diría algo ocasional, las tres chicas se veían muy felices como cuando tienes amnesia diría yo, sabio es desconectarse de vez en cuando, es ese tiempo con gente que te entiende y que se dió a la tarea de conocerte que es la terapia perfecta en malos ratos, no podía decir lo mismo del señor que estaba en la mesa de al lado de aquellas chichas, se veía solitario, estaba leyendo un libro que no alcancé a ver el titulo, y aunque lucia solitario parecía disfrutar esa soledad, a veces me siento igual, puede ser defensa propia, pero aquel señor disfrutaba de la compañía de las letras, al igual que yo mientras tomaba mi café que estaba delicioso, ese aroma fuerte y cálido que con el primer sorbo era como un abrazo al alma, con esa paz en compañía de mi misma y de mis letras tomé mi café junto con una decisión: Resolvería el dilema de una vez por todas. Así que tomé mis cosas, pague la cuenta y di las gracias a la chica que me atendió con tanta calidez, tan pronto subí al auto envié un mensaje a Tom "¿Donde estas?" Me sorprendió que me respondiera, "saliendo de la universidad" así que pensé en llegar directo a allá, pero luego decidí enfrentar a Any, ningún tercero tendría por que explicarme lo que le sucedía a mi hermana, entonces conduje a casa con algo de prisa, cuando llegué papá aun no estaba y era perfecto por si llegaba a arder Troya, subí las escaleras en silencio pero al acercarme a la habitación de Any ella estaba hablando por teléfono, se escuchaba alterada así que decidí escuchar desde la puerta y ahora una parte de mi lo lamenta.
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Ina
Teen Fiction¿Que tan a menudo se cumplen los sueños? ¿Cual fue el momento exacto en el que todos dejamos de soñar?, pues Ina solo tiene veintiuno y está en el momento más crítico, donde cada decisión cuenta, donde la inspiración según ella es valor, y donde día...