Cuenta la leyenda, que hace mucho, mucho tiempo, en lo más profundo de un oscuro bosque, se encontraba un pequeño pueblo, el cual era habitado por numerosas familias. Desgraciadamente, mucha gente había muerto por la tuberculosis que había invadido el lugar.
Una de las casas más antiguas era habitada por la numerosa familia Isobare, la cual, poco a poco, fue disminuyendo por la enfermedad, hasta que solo quedo el padre y el pequeño hijo menor. El padre era un hombre caritativo, bueno con todos, pero su actitud fuerte le había hecho ganar muchos enemigos, y fue así como una noche, una de las mujeres del pueblo, la hija del policía de la ciudad, lo acuso de violación.
La gente del pueblo estaba sumamente enfurecida, y nadie escuchaba nada de lo que el hombre decía. Este fue, literalmente, masacrado. Lo ataron a un poste y le empezaron a arrancar las uñas, para luego castrarlo. Muchas partes del cuerpo del hombre fueron quemadas, y su espalda estaba totalmente destruida por los latigazos que había recibido. Este al final no pudo resistir más, cayendo totalmente inerte. Lo que ninguno se dio cuenta, fue que un pequeño niño, de no más de 10 años de edad, estaba mirando cómo le hacían esas aberraciones a su padre.
Al finalizar con el padre, fueron por el hijo, alegando que había que acabar con la mala semilla, pero por más que buscaron y buscaron, nunca lo encontraron. Con el paso del tiempo, todo fue quedado en el olvido.
Después de 7 años, el cuerpo de la joven presuntamente violada había sido encontrado en su habitación. Esta estaba recostada en la cama, tapada hasta el cuello, aparentemente dormida, pero cuando la colcha fue retirada se pudo notar como esta había estado atada a la cama y torturada hasta la muerte.
En la mesita de luz se encontraba una grabación de voz de la muchacha. En esta, ella se encontraba alterada, asustada y llorando.
-Que… Quería confesar que yo… Que yo nunca fui violada, sim… simplemente lo dije porque el Sr. Isobare era una… amenaza para el puesto de mi… padre. Mi padre era… un policía corrupto y… el Sr. Isobare se había enterado de eso así que… había que eliminarlo… ¡Ya lo dije! ¡Ya dije la verdad! ¡Ahora suéltame, maldito demente!
La grabación se cortaba en ese momento. Todos estaban confundidos y asustados, ya que el padre de la joven no era el único que comploto para eliminar al Sr. Isobare.
Con el pasar de los días mucha gente fue encontrada muerta en su casa, todos habían sido torturados de la misma forma que el mayor de los Isobare, pero había algo extraño que pasaba en las familias que perdían así a una persona. La gran mayoría tenía niños pequeños, y todos decían que vieron entrar a un joven a la noche a su cuarto, empapado en sangre y con lágrimas en los ojos. Este se acercaba a los niños y les susurraba: “Se un buen niño, porque si no voy a venir por vos.” Para después acariciarles el cabello, sonreírles e irse por la ventana.
Poco a poco, la historia fue esparciéndose por todos los lugares. En consecuencia, el joven Martín Isobare era uno de los asesinos seriales más buscados de todos los tiempos. En las escuelas esa era la historia más contada, más repetidas por los pequeños. Algunos hablaban de él con temor, otros con repulsión y algunos con el orgullo impregnado en sus infantiles voces.
El apodo de “El Isobare” fue con el que todo el mundo hablaba de él, y con el tiempo, las madres adoptaron la costumbre de asustar a sus hijos con El Isobare, y que si no se portaban bien, el vendría y los llevaría, sin saber que eso realmente podía pasar.
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El Isobare
HorrorLos niños tienen que portarse bien, porque si no El Isobare va a venir por ellos.