Parte 5 Viaje a los recuerdos

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El autobús salía a las 8 de la mañana; por lo que tenía que madrugar y eso no me gustaba mucho; pero tras tres años levantándome temprano para ir a clase, me había acostumbrado.

Se me hacía raro despertarme y no tener al lado a Fer. Desde hacía mucho tiempo no me despertaba sola, pero tampoco me desagradó ni entristeció esa soledad. Asi que me dispuse a preparar las maletas con toda la ropa y coger el autobús para ir a la estación de autobuses.

Mientras esperaba a que llegase el autobús dirección Oviedo; decidí escribirle un mensaje a Fer para contarle que me iba unos días a mi pueblo e inmediatamente llamar a mi abuela para decirle que ya salía de la estación y que cuando llegase cogería un autobús al pueblo.

El viaje no se me hizo muy largo; Siempre me había gustado viajar en autobús. Mientras leía una de mis obras favoritas, sonaba la música de mi móvil. Aquella música me recordaba todos y cada uno de mis veranos, de mis vivencias con mis amigos, de las locuras hechas y de los momentos tan agradables que pasaba en familia.

De repente me quedé dormida, y no desperté hasta que la señora que viajaba a mi lado, decidió despertarme para ver la entrada a Asturias a través de el túnel "El Negrón". En verdad, se lo agradecí porque pasar de un extremo de castilla, amarilla toda ella, a entrar en Asturias toda verde y con niebla me daba la vida.

Cuando llegamos a Oviedo, a la estación de autobuses, concretamente; note algo raro.

Estaba recogiendo mis maletas cuando le vi. Era él.

Pelo castaño y en una pequeña melena, ojos azules y alto y fuerte... Con marcas en los brazos de haber pasado entre los hartos del campo y vestido con unos pantalones y una camiseta sencillos.

Elijah.

Elijah, había sido mi primer amor, pero también había sido el chico con el que más locuras había hecho...Juntos éramos unos traviesos y separados, unos pobres niños enamorados.

Recuerdo el primer beso que me dio; yo tenía 15 años y el 16; recuerdo que éramos mejores amigos pero que nos queríamos demasiado para serlo. Fue un beso tímido, y que llevábamos esperando desde el primer dia que nos conocimos.

Sin embargo, tras la muerte de mi madre, yo me volví indeseable y con los años dejé de ir y poco a poco el grupo desapareció.

Era sorprendente que estuviese allí y justo el día en que yo iba a Asturias...¿Sería una coincidencia? A lo mejor mi abuela le había llamado para que me viniese a buscar...

Decidí acercarme a saludarle.

-¡Elijah! ¿ Te acuerdas de mí?- Pregunté demasiado emocionada.

- Mmm no. Lo siento. Solo recuerdo a una chica de pelo alborotado, traviesa y más bajita que tú....- Dijo mientras se reía de mí.... Era típico de él y enseguida nos dimos un efusivo abrazo.-Por cierto, ¿Qué haces aquí? Pensé que nunca volverías.

- Bueno, la verdad, es que he venido a pasar unos días al pueblo con mi abuela y he aprovechado que me he graduado para volver.- Y encontrarme a mí misma, pensé.

- Me alegro mucho Alicia. Avisaré a los demás... Hace poco que nos volvimos a juntar todos y les va a hacer ilusión verte...Montaré alguna sorpresa o algo. Yo ahora estoy viviendo en Oviedo, así que por el pueblo, no creo que nos veamos mucho...

- Madre mía...¿Tú en Oviedo?- Él siempre había odiado la ciudad, de hecho siempre había dicho que viviría en el campo...-Por cierto, ¿Qué haces aquí? ¿Te ha dicho mi abuela algo?

-No, No que va. Hace tiempo que no veo a tu abuela. A veces me acerco a visitarla, pero con el trabajo...Imposible. He venido a recoger a...- No le dio a terminar cuando una chica alta de pelo largo y rubio con reflejos, vestida al igual que él, muy sencilla; se le acercó corriendo y se abalanzó sobre él, dándole un exitazo beso en los labios.- Como continuaba diciendo- Se reía, mientras hablaba- He venido a buscar a mi novia, Tamara; que viene de pasar unos dias con su familia en ¿donde era cariño?, ¿La vascongada? ¿No?-Decía mientras se reía de ella.

- Hola yo soy Alicia - Dije rápidamente; nunca me había esperado que Elijah tuviese novia...En verdad siempre le había visto como un tío solitario, pero debía ser que todos habíamos cambiado y en ese momento no sabía cuánto.

- Hola Alicia, yo soy Tamara y soy de País Vasco; no de la Vascongada, jajaja-Me dijo con tono animado-Encantada de conocerte, en realidad ya te había visto en fotos, creo que para Elijah siempre fuiste como una hermana pequeña; me alegro de conocerte al fin.- ¿ Como una hermana?, pensé; esta tia no sabe mucho; y enseguida miré a Elijah el cual respondió mi mirada con una sonrisa.

-Bueno chicos-Dije rápidamente.-Yo me tengo que ir; aun tengo que coger un autobús y un taxi hasta el pueblo.- Y dando dos besos a cada uno, me fui.

El autobús a mi pueblo no salía hasta dentro de dos horas; así que decidí sacar mi cámara de fotos y salir a visitar como hacía años, Oviedo.

Esa ciudad me encantaba; Pasear por la calle Uría, ( la calle principal de Oviedo); era muy diferente a caminar por Sol. Por la calle Uría, apenas paseaba gente, y podías ir tranquilamente sin tener que ir abriendo camino; al contrario que en Madrid.
En ese momento me acordé de cuanto echaba de menos Asturias.

Mirase donde mirase, allí estaban las montañas; y a pesar de que siempre estaba nublado, Asturias tenía un cielo azul limpio; como si la contaminación no le afectase...¿Cómo había podido renunciar tanto tiempo a ella?

Entré en el primer bar, que encontré a tomarme cómo no, una sidra para celebrar mi regreso.

Recordé la última sidra que me había tomado; fue con Fer, en una de nuestras primeras citas, en las que haciendo un brindis por mi familia asturiana nos tomamos dos o tres sidras, las cuales se nos subieron tanto a la cabeza que terminamos buscando chistes malos en Internet.

Fer no era muy divertido; pero cuando bebía se transformaba en todo lo contrario; en un chico avispado, entretenido, juguetón...Quizá sería por eso, por lo que no bebía tanto; porque eso a él no le gustaba. Él prefería ser un tipo serio y realista; y eso la mayor parte del tiempo, me aburría; pero le quería demasiado.


El tiempo se me pasó volando, visitando la ciudad y honrando tantos recuerdos que cuando quise darme cuenta al autobús solo le quedaba media hora; y a mí me tocaba correr.

Empecé a correr; como hacía años que no lo hacía porque ya no cogía transporte público puesto que Fer tenía coche y me llevaba a la Facultad.

Menos mal que cogí el autobús, pensé. Y mientras pensaba en mis más bonitos recuerdos, el autobús iba llegando al concejo al que pertenecía mi pueblo.

Una vez llegado al concejo, cogí el taxi que me llevaría a mi pueblo; En mi pueblo no vivía mucha gente, pero aun así me encantaba...Era tan agradable, y su gente me era tan familiar...

Loinás, era genial. Siempre había ido allí desde que nací puesto que mi madre se había criado allí y se conocía todos y cada uno de los lugares más asombrantes de él.

Cuando entré al taxi, pedí por favor, que desviase la ruta, ya que dos curvas antes de llegar a mi pueblo, es donde mi madre, por culpa de un coche conducido por un borracho que se dio a la fuga, se dio un golpe con la valla que hizo que el coche saliese despedido por el barranco dando numerosas vueltas de campana...Yo ese día iba con ella, pero salí prácticamente ilesa, solo con unas pocas contusiones y la pierna rota; y aunque practicamente estaba inconsciente, no pude hacer nada mas que llamar a la ambulancia, antes de quedarme dormida.

 Siempre había tenido pesadillas con ese maldito recuerdo; quizá esa sería una de las razones por las que nunca quise sacarme el carnet de conducir y hasta hace poco tampoco montar en coche.

Cuando llegué, todo estaba oscuro...Seguramente fuese la niebla porque aun era por la tarde. Así que decidí ir directamente a casa.

Cogí mi maleta, pagué al taxista y me dispuse a caminar hasta llegar a casa; donde me esperaba mi abuela.


Déjame que te muestre.Where stories live. Discover now