Capitulo 40 - Ámbar.

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- Evan... Aun siento que algo se me está olvidando.

- Y hasta ahora te das cuenta.

Ambos nos encontrábamos en su habitación. Yo me encontraba acostada en su cama, con las piernas apoyadas en la pared, hacia arriba, viendo su techo. Él estaba a mi lado de la misma forma que yo.

- ¿Qué es? ¿Qué se me está pasando por alto?

- Avisar quizás

- Mierda. Cierto. – me reincorpore asustada. - Mis padres deben estar preocupados, y Anisha y Harry, y... - me corto.

- Ya les avise. – me informo. – a todos.

- Oh... bueno, gracias.

- No fue nada. De todas formas no me tomo mucho tempo. – se encogió de hombros.

- Y... que dijeron mis padres respecto a eso? ¿Qué les dijiste?

- Al principio se asombraron al ser yo quien llamo a casa. Ya se estaban empezando a preocupar. Les dije que nos habíamos aburrido de estar en esa fiesta. Tu madre se mostró compresiva, al parecer entendió, ella es consciente de que no eres muy amante a ellas.

- Y Anisha...?

- Ah, ella me llamo a mi primero. Le dije que estabas conmigo y se calmó.

- Que mala amiga soy... la deje sola en aquella fiesta, se supone que la tenía que acompañar a celebrar que... - me calle. No creo que sea buena idea que revelar esa cosa.

- ¿Celebrar qué? – pregunto interesado.

- Una larga historia. – me limite a decir.

- Oh – su tono de voz fue desanimado supongo que no se esperaba que le ocultara algo. – bueno... mala amiga no eres. Y de todas formas no se quedó sola, estaba con Harry. – eso ultimo me sorprendió.

- ¿Con Harry?

- Síp, Harry ¿Por qué te extraña?

- No... nada, solo que... -

<Di algo que no te ponga en evidencia> Pero no quiero mentirle.

<No es tu deber informarle, no creo que Anisha quiera que alguien más sepa. Lo que NO paso> Bien. Tienes razón.

- Solo que ellos estaba peleados.- bien. Eso no es del todo mentira.- Por eso me extraña. Aunque... que bueno que se hayan reconciliado.

- Si... hacen una pareja genial. – nuevamente me incorpore en la cama. En la posición que mantenía anteriormente.

- Jamás me había colocado así. – el rio. – es... divertido y, relajante.

- Si... a mí me gusta. – un delicado cosquilleo se posó en mi mano.

Dirigí mi vista hacia ella. La mano de Evan estaba acariciando la mía, en busca de posarse en ella; a la final encontró su objetivo. Evan me cacho viendo la escena, pero aun así no hizo nada, la mantuvo ahí, quieta. Inmóvil. Pero transportando una magnifica sensación.

Minutos luego se escuchó como se abría y cerraba la puerta principal de aquella casa.

- Mi madre. – me informo Evan.

- Creo... - comencé a retirar mi mano de la suya.

- ¡No! – pidió como suplica.

Inquilino♡. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora