Track 01.

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–Track 1–

Lying From You – Linkin Park

When I pretend everything is what I want it to be
I look exactly like what you had always wanted to see
When I pretend, I can't forget about the criminal I am
Stealing second after second just cause I know I can but
I can't pretend this is the way it'll stay I'm just
(trying to bend the truth)
I can't pretend I'm who you want me to be, so I'm...

~*~*~*~

*Aiden*

Estando en el auto me coloqué el reloj de pulsera y lo miré, eran las 11:37pm, aún no me acostumbraba al horario; hacía unos instantes que acabábamos de llegar a Rusia.

—Aiden— mi compañero me habló por mi prácticamente invisible auricular.

—Dime— no sé porqué hacíamos eso si él era el conductor, sólo una pequeña ventana nos separaba.

—Sólo para estar seguros, necesito que repasemos el plan.

Suspiré y recité: —Buscaré a Amanda y haré que me guíe a la caja fuerte.

Hizo un ruido de insatisfacción, obviamente mi idea de repasar el plan no era de manera tan detallada como la suya.

—Correcto. Pero debes tener cuidado, ella es muy hábil y no debe descubrirte, no quiero que suceda lo que con Will.

—No te preocupes Pierre, ya verás que obtendré ese microchip antes de que puedas decir tres tristes tigres—, bromeé; él sólo bufó antes de cortar la comunicación.

Pertenecíamos a una asociación secreta que se encargaba de mantener a salvo información relevante del país, averiguar la que podría dañarnos o recuperar la que había sido robada; tal y como había sucedido en este caso.

Amanda era una mujer que aún no descubríamos para quien trabajaba, sólo sabíamos que ella tenía el microchip que fue robado del centro de investigación, inteligencia y desarrollo de mi país; y Will, como mi compañero Leonard, alias Pierre, había mencionado, fue retirado de su misión hacía unos meses ya que se involucró demasiado con el enemigo, o mejor dicho, terminó en la cama con la enemiga; por ello casi fue descubierto.

Cuando noté que la limusina estaba por llegar a la mansión donde era la fiesta miré por última vez la fotografía de la mujer para centrarme en localizarla durante la velada.

Al entrar al lugar miré el techo de cristal y las paredes, había un enorme candelabro, al parecer de oro, y muchas pinturas carísimas; no sabía quien daba la fiesta, de hecho ni siquiera pregunté, no tenía caso, cada vez que me asignaban a una misión nunca me daban más detalles de los que necesitaba para cumplirla.

Tomé una copa y caminé observando todo, había muchos extranjeros por lo que mi presencia no fue mal vista. Tras dar un par de rondas por el gran salón principal la encontré, tenía un vestido negro pegado a su curvilíneo cuerpo y el cabello largo y oscuro recogido sólo de un lado con un broche plateado; estaba en un solitario balcón.

Me aproximé con un caminar seguro, la observé, ella sintió mi mirada y volteó hacia mí.

—Buenas noches señorita— la saludé con el tono de voz más seductor que pude.

—Buenas noches— contestó.

—¿Me permitiría disfrutar de su compañía durante la velada?— pregunté con una obvia doble intensión.

Ella rió, —¿Y qué le hace pensar que no tengo quien me acompañe?

—Si lo hay es un verdadero tonto; si estuviera en su lugar yo no la dejaría sola ni un segundo—, tomé su mano y la besé lentamente, sin despegar la mirada de sus brillantes ojos.

Misión. (Espionaje, 01)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora