MrJones
Cuando la pequeña Emma entro por primera vez a mi salón parecía una chica feliz. Llena de aspiraciones y sueños por cumplir. Cuando Emma salió por última vez de mi salón, era todo lo contrario.
Recuerdo su larga cabellera rubia y como sus mejillas se iban tornando cada vez más rosadas cuando se adentraba en la clase. "Siéntate junto a Evelyn" le dije. Ella obedeció.