Caleb volvió a los pasillos los cuales no transcurría desde hace unos meses, según le había asegurado Celeste.
Al llegar a las escaleras que los llevaba a la ceremonia visualizó el lugar. Bajó las escaleras y se sentó en el fondo a admirar la ceremonia sin decir nada. Emma estaba enfrente, llevaba un vestido de color salón; a su lado estaba Sherry quien lloraba de la emoción; luego seguía Darwin, la cual actuaba con aburrimiento, a Caleb le causó risa.
Su hija estaba entrando por un pasillo corto que se creaba gracias a la posición de las sillas. Llevaba un vestido del mismo color que su camisa celeste, y caminaba al frente sonriendo.
La miré con determinación. Ella no lo notaba, y era mejor. No quería que su hija se acercara y lo tocara, porque sentiría sus gélidas manos y no respondería por lo que ocurriera.
Celeste llegó hasta donde Leonart la esperaba con las manos juntas. Él vestido de negro completamente, pero sus ojos azules resaltaba como dos lámparas brillantes.
Caleb se resignó a aceptar lo que ocurriría.
Las criaturas que estaban allí aplaudieron levantándose de sus asientos, excepto Caleb y Darwin. Justo detrás de Emma había identificado a Faunus, y a su lado un enano que desconocía.
Emma volvió la mirada en busca de alguien, seguramente él. Cuando lo ubicó le dedicó un sonrisa antes de volver nuevamente la mirada hacia su hija.
Arrástrenme al infierno, no quiero ver esto, pensó con desdén.
En ese preciso momento, cuando su hija toma la mano de su próximo esposo, el suelo tembló. Todos se obligaron a sentarse nuevamente por el movimiento brusco del suelo.
Caleb levantó la mirada, y miró a Emma, Sherry y Celeste que tenía la mirada horrorizada –curiosamente, le causó gracia todo lo que ocurría –. Leonart sujetaba con fuerza a Celeste para que no cayera.
Entonces, como por obra de magia el suelo comenzó a abrirse por la mitad. Las criaturas invitadas salieron horrorizadas, también Faunus, y se dirigían hacia las salidas.
De la abertura que había quedado en el suelo comenzaron a emanar criaturas de humo y fuego. Gritaban despavoridas, mientras correteaban a todos. Emma había tomado a Celeste y le pedía que salieran de inmediato, pero una de las criaturas de humo y fuego tomó a Emma y la tiró contra el ventanal más cerca.
Celeste gritó cuando su madre rompió el ventanal y desapareció. Caleb le causó un poco de gracia, pero corrió hacia afuera en busca de su esposa. Antes de salir por la puerta miró hacia atrás y ocurrió lo más horrible que haya visto en toda su vida.
Las criaturas de humo y fuego rodearon a Leonart y lo arrastraron por la abertura sin él poder hacer nada, pero casi ni le importó. Celeste quería acercarse a él y las criaturas de humo y fuego se lo prohibieron.
Esas macabras criaturas comenzaron a flotar alrededor de su hija y comenzaron a rasgar su vestido celeste, que tan bien le quedaba. Luego una de las criaturas la tomó por el tobillo y la haló hacia la abertura. Gritó pidiendo ayuda.
Para cuando Caleb reaccionó y se dirigía hacia la abertura, esta se cerró.
Sentía que era su culpa. Él había pedido que lo arrastraran al infierno, pero en cambio se llevan a su hija.
Caleb recordó a Emma y corrió rápidamente hacia afuera. A su alrededor estaba Sherry quien le pedía que no se moviera. Caleb se colocó a su lado, y le sujetó la mano con fuerza.
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Las Aventuras de Caleb Coin: Arrástrame al Infierno
AventuraSAGA COIN 3 En esta tercera parte Caleb Lawrence Coin sufría físicamente por el dolor en sus venas y moralmente por culpa de las voces que le susurran desde la oscuridad. En la víspera de la boda de su única hija ocurre una tragedia que hará que Cal...