Capítulo 18: Halloween.

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La casa entera olía a calabaza. Bueno, más bien apestaba a calabaza quemada. Abrí los ojos y descubrí que Liam se había ido. Me desperecé y me dirigí a la cocina medio dormida. Según entré empecé a oír gritos de una voz conocida que hacía semanas que no escuchaba.

-LLEGO DE MANCHESTER Y QUEMÁIS LA CASA.

Me desperté del todo al oír la voz de Eleanor. ¿Había vuelto? Probablemente había querido darnos una sorpresa. Una pena que se encontrase con la casa llena de humo. La cocina apestaba aún más a calabaza quemada mientras Louis y Niall intentaban abrir las ventanas para expulsar el humo. Reí y me apresuré a abrazar a Eleanor.

-¡Has vuelto!

-Hola peque. Se suponía que era una sorpresa. Pero la sorpresa ha sido la casa llena de humo y peste a calabaza.- dijo mientras me devolvía el abrazo. Salimos de la cocina donde el resto de los chicos corrieron a abrazar a Eleanor mientras arrugaban las narices por el olor. Louis entró al cabo de unos quince minutos con trozos de calabaza en el pelo y los ojos rojos por el humo.

-¡FELIZ HALLOWEEN! ¡EL HAS VUELTO!- dijo a pleno pulmón. Ella se limitó a reír y abrazarle mientras el ponía los trozos de calabaza en la cabeza de Eleanor. Ella se separó dándole un suave golpe en el hombro.

-Entonces, esta noche fiesta ¿me equivoco?

-Tú buscas cualquier excusa para hacer de DJ, ¿eh Zayn?

-Sí, ¿y qué?

-Que creía que íbamos a hacer algo más interesante. Es decir… es Halloween.

-¿Y qué sugieres?

-Yo propongo una competición.- intervino Julia.- Tenemos que pasar la noche en una de esas pequeñas iglesias abandonadas que hay a las afueras. El primer grupo que salga de ella pierde.

-Ya, y tú estarás deseando quedarte con Tom.- dijo Louis irónicamente. Julia le miró con desdén y le sacó la lengua mientras continuaba su explicación del “juego.”

-No idiota, chicos contra chicas.

Volví la cabeza con brusquedad hacia ella y arqueé una ceja. Julia sabía que odiaba ese tipo de cosas. Taylor cogió mi mano y me dio un apretón para darme a entender que ella estaría a mi lado. Sonreí débilmente y subí a mi habitación. Le había prometido a papá que lo llamaría. Después de cuatro timbrazos la voz que me cantaba canciones infantiles para dormir respondió desde el otro lado de la línea.

-¿Papá? Soy Grace.

-¡Grace! ¿Cómo está mi chica sureña?

-Muy bien, todo va de maravilla. ¿Cómo están las cosas por allá?

-Bueno, más o menos normales. Tu madre y yo seguimos en punto muerto en cuanto al divorcio y tus hermanas están igual que siempre. Aunque tenemos muchísimas ganas de verte.

-Pronto estaré por allí, te lo prometo. Y probablemente no vaya sola.

-¿Y eso? ¿Hay algo que no le hayas contado a tu padre?- dijo con voz de adolescente dolido.

-Papá, no hagas eso.

-Creía que éramos amigos.

-Eres mi padre.

-¿Y? ¿Vas a contármelo o no?

-¡Ah! Está bien. Es Liam. Iré con Liam.

-¿Liam? ¿Liam Payne?

-Sí.

-¿Tiene alma de poeta? ¿Tiene buen corazón? ¿Está enamorado de ti?

-¡Papá!

-Vale, lo siento, lo siento.

-¿Siempre tienes que citar tus canciones?

-Te encantan mis canciones.

-Me encantas tú, papá. Eres mi ídolo.

-Vas a hacer que me sonroje.

-Oh, demonios eres imposible.

-Bueno pequeña, lo siento, pero tengo que colgar. Estamos de pruebas de sonido. Y, ¿Grace?

-¿Sí?

-Liam es absolutamente perfecto para ti.- se oyó un clic, y se cortó la comunicación. Para ser sincera no había dicho nada en casa pero esperaba que Liam estuviese dispuesto a ir a Nashville. Dejé el teléfono en la cama y me di la vuelta hacia el armario para preparar la ropa de esa noche. Cuando me giré, vi a Liam apoyado en la puerta con una ceja alzada.

-¿Cuándo ibas a decírmelo?- dijo evidentemente enfadado.

-Cuando tuviese el pasaje.

-¿Y lo de irme contigo?

-¿Vamos a discutir por eso?

-No. Pero me parece perfecto que me incluyas en tus planes sin consultarme.

-Liam…

-¿Qué?

-Te lo iba a decir, en serio.

-No sé cuándo.

-Liam James Payne. Mi familia quiere que vayas a Nashville conmigo. ¿Lo harás o ni me molesto en buscar tu pasaje?- dije exasperada. Él avanzó hacia mí y me besó mientras jugueteaba con mi pelo. Susurró un “por supuesto que iré” en mi oído y sonrió contra mi boca. Sonreí a su vez y seguimos buscando las cosas para esa noche.

Una vez en la iglesia, y una vez convencimos al cura para que nos dejase quedarnos fuera, Louis sacó una vieja guija y un vaso de cristal. Jugamos durante al menos dos horas hasta que nos percatamos de que Tom había desaparecido. Dimos vueltas por toda la iglesia y sus alrededores sin encontrar nada. Cuando volvimos al improvisado campamento le encontramos cubierto de sangre y bocabajo. Julia soltó un grito y corrió a su lado. A partir de ese momento todo se volvió borroso. Llamamos a una ambulancia y allí los médicos dijeron que a Tom no le pasaba nada. Solo cuando oímos a Louis reírse nos dimos cuenta de que todo había sido una broma.

-LOUIS WILLIAM TOMMLINSON. NO HA TENIDO GRACIA.- le gritó Julia cuando los médicos se fueron.

-La gracia ha sido tu cara cuando le has visto. ¡Choca esos cinco Daley! Los chicos ganamos. Tenéis que limpiar la casa una semana.

Julia rugió y se alejó de ellos con su saco de dormir. Cuando por fin nos reunimos para dormir le preguntamos como estaba. Ella miró a todos lados, se estremeció y nos hizo señas para que nos acercásemos.

-Chicas, nunca pisaré una iglesia en mi vida. Pero lo de esta noche, clama venganza.

Todas estuvimos de acuerdo y nos dormimos pensando en una broma magistral que pudiese dejar a la de esta noche totalmente obsoleta.

Good morning from the paradiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora