Yo soy Víctor y os voy a contar como fue mi primera vez después de haber chateado con un chico durante 1 año y 3 meses.
Esto ocurrió un día de septiembre, cuando estaba yo hablando con un amigo por cam y él tenía a otro jugando a la play station al lado. El amigo de mi amigo, de nombre Hugo, empezó a bromear conmigo. Mi amigo se enfadó con Hugo porque el tenía sentimientos hacía mí, entonces ellos dos se enfadaron y se dejaron de hablar. Hugo consiguió mi número y empezamos ha hablar por whatsapp. Durante 1 año estuvimos hablando solamente por whatsapp y skype con la web-cam hasta que un día decidió que nos veamos en Barcelona. El gran día llegó, nos vimos y lo primero que hicimos es darnos un beso en la boca inconscientemente, porque teníamos la conciencia de que estábamos ya juntos, bien. Tras varias semanas seguidas yendo a Barcelona y vernos llegó el gran día. Yo le dije que era virgen ,efectivamente, y él no. Me dijo que días antes de vernos me fuera poniendo saliva en el culo, me fuese tocando para que relajase en el gran día. un día antes del gran día, mis padres se fueron de casa y la tuve 3 días a solas para mi, le invité a que pasara dos días y aceptó.
Era una noche de sábado cuando los dos estábamos en el sofá y con la temperatura muy subida, empezamos mirándonos fijamente hasta empezar a besarnos bellamente sin respirar, él sabiendo de lo que iba el tema me empezó mordiendo el cuello muy lentamente dando pequeños sorbos, lo cual produjo en mi una sensación muy intensa que se tradujo al empalme que tuve. Me quitó la camiseta y me empezó a besar los pezones y me los mordía de tal manera que notaba pequeños impulsos en la punta de mi pene, bajó hasta mi pene erecto y lo metió lentamente en su boca y lo chupó como si fuera la punta de un chupa-chup, era mi primera vez en todo y me gustó muchísimo. Yo tenía tanta calor que le rogué que me hiciera una mamada por ser mí primera vez y empezó sin duda ninguna. Fue un placer tan intenso que solamente es comparable con un buen chocolate. Después de que me la chupara un rato, noté como unos calambrazos en la punta de los pies hasta que se convirtió en una sensación tan placentera que salió un líquido tan rápido que fue como la explosión de mis deseos, mis sensaciones, me dejó en blanco hasta un punto que quería más. Llegado a este momento cogió y me besó mordiéndome el labio inferior lentamente y con dulzura. Yo intenté seguir los mismos pasos que él para no quedar como un inexperto y le causó la misma sensación. Ese día sólo uno las mamadas y poco más.
En el segundo día fue el mejor día que había experimentado en mi vida, nunca lo olvidaré. Estábamos en la ducha juntos, cuando se acercó a mi y me empezó a tocar el culo, tenía una sensación rara, pero fogosa a la vez. Me digo que me ralajase y así hice, con la ayuda del agua empezó abrir mi culito y toquetearlo, lo hizo bastante suave y muy intenso. Llegó un momento que sentía que tenía el agujero del culo abierto y me metió un dedo y lo iba metiendo hasta no poder. Cuando estaba relajado y más abierto me introdujo el otro que fue el detonador, el placer que tenía era mejor que el de la noche pasada, me iba moviendo los dedos por dentro y era una sensación de cosquillas, de placer, una energía capaz de hacerme sentir cosas jamás sentidas anteriormente. Llegó el momento de penentrarme y me puso la punta, al sentir la punta fue una sensación más dolorosa que los dedos, pero poco a poco iba desapareciendo. Me la iba metiendo poco a poco que al final me la metió entera y me abrazó. Me abrazó y me iba diciendo cosas muy bonitas para relajarme. Empezó un movimiento suave pero intenso para mi, hasta que me relajé y empezó un ritmo acelerado. Después de un rato, me pidió que nos fuéramos a la cama, y así hicimos. En la cama me pidió que me pusiera a 4 patas porque es su postura favorita y así hice, me puse a 4 patas y empezó el movimiento de caderas. Iba muy deprisa y me dijo que le encantada tenerle por primera vez para él, soy su joya de la corono, llegado un punto, se tumbó encima mío y me cogió por los pezones, me los iba pellizcando a la vez que me tomaba con mucha intensidad y yo gozaba mucho. Me giró de repente y me puso los pies detrás de la cabeza, debo reconocer que esa postura me gusta muchísimo más, pero me hace daño al hacerlo. Me iba penetrando y me iba pajeando a la vez. Pasó un rato y se tumbó al lado mío y con los brazos detrás de la cabeza y con una mirada de chico malo con un tatuaje en los abdominales, me hizo un gesto para que acabase con la tarea. Me subí encima de él a 4 patas y nos íbamos mamando las pollas hasta notar el licor del placer recorriendo cada parte de nuestra boca.