Capítulo 3: Los sentimientos de un demonio

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Yunho se sentía tan estúpido. Rascó su cabeza dispuesto a golpearse contra la pared.

«¿Planeas desmayarte para no ir a buscarlo?» Lujuria se burlo de él.

No era una mala idea, pero Yunho sabía que no podía escapar de ese maldito deseo de tener a Jaejoong bajo su control. Gimiendo y diciendo su nombre una y otra vez.

—Es tu culpa que quiera acostarme con ese chico – le habló a Lujuria.

«Los humanos siempre buscan a quien culpar por sus estupideces. Eso no ha cambiado en estos siglos»

...

Él respiró profundamente, cogiendo valor para llamar a la puerta. Frotó sus manos y golpeo con cautela.

Después solo hubo silencio.

«Sólo es curiosidad, es solo eso» pensó y su demonio se estaba riendo a carcajadas.

La puerta se abrió y Yunho se tensó. ¿Nervios? Sea lo que fuera, no le estaba agradando comportase de esa forma.

Un Jaejoong completamente despeinado y con sólo una camisa cubriendo su torso.

—Qué estás haciendo aquí? - frunció el ceño al verlo.

Yunho quedo con la boca abierta. Ver que Jaejoong sólo llevaba esa camisa le daba más de lo que había soñado. Como si fuera en cámara lenta, él recorrió todo el cuerpo de Jaejoong hasta sus desnudas y sensuales piernas. Esas piernas se veían perfectas y la piel brillaba. ¿Un chico podría lucir más sexy?

— ¿Te gusta lo que ves? - preguntó malhumorado y fue cuando Yunho salió de su trance.

Yunho se acercó aclarándose la garganta.

«Ja Ja Ja ¿Eres un crio? Entra y cógelo de una vez»

— Cierra la boca - farfulló molesto con su demonio.

— ¡¿A quién le dices cierra la boca?! - le grita a Yunho muy molesto - ¡Son más de las diez de la noche! ¡Llegas tarde!

— ¿Me estabas esperando?

— ¡No!

— ¿Estás enojado? - sonríe de costado.

— No, estoy feliz de que tocaras mi puerta a esta hora - respondió sarcásticamente y Yunho lo supo.

— Puedo hacerte más feliz tocando otras cosas - da un paso a Jaejoong sin dejar de ver sus labios.

Jaejoong maldice a Yunho en sus pensamientos, pero no puede evitar sonrojarse. Esa cercanía despertaba todos sus sentidos y más.

— No sé cómo me encontraste. Pero vete - le dijo dispuesto a cerrarle la puerta en la cara, pero Yunho lo detuvo.

— Jaejoong - dijo en un suave susurro y Jaejoong se quedo como una tierna oveja frente al lobo.

Era momento de usar a su demonio para tener lo que quería. Sabía que sólo bastaba una orden y Jaejoong estaría desnudo pidiéndole más. Sus ojos no dejaban de recorrer todo el cuerpo de Jaejoong. Sus manos se morían por acariciar aquella piel de porcelana. Yunho lamió sus labios de forma seductora y pudo sentir como Jaejoong se estremecía. Una palabra y Jaejoong seria suyo.

— Jaejoong - volvió a repetir como si fuera un hechizo. Su voz llena de sensualidad desdoblaba la voluntad de cualquiera y Jaejoong no sería la excepción - ¿Alguna vez te han dicho lo hermoso que te ves?

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