Tonalmachiotl, el molde del sol

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Año 1479 d. C.

Los hábiles escultores mexicas dan los últimos retoques al gran monumento. Tonalmachiotl se le ha llamado a esa colosal piedra. El rey Axayácatl estará muy complacido por la excelente creación de los artistas. Se ha trabajado arduamente durante treinta años en su elaboración. Es una obra maravillosa; jamás habían creado algo semejante. Con una altura de poco más del doble del tamaño de una persona adulta, y un peso equivalente al de casi cuatrocientos hombres, es una escultura inmensa. Su tallado ha sido muy meticuloso. Con mucha paciencia y esmero, docenas de artesanos con grandes habilidades artísticas han trabajado en esa piedra. También han colaborado en su diseño y creación sacerdotes, astrónomos y sabios ancianos.

Fue el rey Moctezuma Ilhuicamina quién dio la orden de crearla mucho tiempo atrás. Desde entonces, se ha trabajado sin parar en ella. Hasta llegar al gran día de la finalización de la obra. Y se ha hecho un llamado a todo el reino para que asista al día de la culminación del Tonalmachiotl.

Todo el pueblo mexica se ha reunido para tan importante celebración. La gran clase sacerdotal, usando su hermosa ropa ceremonial, están de pie alrededor del Tonalmachiotl. También están presentes los guerreros de más alto rango. Además, hombres y mujeres de casi todos los rincones del reino, han hecho presencia para no perderse el acontecimiento histórico, y la oportunidad de ver a su rey. La piedra está sobre una ancha y alta base de piedra, justo enfrente del edificio llamado Cuauhcuauhtehchan.

Se ha reservado el honor para el rey Axayácatl de dar el último acabado al monumento. Una gran multitud están atentos a todo lo que pasa frente a ellos. De repente, se escucha el sonido inigualable que resulta cuando la guardia personal del rey sopla fuertemente en unos grandes caracoles de mar, anunciando así su llegada. Todo el pueblo ahí reunido se alborota de alegría y de expectación, al saber que el rey Axayácatl se acerca al lugar. Entonces aparece: Viste su hermoso ropaje real, bordado con los más finos y coloridos tejidos, adornos de oro y preciosas conchas marinas; y el tocado de su cabeza con grandes y hermosas plumas de quetzal. Las heridas de la última guerra todavía se notan en su cuerpo. Axayácatl es un rey sabio, justo y valiente; por eso es muy amado por su pueblo.

Simbólicamente, el rey Axayácatl realiza con una herramienta el último acabado al Tonalmachiotl, y todos los presentes gritan de júbilo, festejando la finalización del gigantesco monumento. Los sacerdotes hacen su ritual de consagración a la gran piedra. ¡Es un momento estremecedor para todos! ¡El Tonalmachiotl es imponente! ¡Los rayos de luz lo tocan y hace que sus colores se tornen vivos e intensos! Niños, jóvenes, adultos y ancianos, todos por igual, están asombrados. Fascinados admiran la belleza y el esplendor del Tonalmachiotl.

Y por un instante, el tiempo parece detenerse, hasta que, repentinamente, los tambores empiezan a sonar fuertemente. Todos saben lo que eso significa y voltean hacia la pirámide que domina la plaza donde se encuentran todos ellos. Ven subiendo por las escalinatas a dos de los sacerdotes que llevan cargando un lienzo grande y negro. La luna y las estrellas casi no se distinguen, aunque es ya casi la medianoche. Pero todo está muy iluminado como si fuera de día. Y la causa de esa luz en plena noche es... el Tonalmachiotl original. El monumento colosal que se ha terminado de esculpir en este día, solamente es una copia del verdadero Tonalmachiotl, la piedra que ilumina como el sol.


ALEX RÍOS Y EL MISTERIO DE LA PIEDRA DEL SOL: EL ANILLO DE LOS QUINCUNCESWhere stories live. Discover now