Korinna

Prologo

Era alrededor de la una de la mañana, la Reina Arbil de Arlen estaba agotada. Acababa de dar a luz a una preciosa princesa de cabello rojo, y ojos azul zafiro. Korinna, primogénito del Valiente Aromus Neil Zusak Tercero, Rey de Arlen.

-Mañana anunciaremos al reino entero la gran noticia, por lo pronto mi amada debe descansar. Cornelius, Sanador, confió lo suficiente en ustedes para cuidar de mi hermosa princesa esta noche. Denle todos los cuidados necesarios. Déjenla descansar y duerman bien.

-Si mi Rey.

Todos abandonaron la alcoba real, y cayeron el los brazos de Morfeo, tranquilos sabiendo que un milagro había llegado.

El castillo estaba en silencio, el rey cometió el grave de error de dejarse llevar por su alegría y mando a los guardias a descansar, dejando el castillo desprotegido.

Kerciel Versal Munich, general de la tropa principal de Vernum, había predicho el nacimiento, y sediento de venganza, entro al castillo, tomo a la niña y huyo.

El rey juro encontrar a su hija, a su princesa, durante años dedico valioso de su tiempo intentando buscarla pero era inútil, ella había desaparecido, sin dejar rastro, sin conocer a su secuestrador.

Años después, olvidando el terrible incidente, con la reina curada de su horrible depresión, nació un segundo heredero al trono, un baron.

No sufrían mas, estaban completos. Tenían un heredero. Habían dejado a Korinna en el olvido.

Kerciel, el general, había huido a un pequeño pueblo a las afueras de Vernum. Vivía en una pequeña cabaña donde gustoso habría envejecido, criando de su ahora hija, Korinna Versal Munich.

Tenia a la familia que siempre quiso, y le fue arrebatada. Jurando protegerla de esos que querían lastimarla. Mandando a lo mas recóndito de su mente la promesa que un día hizo.

Korinna creció en la ignorancia de su verdadera identidad, pero como toda una guerrera.

Korinna la princesa perdida.