Las gotas de lluvia retumbaban sobre la pequeña ventana de la guarida donde Harley se encontró, miraba las gotas estrellarse contra el vidrio, mientras que su Mr. J estaba en su escritorio haciendo sus planos, como era costumbre, sin ponerle mucha atención a la rubia que se encontraba aburrida.
-Puddin- canturreo la rubia levantándose de su lugar muy alegre mientras se acercaba a su amado.
-Ahora no. Estoy ocupado- contestó el peliverde todavía mirando sus planos.
-Pero... puddin- protestó la rubia haciendo un pequeño puchero y subiendo al escritorio -A una mujer no le vendría mal algo de atención- prosiguió ella acomodándose un mechón de cabello.
-¿Atención...? -repitió el peliverde pensativo -Haha, ATENCIÓN- se movió bruscamente abriendo los brazos, estuvo apunto de golpear a la rubia que estaba sobre el escritorio, quien solo se quedo petrificada al ver que su "Puddin" reaccionó de tal forma.
-¿P-puddin..?- preguntó la rubia algo tímida.
-Oh querida, tienes razón, HAHAHA- soltó una carcajada que lleno la habitación, una que haría que a cualquiera se le erizara la piel, pero para Harley era música, algo tan hermoso y perfecto -Hoy saldremos a hacer algo- dijo con su típica sonrisa en el rostro, dejando ver sus perfectos dientes de plata.
-¿De verdad?- los ojos de Harley se iluminaron, saldría con su Puddin, hace mucho ellos no tenían una..
-Claro, iremos a robar o algo- contestó el peliverde sin darle mucha importancia y comenzó a buscar su arma.
-Oh...- la voz de la rubia tenía un tono de decepción, de verdad quería tener una cita con su amado, hace mucho no salen como una pareja -Acéptalo Harleen, el jamás te verá como su pareja- la pequeña voz en la mente de Harley comenzó a hablar en su cabeza -No... ¡No!, mi Puddin me ama, el me ama-
Entonces la rubia comenzó a tener una batalla interna con aquella voz, sin prestar atención a lo que pasaba a su alrededor.
-Bueno Harls solo falta... ¿Harley?- el peliverde estaba parado frente a ella moviendo la mano frente a la cara de ella -Quinn... - dijo ya algo irritado -¡Harleen!- grito molesto, logrando que la rubia saliera de sus pensamientos.
-¿Ah?- pronunció saliendo de su pequeño "trance" -¿Dijo algo Mr. J?- preguntó con un tono dulce.
-¿Que si dije algo? - Repitió el peliverde apretando los dientes -¡Claro que dije algo!, pero al parecer tienes cosas más importantes en la cabeza- ya había perdido la poca paciencia que lograba tener, al menos solo con ella -Así que te dejaré sola para que sigas meditando lo que sea en que pensaras- tomo su saco de cuero púrpura y se lo puso.
-Pero... no... Puddin- suplicó la rubia, pero ya era tarde, pues el ya se había ido -Te lo dije, ahora ya no va a volver- de nuevo aquella voz
-No... el no puede dejarme... va a volver...- dijo ella casi al borde del llanto mientras se sentaba en el suelo, a esperar a que su amado Mr. J regresará... si es que lo hacía.
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The Beginning Of The End
FanfictionDicen que la curiosidad mató al gato, pero en este caso solo lo volvió loco.