Francisco Ayala
La cabeza
del cordero
Cátedra, Madrid, 1989
TOC \o "1-2" \h \z \u
Proemio PAGEREF _Toc168484864 \h 3
HYPERLINK \l "_Toc168484865" El mensaje PAGEREF _Toc168484865 \h 9
HYPERLINK \l "_Toc168484866" El Tajo PAGEREF _Toc168484866 \h 25
HYPERLINK \l "_Toc168484867" I PAGEREF _Toc168484867 \h 25
HYPERLINK \l "_Toc168484868" II PAGEREF _Toc168484868 \h 26
HYPERLINK \l "_Toc168484869" III PAGEREF _Toc168484869 \h 31
HYPERLINK \l "_Toc168484870" IV PAGEREF _Toc168484870 \h 35
HYPERLINK \l "_Toc168484871" El regreso PAGEREF _Toc168484871 \h 41
HYPERLINK \l "_Toc168484872" I PAGEREF _Toc168484872 \h 41
HYPERLINK \l "_Toc168484873" II PAGEREF _Toc168484873 \h 44
HYPERLINK \l "_Toc168484874" III PAGEREF _Toc168484874 \h 47
HYPERLINK \l "_Toc168484875" IV PAGEREF _Toc168484875 \h 48
HYPERLINK \l "_Toc168484876" V PAGEREF _Toc168484876 \h 49
HYPERLINK \l "_Toc168484877" VI PAGEREF _Toc168484877 \h 52
HYPERLINK \l "_Toc168484878" VII PAGEREF _Toc168484878 \h 54
HYPERLINK \l "_Toc168484879" VIII PAGEREF _Toc168484879 \h 56
HYPERLINK \l "_Toc168484880" IX PAGEREF _Toc168484880 \h 60
HYPERLINK \l "_Toc168484881" X PAGEREF _Toc168484881 \h 64
HYPERLINK \l "_Toc168484882" La cabeza del cordero PAGEREF _Toc168484882 \h 66
HYPERLINK \l "_Toc168484883" La vida por la opinión PAGEREF _Toc168484883 \h 91
Proemio
A los veinte años, uno escribe porque le divierte, y ¿para qué más justificación? A los cuarenta, ya es otra cosa: hay que pensarlo; pues sería absurdo agregar todavía, porque sí, un libro más a la multitud de los que, incesante y desconcertadamente, apelan al público, sin motivos que aspiren a valer como razonables fuera del particular gusto y gana del autor. Yo, además, no podría invocar siquiera la mediocre razón de la carrera literaria; yo no hago carrera literaria, ni apenas -me parece- el ejercicio de la literatura puede valer como una carrera entre nosotros. Y aunque nadie negaría títulos profesionales a quien irrumpió, adolescente, en el campo de las letras para nunca desde entonces abstenerse de publicar escritos bajo su firma, lo cierto es que en el escalafón correspondiente no he mostrado -lo confieso- ni continuidad satisfactoria ni excesivo celo funcionario. Al contrario: he procurado sustraerme al encasillamiento; he desdibujado adrede, una vez y otra, mi perfil público; y, volviendo en mi siempre de nuevo, he renunciado a las ventajas, comodidades y tranquilo progreso que son premio de quienes, fieles a un prototipo de actuación social, ni inquietan a los demás, una vez adoptado, ni se inquietan mayormente ellos mismos... Sería equivocación -me adelanto- entender como alarde estas palabras. Expresan -simplemente, y quizá con pena, con nostalgia- la condición a que me ha forzada un mundo en disloque: otras circunstancias me hubieran hecho hacer otra figura; pero cada cual es hijo, tanto como de sus obras, de su tiempo -las obras engendran la figura del autor en la matriz del tiempo.