Otra madrugada sola.
Estoy acostada en el piso de mi habitación con mi mejor cigarrillo, y ahogada en alcohol.
¿Se puede cambiar tanto por una persona?
La respuesta es sí.
Mi reproductor de música ha decidido ponerme canciones para aumentar esta tristeza.
Mi corazón está latiendo muy rápido.
Siento cómo en cualquier momento puede colapsar.
Mi mente está necia en recordarme cada lunar de tu rostro.
Mi cabeza da vueltas, estoy horriblemente mareada.
Mis ojos literalmente ya no pueden ver la realidad.
Las cosas comienzan a hablarme y a tomar otra forma.
Estoy intentando levantarme.
No puedo.
Y hablo literal y metafóricamente.
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Cigarrillos
RomanceCafé, cigarrillos a media noche y soda de dieta, de eso estamos hechas las niñas delgadas.