Mucho más que simple admiración {Viktuuri}

Prólogo

Yuri Katsuki, el patinador Japonés, luego de quedar sexto en el Grand Prix se encuentra con el medallista de oro, la gran leyenda viviente del patinaje artístico, el Ruso Viktor Nikiforov. Nunca pensó que se iba a encontrar con su ídolo, pero este no era el momento justo.

Al volver a su hogar en Japón tras estar 5 años en Detroit, donde practicaba junto a su entrenador, se encuentra con su familia y amigos de la infancia. Como estaba deprimido, decidió ir a practicar al lugar donde empezó a patinar, lo invadieron varios recuerdos, y como quería conmemorar los tiempos en donde imitaba a Viktor, decidió hacer el programa del Grand Prix Final de su ídolo.
Mientras patinaba, miles de emociones recorrieron su cuerpo, podía recordar con claridad cómo Viktor lograba crear sentimientos nuevos en él con tan sólo verlo patinar, sin tener ningún vínculo que los uniera.

Se dejó llevar por la música, recreando a la perfección los pasos y saltos que tenía aquel programa, es como si estuviera patinando sin ninguna preocupación, sin pensar en nadie ni nada. Este vacío en su mente logró hacer que se concentrase y que patinase a gusto, sin ningún tipo de nerviosismo.
Yuri estaba tan tranquilo que no se percató de que estaban filmando cómo patinaba. Finalmente, subieron ese vídeo a internet y logró hacerse tan viral que hasta el mismo Viktor llegó a verlo.

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Viktor, al ver a aquel chico patinando tan libre y limpiamente se interesó al instante, se podía ver en el brillo de sus ojos que verdaderamente le impresionó la actuación del patinador que acababa de ver.
Le encantaron sus pasos, cómo realizaba los saltos, pero también lo atrajo su rostro, la mirada tan pura de sus ojos color café, las expresiones llenas de sentimiento, es como si se enamorara al instante, desde la primer mirada.

Decidió dejar de patinar por la temporada e irse a Japón a buscar a aquel chico que tanto lo impresionó. Estaba dispuesto a entrenarlo. Lo que él necesitaba era poder ver de cerca la expresión del Japonés, los ojos que tanto lo atrajeron.
Cuando logró encontrar la ubicación de este, se hospedó en el hotel de su familia para lograr sorprenderlo cuando vuelva a casa.

Yuri volvió algo agotado, ya que estuvo haciendo ejercicio físico con su profesora de ballet. Al entrar por la puerta principal se encontró con un perro bastante cariñoso, ya que se abalanzó a él logrando tirarlo y empezó a ladrar alegremente. Se detuvo un momento a mirarlo y se dio cuenta que se parecía mucho al perro de Viktor.

No puede ser Maccachin, seguro estoy soñando.- Dijo Yuri levantándose del piso

Al ver que el salón estaba lleno de cajas, decidió preguntarle a sus padres si algún huésped nuevo había llegado.

Sí, ha llegado un nuevo huésped extranjero, muy apuesto por cierto. Parece ser el dueño del perro.- le respondieron.

Inmediatamente, Yuri salió a buscarlo, no podía creer que sea él, hasta que no logre verlo, no lo iba a aceptar. Luego de un rato, en las aguas termales, encontró a quien esperaba ver, Viktor.

Se quedó mirándolo por un tiempo, admiraba su pelo albino, sus ojos del color del cielo que hipnotizaban, su cuerpo y su piel tan bien cuidada. No podía apartar la mirada, como si el Ruso lo arrastrara con sus encantos. Cuando logró reaccionar, le preguntó

V-Viktor? Qué haces aquí?- logró decir con timidez.

Estoy aquí para ser tu nuevo entrenador, Yuri.- Le contestó el Ruso dejándolo boquiabierto.

Viktor? Su nuevo entrenador? Yuri no sabía qué decir, lo único que podía hacer era aceptar su realidad, su ídolo iba a ser su entrenador, no podía creerlo.
Luego de esto, fueron a la habitación de Yuri a charlar, Viktor quería conocerlo a la perfección.
Viktor tiró un futón para dormir en el suelo de la habitación de Yuri, ya que insistía que como su entrenador tenía que saber absolutamente todo acerca de él.

Antes de que Yuri se quedara dormido, Viktor se acercó a él.

Logré sorprenderte, no es así?.- Le dijo Viktor al oído a Yuri con una voz suave.

Yuri se alarmó al instante, no se esperaba una reacción así de parte de Viktor. Intentó hacerse el distraído y se sumergió en sus pensamientos dejando sin respuesta al de ojos claros. ¿Por qué habrá dicho eso? Pensaba una y otra vez.

Empezó a creer que lo que sentía por Viktor era más que sólo admiración, aquel sentimiento que lo inquietaba. ¿Me estoy enamorando?.-repetía en su cabeza. Es demasiado temprano como para decidir algo así ¿Que estoy pensando?

Las preguntas invadían su cabeza cada vez más, se quedó dormido en ese instante por el agotador día por el que había pasado. Ya estaba balbuceando sus pensamientos en sueños, sin darse cuenta de que el ruso lo estaba escuchando con atención.

¿Más que admiración? ¿A qué se referirá?.- Empezó a pensar, no le iba a dar muchas vueltas, era obvio, pero saber lo que sentía ese chico por él lo inquietaba.