Magia Elemental - Harry Potter -

Magia Elemental 9

Severus cerró la puerta, se quedo mirándola fijamente, sin poder creer lo que estaba sucediendo. Acababa de pedirle a un Potter algo por favor, el infierno se estaba congelando por su culpa en estos momentos.

-Cómo era el nombre del elfo?, piensa – Murmuro pensativo, caminando para donde estaba la Bella durmiente – Tini! No, Minti! Maldita sea!! Nunca están cuando se los necesita.

Mientras caminaba en círculos pensando el nombre del elfo, no pudo dejar de mirar la cara de Geo. Como una simple niña pudo poner su vida cabeza abajo, en solo un par de días? Se arrepentía realmente de abrir la puerta aquel día?.

Estaba cansado, eso era una realidad, el trabajo de espía lo estaba matando lentamente. Pero por un lado no se arrepentía, era su destino. Desde que pisó el despacho de Albus, hace tantos años ya, arrepentido y con un sentimiento de culpa que, si hubiera sido físicamente posible, lo hubiera partido al medio.

Alguna vez sintió la empatía de otra persona hacia su persona? Alguien se preocupo por él, como lo hizo aquella muchacha el otro día, que aunque solo lo conocía desde hacía un par de horas, cuando vio que no aparecía a su cita de trabajo, lo fue a buscar a su casa y al no encontrarlo se preocupo tanto, y al ver que estaba mal herido lo ayudó, sin importarle que en el proceso las pociones le hacían daño?

Sabia que Albus se preocupaba, pero no estaba seguro si, se preocupaba por Severus Snape o se preocupaba por el Espía. Su vida no era fácil, nunca lo fue. Porqué pensó, por un solo momento que ese verano sería distinto?

Se acerco a las fotografías, y miro fijamente una donde aparecía Lily sonriendo junto con la que suponía era la madre de Geo, estaban sonriéndose cómplices con unas copas en sus manos y vestidas elegantemente. Después de un rato de mirarla fijamente se dio cuenta que a su lado había otra donde aparecía una joven, de unos 30 años abrazada a Lupin, con una camisa muy similar a la que le puso Geo el otro día. Un escalofrío de repulsión le recorrió la espalda, cuando llegara a su casa la quemaría. Maldito lobo, que hacia una camisa de él en esa casa? Quien era esa joven? Porque demonios todo estaba relacionado con el maldito Potter y su pandilla de inadaptados sociales, que tanto daño le habían causado en el pasado. Hasta muertos todos ellos le seguían haciendo la vida insoportable.

Con un suspiro se dio vuelta y se sentó en la mesita que estaba frente a la muchacha, tenia que despertarla, necesitaba saber que estaba bien y que el contra hechizo que le había dado no le había provocado daños en sus recuerdos.

-Geo, despierta – le dijo con voz suave mientras la movía ligeramente – tienes que despertar, arriba.

La joven se movió, pero seguía con los ojos cerrados, Severus volvió a insistir dos veces más, hasta que la joven abrió los ojos.

-Que...que paso? – Geo se sintió desorientada, porque estaba acostada en el sofá? Que hacia Severus a su lado, mirándola tan fijamente.

-Sabes quien soy? – el profesor se asusto, no recordaba nada?, parecía muy desorientada, lo último que le faltaba a su vida es haber dejado media lela a la ahijada de Nicholas, Albus no seria tan amable después de eso.

-Claro! Porque...- Lo ocurrido en las últimas dos horas, la golpeo con fuerza, su cabeza empezó a doler. No podía creerlo, tenia flashes del pasado, de sus padres, de Albus, Geo, Remus y Nicholas. Poco a poco las piezas encajaban, le habían mentido toda su vida, ocultándole información, la ira poco a poco empezó a florecer, nunca en su vida se había sentido tan iracunda. Miró a los ojos a Severus, que se había acercado, para ver si estaba bien. – Es verdad?