-Capítulo 13.-

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Esta vez quien sintió eternos los siguientes siete días fue Lauren. No podía sacarse a Camila de su mente y todo lo que había ocurrido. Debía estar preparada para lo que sea que fuese a pasar, acomodó su camisa color negro, se colocó el suéter que Camila le había regalado y se dirigió al centro comercial.

-Has llegado temprano. –Dijo el encargado de abrir el local con las llaves en sus manos.

-Sí, me desperté temprano y no pude volver a dormir. –Dijo encogiéndose de hombros con una risita estúpida. En realidad, ni siquiera pudo conciliar el sueño en toda la noche.

Y la jornada laboral comenzó, Lauren trataba de mantenerse todo lo ocupada que fuera posible para mantener todos esos malos pensamientos alejados de su mente pero era inútil. Cada persona que entraba al lugar ella la volteaba a ver esperando que fuera Camila, pero no era así.

Hace ratos había pasado la hora del almuerzo, y ella no apareció. Lauren tenía hambre sí, pero nada que no pudiera soportar.

-¿Tienes que tardar tanto justo hoy? –se preguntó para ella misma.

Los minutos y las horas pasaban, y lo que más temía que pasara, pasó, era la hora del cierre de jornada en el FashionStore. Un terrible nudo se formó en su garganta.

El robusto hombre ya tenía las llaves listas para cerrar el lugar, pero Lauren le pidió casi de rodillas que esperaran unos quince minutos más, porque disque tenía que ocuparse de un papeleo. Recordó la vez que Camila llegó justo a la hora del cierre, tenía esperanza que algo así pasara de nuevo, pero no fue así.

-Ya pasaron quince minutos, lo siento, no puedo esperar más. –Dijo serio el hombre apagando las luces.

Lauren quedó completamente devastada. Ella no llegó después de todo.

Brad y Vero la miraron llenos de preocupación.

-Tal vez tuvo un inconveniente y por eso no pudo venir. –dijo su amiga Vero tratando de darle un poco de aliento a lo que sea que su pelinegra amiga sintiera en esos momentos.

-Ve a casa Laur. Necesitas descansar, no has ni almorzado. –Dijo esta vez preocupado Brad. Pero Lauren no emitía ningún sonido.

Ellos se despidieron de Lauren y se marcharon. Ahora solo estaba Lauren y su soledad. ¿Por qué Camz? Esa pregunta daba vueltas por su cabeza. ¿Por qué?

…..

Segundo sábado que la morena no llegaba al local, Lauren sentía un terrible ardor en su estómago de solo pensar eso.

…..

Tercer sábado, y las cosas seguían igual, no había señas de Camila por el lugar. ¿Es que acaso había echado a perder todo con Camila y no le volvería a hablar jamás?

……

Cuarto sábado, Lauren pasó encerrada en el baño en la hora de su almuerzo.

-¿Una promesa no vale nada para ti? –susurró llena de rabia sentada en el frío piso del baño, sus brazos abrazaban sus piernas.

…..

Quinto sábado. Lauren era un completo desastre. Brad vio lo descuidada que estaba la pelinegra, se veía directa, como un zombie. Sabía que era por la ausencia de Camila, así que en señal de apoyo colocó su mano en el hombro de Lauren quien rápidamente se apartó con una expresión de ira en su rostro. Ya no era aquella chica alegre de siempre. Sólo estaba ahí, respirando con su mirada perdida en la nada.

….

Sexto sábado, esa presión que sentía era demasiado grande, ya no podía con ella. No podía pararse detrás de un mostrador con una estúpida y falsa sonrisa fingiendo que todo alrededor suyo estaba de maravilla. Ese día, al terminar su turno, tomó rápidamente su abrigo y salió del lugar a toda prisa sin siquiera despedirse de sus compañeros. Cruzó el estacionamiento, y luego la plaza.

-Who Are You?- Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora