Un niño llamado Noah caminaba como condenado a muerte hacia el orfanato "Trips Dorger" con el rostro plagado de melancolía y tristeza, hace un par de meses había perdido a sus padres en un horrendo choque de autos y, ahora, estaba solo en el mundo.
Se detuvo enfrente de un edificio grisáceo que se cernía como un animal oscuro y rocoso sobre él, la señora que lo guiaba, una mujer gorda y de mirada amarga, al entrar adentro, lo llevó directo a la que sería su habitación a partir de ese momento. Era la última de todas, en la torre más alta del edificio, lo dejó sólo apenas él entró, el niño dejó su maleta en la cama de monocromático color, y recordó haber escuchado a la señora decir en el auto de camino al orfanato que vendría alguien a buscarlo para cenar cuando ella lo dejara.
Ella misma le había dado con anterioridad un uniforme, que consistia en un short negro y una camisa blanca con una corbata gris y zapatos negros a juego con el short, él lo sacó de la maleta sobre la cama y lo vio bien, era malditamente aburrido y horrible estaba enojado, no solo por el uniforme sino por la vida que le tocaria llevar sin sus padres desde ahora, por lo que con rabia lo arrojó a un lado de la cama con fuerza haciendo que cayera, aun con el enojo corriendo por sus venas fue a recogerlo y cuando lo levantó del frío y oscuro suelo encontró, debajo de este, una pequeña caja pintada de rojo que no había visto al entrar al cuarto, la pintura se le estaba saliendo en algunos sectores, y sobre la tapa de la cajita una inscripción en letras minúsculas y negras decia "no abrir, a menos que quieras morir" se escuchó, al terminar de leer esas palabras, el chocar fuerte del viento en la diminuta y única ventana que tenia el cuadrado lugar, esto hizo sobresaltar a Noah, un escalofrío recorrió su cuerpo y sus ojos, que habían ido a parar a la ventana, volvieron a la caja, sentía un poco de miedo pero su curiosidad era más grande, así que decidió abrirla ignorando la inscripción que supuso era solo un chiste del antiguo dueño de la habitación, pero lo que encontró al abrirla lo dejó atonito y asqueado, dentro había un frasco pequeño con un líquido transparente que dejaba a la vista un par de ojos humanos, estos parecian mirarlo fijamente, unas uñas largas y con restos de sangre aún fresca estaban desperdigadas por la superficie de la caja, parecian hojas muertas y resecas sobre el césped de un jardín seco y muerto, la impresión causada por estas cosas hizo que comenzara a vomitar, por los espasmos soltó la cajita que cayó junto con su contenido, la botella se rompió al impactar el suelo y las uñas se esparcieron en este.
En la habitación se escuchó una risa seca y sin gracia, Noah, que no dejaba de vomitar, no la escuchó, miraba absorto y con ojos bien abiertos el vómito que no paraba de salir de su garganta, era negro y rojo, parecía sangre coagulada y lo más loco de aquello era que parecía moverse, una masa viscosa y pútrido queriendo tomar forma, eso parecía, en un momento pararon los espasmos, aunque esa risa descontrolada no, y de su boca dejó de salir esa asquerosa cosa.
Él estaba cansado y conmocionado, tenía mucho miedo y más aún porque la cosa, arrastrándose lentamente, comenzó a acercarsele, y no podía moverse, se vio envuelto en esa sustancia asquerosa en lo que pareció poco tiempo esta que le tapó la visión y lo hizo caer de rodillas. No podía ver ni respirar intentó gritar pero era imposible, lentamente comenzó a caer en lo que parecía ser un sueño gris y triste.Encontraron muerto a Noah Fitzpatrick en su habitación en la torre más alta de el orfanato strips berger cuando uno de los que seria su futuro compañero fue a buscarlo para cenar. Lo raro fue que junto a él había una pequeña caja de color rojo con una inscripción que rezaba "niño, ¿no te lo han dicho? La curiosidad mató al gato"
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Historias de terror
HorrorHistorias cortas. Faltas de ortografía y puntuación. Reescrita, trate de mejorar cambiando varias cosas así que espero que les guste.