Capítulo 1

917 29 7
                                    

Bueno, ya está aquí el primer capítulo. La historia se sitúa después de la octava temporada, como en una supuesta novena temporada. Si habéis leído la info, sabréis de qué va. Para los que no la han leído, aquí está un pequeño resumen: "Kate tiene que marcharse para proteger a Rick, el cual no sabe nada, y a su hijo Jaime, de cinco meses, de los matones de Bracken. Tres años después, la encuentran casi muerta en una cabaña ¿La perdonará Rick y volverán a ser una familia normal?"
Es como Absentia pero con Castle haha. Este capítulo es corto porque solo explica lo que pasó la noche en la que Kate se marcha y la mañana en la que Rick se entera, pero los demás serán bastantes más largos

PS. está escrito en tercera persona

-Ya se ha dormido- dijo Rick subiendo a la cama con Kate

-Hoy ha tardado poco- dejó el libro que estaba leyendo en la mesita

-Sí. Está creciendo tan rápido...

-Solo tiene cinco meses, cariño- rió Kate

-Aún recuerdo cuando nació y era tan pequeñito e indefenso

-Ya, bueno, en parte lo sigue siendo

-Cierto

Kate se acercó a su marido y le dió un suave beso pero a la vez apasionado

-Sabes que te quiero ¿verdad?

-Sí y yo también te quiero

Beckett le volvió a dar otro beso demostrándole todo lo que sentía por él. Kate enredó su lengua con la de Rick con pasión y amor. Finalmente tuvieron que separarse por la falta de aire y juntaron sus frentes

-Wow ¿A qué a venido eso?- dijo Rick sonriendo

-Simplemente beso al amor de mi vida- sin darse cuenta una pequeña lágrima resbaló por su mejilla

-Hey, ¿estás bien?

-Sí, solo que he tenido tanta suerte encontrándote. Y me has dado lo que más amo en este mundo. A Jaime

-Yo también he tenido mucha suerte. Si no hubiésemos dado el paso, Jaime no existiría

-No me puedo imaginar una vida sin vosotros- volvió a besarlo y se acurrucó en su pecho

-Buenas noche, cariño

-Buenas noches. Te quiero, Rick

Kate esperó a que Castle se durmiese profundamente para levantarse sigilosamente a preparar su maleta. Cogió todas sus cosas y también una de las camisetas de Rick que llevaban su perfume. Cuando estuvo lista, se acercó al borde de la cama y le dió un beso en la mejilla a su marido con cuidado de no despertárlo

-Lo siento- dije en apenas un susurro

Subió a la habitación de su hijo, que dormía plácidamente en su cunita. Se quedó enfrente de esta observándolo mientras las lágrimas se agolpaban en sus ojos peleándo por salir. Tenía ganas de cogerlo y llevárselo con ella pero era demasiado peligroso. Lo cogió y comenzó a acunarlo mientras le hablaba

-Quiero que sepas que eres lo mejor que me ha pasado en mi vida. Te amo y aunque sé que no te acordarás de mí si vuelvo, hago esto para poder vivir felices siempre y que llegues a ser tan grande como papá. Te quiero mi príncipe- le dió un beso en su cabecita y entre sollozos lo volvió a dejar en su pequeña cuna. Antes de irse cogió unos de sus bodys que olía a él y un osito de peluche

Salió por la puerta principal no antes sin detenerse a echar el último vistazo a la que había sido su casa desde hacía cinco años

Durante todo el trayecto hacia el aeropuerto, Kate no podía dejar de llorar. Estaba abandonando todo por lo que tanto había luchado. Tenía ganas de gritar, sentía una fuerte presión en el pecho por la impotencia y rabia hacia los hombres que la obligaban a marcharse. Cogió el primer vuelo a Canadá y se alejó de su, ahora, antigua vida

Mientras, en Nueva York, Rick despertó esperando encontrárse con su mujer al lado per no fue así. Se levantó extrañado por no encontrarla ahí y empezó a pensar dónde podría estar. En comisaría no podía haber ido ya que estaba de baja maternal y no había ningún caso. Se asomó al baño. Nada. Subió a la habitación de su pequeño pero tampoco estaba. Entonces fue hacia la cocina para prepararse un café y vió una nota sobre el mármol blanco de la isla

Querido Rick

Seguramente cuando leas esto yo ya estaré muy lejos. Ha ocurrido algo y he tenido que huir para poder acabar con esto de una vez por todas y protegeros de ellos. Te quiero más que a mi vida, no lo olvides nunca. No te abandono, solo es un tiempo muerto. Si no lo hacía  nos matarían a los tres y no lo podía consentir. Por favor, no me busques. No sé cuando volveré o si lo haré viva pero si consigo vencer esta batalla, regresaré junto a vosotros y esperó que seas capaz de perdonarme. No intentes averiguar que es lo que ocurre, porque irían a por nuestras familias. Solo necesito que me hagas un pequeño favor: háblale a Jaime de mí, enséñale fotos y cuéntale nuestra historia (censurando algunas partes). Te amo, Rick. No me olvides. Siempre

Kate

Cuando terminó de leer la carta, Castle se derrumbó y comenzó a llorar desconsoladamente. Su mujer, la madre de su hijo, el amor de su vida se había marchado. Ahora mismo solo quería gritar y romper todo lo que tenía a su alrededor. Jaime empezó a llorar como si lo supiese. Rick se dirigió a la habitación de su pequeño y lo encontró rojo a causa del llanto. Lo acurrucó en sus brazos y comenzó a acunarlo para tranquilizarlo. Cuando Jaime abrió los ojos ya más tranquilo, Rick pudo ver que eran tan azules como los suyos pero la nariz, la boca, las orejas, la forma de la cara, todo era igual que Kate

-Aunque mamá no esté, te cuidaré y te protegeré siempre- el niño lo miraba atento y prestando atención a sus palabras- ¿Sabes? Eres una copia exacta de mami excepto por los ojos- una lágrima se escapó del ojo de Rick al pensar que ahora solo estaban ellos dos. El uno para el otro

Bajaron al salón para que Castle le pudiese preparar el biberón a Jaime. Después de colocarlo en su trona, se echó una gotita de leche en el dorso de la mano para comprobar que la temperatura era la adecuada. El pequeño se tomó el biberón entero y tras expulsar los gases se volvió a quedar dormido. Rick aprovechó para llamar a Lanie, seguro que ella lo sabía todo

-¿Lanie?

-¿Castle? ¿Qué pasa, está todo bien?

-La verdad es que no ¿Dónde está Kate?

-¿Cómo que dónde está? ¿No está ahí?

-No, me ha dejado una nota explicándome que tenía que solucionar algo y que si lo investigaba nos matarían a Jaime y a mí pero no puedo dejar que haga esto sola

-Rick, si te ha pedido por favor que no lo investiugues, respétala

-Pero Lanie...

-Pero nada. Yo también estoy preocupada por ella pero sabe cuidarse sola. Si se ha marchado, tendrá sus motivos. De momento encárgate de tu hijo, te necesita más que nunca

-Gracias

-Para eso estamos

Colgaron. Rick se sirvió un vaso de whisky y se sentó en el sofá. No paraba de darle vueltas a la cabeza ¿Y si la mataban? ¿Y si estaba en peligro? No soportaría perderla otra vez como había pasado seis años atrás en el funeral de Montgomery

-¿Dónde estás, Kate? ¿En qué narices te has metido?

Bueno, ¿os gusta? Es como una introducción, a partir de aquí estará mucho más interesante

AbsentiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora