-Realmente me llamas la atención- dijo Oliver mientras me sonreía. No hice nada más que reírme.
-Oliver...-
-¿Qué pasa?-
-Tengo miedo de querer a alguien-
-Yo te voy a querer a ti, y tú vas a querer a ese bebé-
-Todas las personas que quiero, mueren...
El reposo no es lo mío, me he pasado estas dos semanas acostada en mi cama sin hacer nada. Gleny algunas veces me viene a hacer compañía y a hablarme de sus hijos, de su embarazo, es una mujer adorable. Y Oliver, pasa trabajando y eso es lo que más me apena.
Ed ha venido estos fin de semanas a casa, es un chico precioso y adorable. Y ya me estoy preparando, porque Oliver dice que sería genial que nos juntáramos con Caitlyn y su marido.
Mi vientre ha crecido, no encuentro la hora para que esta bebé nazca y esté aquí conmigo haciéndome compañía.
¡Oh! y Jacob, se ilusionó bastante con mi llamado. Luego le tuve que marcar y decir que era una broma, obviamente me gané su odio.
-Hola Dharma- saludó Gleny. Yes, nos hemos tomado más confianza y ya nos decimos por nuestros nombres.
-Hola Gleny- le dediqué una sonrisa.
-¿Cómo estas?- me preguntó mientras se sentaba a los pies de mi cama.
-Aburridísima- era cierto, antes prefería estar en cama todo el día pero ahora quisiera cocinar, caminar, aunque si camino, pero poquito.
-Podemos... ir a dar una vuelta, es cierto que debes estar en reposo pero uno se aburre estando postrada- rió.
-¿Harías eso por mi?- Gleny me iluminó el día.
-Claro, vistete y te espero abajo con algo para comer- me sonrió y salió de la habitación.
Pensé en darme una ducha, pero prefiero bañarme a la noche, lo único que quiero ahora es salir, respirar aire puro.
Hacía un poco de frío así que decidí vestirme con este outfits.
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Salimos a dar una vuelta, la verdad es que ni siquiera recordaba como era la salida de la casa. El aire tan puro y fresco que corría por mi rostro era fascinante, parecía niña que nunca hubiese sentido el frío. ¡Ah! y sin importar el frío que hacía, todo era genial.
Llegamos a casa, estaba calentita pero aún así prefería el viento helado de Jacksonville.
Al llegar Oliver, me sentí muy bien. Extrañaba su voz, wao... enserio me gusta este chico.
-Necesito hablar contigo- me dijo Oliver preocupándome.
-Vale- lo seguí hasta su habitación.
-¿Qué haremos el sábado?- me preguntó.
-Invitarás a Caitlyn y su esposo- le dije moviendo los hombros.
-¿No sabes lo que pasa este sábado?- me preguntó.
-¿Cumplimos mes?- le pregunté nerviosa.
-¡Estas de cumpleaños Dharma!- exclamó con felicidad.
-¿Cumpleaños?- Oh claro, lo había olvidado.
-Sí, cumples 17 años- me sonrió.
-¿Invitarás a Caitlyn para mi cumpleaños?- le pregunté indignada.
-Lo estuve pensando, y prefiero dejarlo para el domingo- me sonrió nuevamente.
-Genial- le dije sin ánimos.
-¿Harás algo? ¿Una comida? ¿Fiesta? ¿Invitarás a tus amigos?- me preguntó animado.
-Oliver, hace tiempo que no celebro mi cumpleaños. Encuentro que, ya soy una mujer y no me gusta celebrar mi cumpleaños- repetí cumpleaños dos veces. Rayos.
-Bueno señora adulta- rió- la invito a cenar, obviamente si usted quiere.
-Está bien- le sonreí y me besó. Me derrito.
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